-¿Hubo algún momento en que empezaste a prestarle especial atención?
Si, y no hace mucho. Me diagnosticaron un tumor devastador. No tenía sintomatología, pero me estaba muriendo.
Siete horas de cirugía me hicieron pensar que alguien me dejaba un ratito más por aquí, para inventar un plato más; no para mí, sino para deleitar a los demás. Eso es lo que me encanta, cocinar para los demás y ofrecer lo más bonito y lo más gustoso.
-¿Qué tipo de cocina predomina en tu casa?
Mi cocina no tiene ningún tipo de nacionalidad, y he tenido una buena oportunidad de viajar. Los platos más simples siempre me han gustado, lo que es menos elaborado.
-¿Qué especies han aportado: calor, picante, dulzura y frescor a tu cocina?
Creo que los ingredientes italianos, que son muy simples, dan mucha belleza y un exquisito sabor. Te pongo el ejemplo de la albahaca, dos hojas en un sencillo plato de arroz lo convierten en un manjar. En la vida lo mismo, la simplicidad da los toques más bellos y deja un sabor lindo. Las especies importantes, predominantes, no me han atraído demasiado.
-¿Cuál es tu ingrediente estrella?
La albahaca, insisto con la simplicidad.
-¿Sabes cuando cambiar de cocción?
Estoy aprendiendo. Es difícil tener la certeza y se va cambiando a medida que las cosas van pasando. Soy flexible y humilde, estoy dispuesto todos los días a aprender. Como un filósofo ya dijo hace tiempo: “sólo sé que no sé nada”.
Ayer precisamente leía de Séneca una frase muy linda: “enseñar es aprender”. Y yo aprendo cada día, hace más de 50 años que trabajo con niños, jóvenes…los niños son prodigiosos.
-¿Tienes alguna receta infalible para casos de emergencia?
La sencillez, la autenticidad y la humildad.