Cada cosa tiene su tiempo

Entrevista a Saida Azizi

En esta ocasión nos acercamos a una cocina de otra cultura.

Os sorprendería el inicio de nuestro encuentro. Llaman al timbre, es Saida, la mujer de la eterna sonrisa, llega para que la entreviste y aparece tras la puerta con una bandeja de dulces hechos por ella y, me alegro al ver su semblante risueño incluso detrás de una máscara.  

Saida Azizi

 

Saida Azizi, mujer, esposa y madre, trabajadora social que llegó a España con 24 años nos deja entrar en su cocina; una cocina llena de especies, donde percibes una reflexión profunda que lleva de la mano una firme determinación aderezada siempre con generosidad y alegría.

-Saida dinos, para aquellos que nos lean, qué significa tu nombre.

Tiene un significado muy bonito, significa felicidad; y yo soy así, siempre veo el lado positivo de las cosas. Siempre veo esperanza en lo que pasa y tengo fe en que siempre hay solución.

-¿Te gusta tu cocina?

Estoy orgullosa de mí misma, de las elecciones que he tomado y de todo lo que he superado; empezando por la decisión de venir a España y tener que aprender un idioma que me era totalmente ajeno. Piensa que no podía comunicarme con nadie, y tuve que adaptarme a las costumbres y a cómo construir mi familia en un país distinto. No obstante, también creo que he tenido mucha suerte, por que me he encontrado con gente maravillosa que me ha ayudado en mi camino.

 -¿Qué tipo de cocinera eres?

Soy una luchadora, pero una luchadora alegre. Nadie te regala nada y, detrás de cada logro, existe un esfuerzo para superar un desafío. La vida me llevó por caminos imprevistos y a medida que iba caminando, iba marcando objetivos.

Fez- Marruecos

-¿En qué medida tu cultura de origen impacta en cómo te cocinas?.

Cuando vivía en Marruecos, pude presenciar injusticias en las mujeres, que me revolvían el estómago; mujeres con estudios, incluso de una determinada posición, eran maltratadas, y eso no lo toleraba, y reivindicaba lo injusto de la situación frente a un entorno que lo aceptaba por que era la costumbre.

De alguna manera hui de una sociedad que permitía conductas que no quería para mí, y me fuí no queriendo mirar atrás, sabiendo que me alejaba de mi familia, pero también de algo que era inadmisible a mis ojos. Y sigo reivindicando a día de hoy, cuando voy, la necesidad de cambio.

Por otro lado, soy feliz aquí y allí disfrutando de todo lo que me ofrece cada una de las culturas.

-¿Hubo algún momento en que empezaste a prestarle especial atención a tu cocina?

Si, en dos ocasiones ha habido un cambio importante; por un lado, cuando decidí venirme a España; en ese momento me di cuenta del impacto que mi decisión había tenido en mi vida, lo había dejado todo, y tomaba las riendas de mi vida sola.

Por otro, cuando decidí retomar mis estudios universitarios. Me faltaba algo y finalmente, después de 20 años, pude continuarlos, a pesar del miedo al fracaso, el desafío fue superado, nuevamente. Ahora se, que puedo empezar de cero cuando quiera. 

-¿Qué tipo de cocina predomina en tu casa?

Es una cocina cuyo resultado es la mezcla de las dos culturas en las que me muevo, la mía de origen y en la que vivo desde hace ya más de 25 años y, en la combinación, surge un sabor distinto y buenísimo.

He aligerado las comidas, que ya no son tan especiadas como en Marruecos, ni tan sencillas como aquí, creo que he logrado encontrar el equilibrio, dando el valor que en mi cultura merece la gente a la que quiero, teniendo siempre las puertas de mi casa abiertas para quien desee venir.

Galletas de Saida

-¿Qué connotación tiene tu cocina cuando la vives en árabe?

Una cocina donde no existe el reloj y se dispone de mucho tiempo, donde la vida es sosegada y se corre detrás de pocas cosas. Por otro lado, tiene una connotación de desafío y de superación de todo aquello de lo que iba huyendo.

-¿Qué especies han aportado las notas que dan calor, picante, dulzura y frescor a tu cocina?.

Calor:  mi marido, me he sentido protegida y ha sido mi gran apoyo, es enormemente generoso.

Picante: mis desafíos ( dice con cara pícara)

Dulzura: mis hijos

Frescor: todo lo que he logrado

¿Cuál es tu ingrediente estrella?

La esperanza delante de cualquier situación que se me presenta, es lo que me sostiene. Mientras haya vida, hay esperanza.

-¿Sabes cuando cambiar de cocción?

Si, identificarlo y aceptarlo es lo primero, cambiar de dirección cuesta, los giros cuestan, pero mi vida ha sido una adaptación al cambio, llevo muchos años de práctica.

– ¿Cuan importante es la estética del plato en tu cocina?

Soy una mujer eminentemente práctica, si consigo el sabor, la estética es secundaria.

– ¿Tienes alguna receta infalible para casos de emergencia?

Si, acercarme a mi fe, y también cuido mi bienestar para coger fuerzas y abordar lo que me trae la vida.

Confío en que Dios puede sostener lo que yo no puedo, y en Él consigo una paz interna.

-¿La magia existe?¿Hay espacio para la magia en tu cocina?

Hay magia, gracias a Dios, y he tenido mucha suerte a pesar de las dificultades.

-¿Qué llevas practicando toda tu vida?

Sonrío, siempre…incluso con mascarilla, es mi terapia.

 

-Dime una palabra, un color, un olor y un sabor que te hayan alimentado.

Una palabra: cuando oigo la palabra desafío (en árabe: “altahadiy”), me da energía.

Un color: el azul, el color del cielo y el mar.

Un olor: el olor a tierra, al campo, me inspira paz.

Un sabor: el dulce, me encanta.

-Con lo que sabes y lo que has vivido hasta ahora, ¿con qué tipo de cocina soñarías?

Soñaría con la misma cocina que tengo, he disfrutado de la vida que he tenido a pesar de sus dificultades que, por otro lado, han sido un desafío que me ha gustado. Yo he decidido lo que quería y, he ido a por ello, a pesar de todo, así que la vida que tengo me gusta, estoy a gusto con ella.

La conozco desde hace mucho y siempre me sorprende su perenne sonrisa.

Adentrarme en su cocina me recuerda lo que es realmente importante, y que tiene mucho que ver con cómo me relaciono con el otro, conmigo misma y desde dónde.

Quizás la próxima vez nos veamos en un “hammam”, sin reloj, “maternándonos” mientras compartimos una de nuestras conversaciones con un buen té.

A todos aquellos que me leeis y escuchais, deciros que nos encontraremos el primer día del año. Un año nuevo, un año por estrenar  y, al que cada uno le puede dar el color, el sabor y el perfume que desee. Piensa en qué connotaciones quieres para este año que entrará. Si no lo decides tu, alguien lo hará por tí…¿por qué no tomar tu la dirección en este “pinto y coloreo”? Seguro que te sorprenderá.

Me despido de vosotros hasta dentro de unos días, deseándoos que encontréis un intercambio sin tiempo que os alimente el alma. Felices Fiestas.

Luz y alegría

Tundra

Fotografia Tundra de San Martin

 

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