NACIMIENTO

Estamos de nuevo entrados en el mes de diciembre, rodeados de posibilidades y a punto de acabar el año tal y como lo conocemos.

Los finales y los principios parece que se dan la mano ya que para poder iniciar algo, en muchas ocasiones, hay que soltar, soltar lugares, cosas, personas e incluso esa imagen que hemos construido de nosotros mismos y que crea nuestra identidad y que no nos pueden acompañar en los siguientes tramos del camino.

Los cruces de caminos, ya he apuntado en alguna ocasión, nos ofrecen la posibilidad de hacer una elección, a cuál más creativa si nos permitimos la libertad de dejar abierta la puerta de acceso.

Para afrontar lo nuevo es aconsejable ir ligero de equipaje o, al menos, eso aconsejaban algunas viejas canciones…

Imagen de NoName_13 en Pixabay

Si hay algo que me fascina, por lo que implica en el nacimiento, es el proceso anterior a dicho acontecimiento…me explico: nacimiento tiene su origen en el verbo nasci (latín), antes “gnasi” que parece que se vincula a la raíz indoeuropea que significa dar a luz o parir, y esa es la culminación visible de algo que se coció previamente a fuego lento y sin pausa.

Para que pueda llegar ese instante, el parto, antes tiene que haber un deseo y una intención clara y definida.

Después de que ese perfume nos embriague o prenda en nosotros, casi sin darnos cuenta, orientaremos nuestra energía… y pasará un tiempo, un tiempo en el que nadie verá, silencioso, y en el que si estamos atentos podremos percibir cómo nosotros y nuestro entorno va cambiando, despacio, casi imperceptiblemente dando pequeños pasos en la dirección que imaginamos y que arrebató nuestro corazón si no nos resistimos a ellos.

En otras ocasiones, y dada nuestra tendencia a quedarnos en los lugares conocidos, las rutinas conocidas o los afectos familiares, la vida nos volteará como un calcetín, no dejándonos más opción que transitar hacia una nueva situación, casi, como un parto con fórceps.

Imagen de John Hain en Pixabay

En breve llegará el solsticio, el día más corto del año, Yule, a partir del cual volverá a alargar el día, a abrirse, a crecer y podremos cerrar unas puertas para abrir otras siguiendo ese ritmo natural al que estamos adscritos.

¿Recordáis que en noviembre teníamos que Re-cor-dar… esto era, volver al corazón?

¿Pudisteis dedicarle un ratito a conectar con vuestro sentir? ¿Con vuestro corazón?

¿Qué os dijo? ¿Le encanta dónde estáis? ¿Quizás os sugiere virar un poco a la izquierda o hacia la derecha o quizás dar un paso al frente?

Es tiempo de celebrar, de agradecer todo aquello que ha ido sucediendo  y, al tiempo,  de ver dónde nos ha colocado todo aquello que nos ha acompañado hasta el momento para poder cerrar, conscientes de la riqueza que nos ha aportado y las oportunidades que nos ha brindado, para abrirnos a las experiencias que están llamando a la puerta  deseando irrumpir luminosas en nuestra vida y para las que sería interesante estar disponibles.

Quizás la pereza se nos acerque peligrosamente alarmándonos y diciendo que perderemos la confortabilidad de la que disfrutamos en este momento, o habrá alguna limitación moral que nos recuerde que ese paso hacia delante supondrá un peaje instalando el miedo en nosotros…

¿Cuánto espacio daremos a esas y otras voces cuyo objetivo es el de mantenernos en terreno seguro y conocido, aunque ya no sea donde debamos estar? ¿Cuánto les permitiremos apagar el fuego que se encendió en nuestro corazón?

Sorprendentemente, una vez salvados esos fantasmas, nos damos cuenta, en muchas ocasiones,  que acostumbran a ser menos importantes de lo que parecían al principio, e incluso, nos sorprende ver cómo los desenlaces son fluidos si somos fieles a nosotros mismos y a nuestro sentir, aunque eso pueda generar sorpresa, desagrado e incluso controversia en nuestro entorno más inmediato.

Si no lo has podido hacer hasta ahora, procúrate un espacio y párate, escúchate y da un paso adelante en tu única y extraordinaria vida. Quizás le pondrás algo de azúcar, quizás algo de sal o quizás la disfrutarás desde ese balcón que te permite mirar al horizonte y percibir las infinitas posibilidades que se abren ante ti.

Como dicen algunos…si no es ahora … ¿Cuándo?

¡Feliz salida y mis mejores deseos para el año que entra!

Luz y alegría

Tundra

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