AIMIA

Nació aparentemente del vacío con un sencillo cuento y debía contener en su interior suficiente fuerza como para arraigar e iniciar esta travesía que ya dura en el silencio unos años.

Las semillas, en apariencia algo insignificantes, contienen todas las posibilidades y, os seré sincera, mientras escribo esto, no sé quien la regó, quien la abonó o quien habló con ella para que a día de hoy esté entre nosotros con una vocación de Amor al Ser que somos.

Nació aparentemente del vacío con un sencillo cuento y me acompañó en parte de mi proceso personal, como el que tiene un mentor que de vez en cuando le susurra al oído una pregunta que remueve los cimientos de nuestra estructura para que simplemente la cambiemos.

Nació aparentemente del vacío con un sencillo cuento y aunque sea una niña tiene mucha sabiduría en su interior, como todos y cada uno de nosotros, solo que ella irrumpió en mi vida con alegría, con determinación, con firmeza, un saco de paciencia y por supuesto, con una sonrisa. Os presento a Aimia.

Aimia es una encantadora niña, con un alma antigua y con una gran sensibilidad que decidió nacer para ponerse al servicio de los demás y construir desde la armonía y el equilibrio, la generosidad y la calidez, para que todos y cada uno de nosotros podamos mostrar aquello que somos y nuestro mundo camine hacia otro horizonte.

Aimia irrumpió con tanta energía que decidí darle su lugar en el mundo, no sólo escribiendo su cuento, si no constituyendo una fundación que lleva su nombre y cuya vocación no es otra que  aflore el SER que realmente somos.

Nace tímidamente como los bebés que después del esfuerzo del parto empiezan a tomar contacto con este mundo, sus olores, sus sabores, sus afectos, su necesidad de protección y que en su proceso de aterrizaje a esta realidad nos muestran tantas verdades.

Me alegra haberla podido ayudar llegar hasta aquí. Me alegra también pensar y sentir a todos aquellos que de una manera u otra me han ayudado a que ella pueda manifestarse, por que uno no puede traer al mundo nada si no es capaz de sostenerse y saber de sí mismo, y eso, toma su tiempo y de la ayuda de tantas manos amigas en el camino.

Versionando el título de una película, …yo puse la música de AIMIA en palabras y Esther de Sola  (nuestra ilustradora) le puso cara y color.

Así que, si veis este logo,  detrás, está Aimía.

Si veis estos ojos, detrás están también su alma y su vocación, que se profesa desde una profunda apertura y limpieza de corazón. Esa es AIMIA.

Desde mi posición de compañera de camino, os iré informando de su evolución y crecimiento.

Luz y alegría

Tundra

 

Tundra

 

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Y a ti, ¿qué te pasa?

Y a tí, ¿qué te pasa?

Eso le decía un chico a otro, en tono interrogador mientras yo pasaba por su lado camino a casa.

Nunca sabremos lo que aquel chico le contestó, si es que hubo alguna respuesta con sujeto, verbo y complementos, pero sí me dio pie a pensar en cuantas veces desde que se inició este precoz verano, he oído esa pregunta: Y a ti, ¿qué te pasa?

Es una pregunta que recoge una demanda con algunos matices. De una parte, muestra interés en lo que le pasa al otro y, al tiempo, hay un cierto sabor de fondo que parece recriminar que no se esté como unas castañuelas.

Parece que hay una pieza en el puzle que falta, o algo que no encaja o…vaya ud a saber…y sobre eso quería hablaros.

Si compartes con conocidos la situación,  la respuesta surge con inmediatez : ¡la culpa es del calor! …y cómo estas temperaturas, que exceden con mucho la capacidad de aguante de la media de la ciudadanía, sobre todo después de algunos días, están haciendo mella en el sistema nervioso de algunos, no permitiendo un descanso reparador ni el disfrute de la vida en la calle hasta que no avanza la tarde.

Se oye a algunos bendecir el ir a sus lugares de trabajo y gozar de un aire acondicionado que alivia un ambiente tan caluroso, mientras compadecen a aquellos que por su trabajo sudan lo que no está escrito en las carreteras, parques o pateando las calles.

Para esa respuesta inmediata, hay una tirita, que es llevar una vida (en la medida de nuestras posibilidades) ajustada a la estación y a las condiciones que nos rodean, no sólo respecto a nuestro trasiego laboral diario, si no a lo que comemos, a qué tipo de ejercicio hacemos…

Al margen del calor presente, y a pesar de ello, el sabor de lo que se percibe no tiene un registro dulce y alegre, pareciera que se convive con cierto malestar; está en el aire y uno piensa: quizás pueda ser la política internacional, y no sería para menos, el mundo, como diría mi abuela, está patas arriba; no obstante, quizás sea el momento de preguntarnos, si no lo hemos hecho antes, qué es lo que nos disgusta tanto y qué podemos hacer nosotros; qué es lo que está en nuestra mano para que ese sabor sea por lo menos neutro si no puede ser dulce.

¿Os suena a revista de autoayuda? Si lo es, no es mi pretensión, pero sí lo es enfocarnos en el autocuidado, y os diré por qué.

Nos pasamos la vida haciendo, moviéndonos y ese movimiento tiende a ser externo, dedicándonos  poco, muy poco a cosas muy sencillas y que tienen verdadero impacto en nosotros.

¿Nos preguntamos cómo reacciona nuestro organismo con ciertos alimentos?, ¿Cómo nos sienta lo que pensamos?, ¿Cómo nos sientan las decisiones que tomamos?.

Cada día en nuestra vida hemos de elegir y, a veces, el resultado de una elección, sobre todo si no nos gusta el resultado, puede dirigirse hacia los demás, no responsabilizándonos de sus efectos, abocando así una cantidad ingente de “basura “a nuestros conciudadanos, a ese aire que todos respiramos.

¿Sería quizás una buena opción aprovechar las vacaciones y propiciar lo que su etiología nos propone, esto es: estar libres y vacíos y así poder darnos cuenta de cómo nos relacionamos con lo que nos rodea y poder tomar conciencia de lo que nos hace bien?

Deseo que esa parada sea una realidad y nos permitamos la posibilidad de escucharnos y escuchar para poder movernos más armónicamente y poner algo de dulzor a este mundo que parece estar “patas arriba”.

Yo lo procuraré.

Buen verano a todos y gracias por compartir conmigo un año más.

Luz y alegría

Tundra

Fotografia Tundra de San Martin

 

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AMAPOLAS EN EL CAMINO

Queridos lectores y amigos,

Os envío esta nota fuera de nuestro tiempo de encuentro con la idea de lanzar una propuesta.

Vosotros decidiréis si os queréis sumar y si creéis que alguna de vuestras experiencias o descubrimientos, en lo que lleváis vivido, pueden ser útiles para todos nosotros y así poder compartirlas.

La propuesta consiste en:

-Crear un espacio nuevo que llamaremos: Amapolas en el camino.

-Recogerá un escrito mensual aportado por alguno de vosotros, que alternaré con uno de mis escritos mensuales. Por tanto, seleccionaré 11 textos.

Temática: alguna experiencia o aprendizaje que haya sido valioso para tu vida.

-Longitud del texto: menos de 1000 palabras

-Idioma: Castellano (eso permitirá que aquellos que nos leen desde otros países puedan seguir haciéndolo).

Podrá aparecer vuestro nombre, un pseudónimo o, simplemente, si no queréis compartir la autoría, se publicará como anónimo.

-Si queréis enviar audio con el texto grabado, estaré encantada de que otras voces compartan espacio en mi blog; si no, lo grabaré yo, ya que el audio no tiene otra intención que lo que escribimos llegue a gente con dificultad visual o de lectoescritura, que fue el motivo por el cual lo incluí.

El por qué de este espacio, no es otro que el de dar un lugar para compartir a aquellos que me habéis manifestado que tenéis algo que decir, o que os gustaría transmitir  alguna experiencia o algún aprendizaje, por que quizás les puede ser útil a otros. 

Abro la convocatoria hoy 1 de junio y la cerraré el 31 de agosto.

Vivid, experimentad y compartid

¿Qué puede ser más nutritivo?

 

Enviad vuestros escritos o dudas al siguiente mail:

amapolasenelcamino@gmail.com

 

¿OS ANIMAIS?

Uno sabe lo que escribe, pero nunca a quién o a dónde llega y tampoco el efecto que causa. Es una de las maravillas de escribir.

Que lo que compartamos sea en beneficio mutuo y nos aporte luz y alegría.

 

Los autores de aquellos textos que sean seleccionados recibirán uno de los libros publicados con el agradecimiento de todos aquellos a quienes su vivencia  pueda ser útil.

En el caso de que decidáis participar informo que cedéis vuestro texto en beneficio de los que nos leerán. Es un espacio abierto, no remunerado.

GRACIAS A TODOS !

El mar, el mar y no pensar en nada

…así acababa un poema que ha estado presente desde mi infancia…

El verano ya se palpa en el ambiente. De vez en cuando, días de calor nos visitan adelantándonos lo que está por llegar.

Los niños, ya en manga corta, juegan en las plazas casi hasta que ocurece, dejándose secuestrar por la maravillosa luz y la energía del sol que nos acompaña hasta tarde durante la jornada.

¿Qué os pide el cuerpo cocinar en este momento? … o mejor dicho, ¿con qué os pide cocinar?

Mar

Vivo en el interior, no muy lejos del mar, sólo lo suficiente para echarlo de menos. Prácticamente siempre he vivido cerca de él e incluso cuando no lo estuve, buscaba el agua y su movimiento intrínseco visitando el río que cruzaba mi pueblo, mi ciudad o las fuentes que brotaban de la montaña.

Os pregunto qué os pide el cuerpo, porque después de esta locura en la que hemos estado viviendo y en la que todos hemos hecho nuestros equilibrios, mi cuerpo me pide mar.

Me levanté un día echándolo de menos, ya no servían los audios grabados de sus aguas rompiendo en la playa o en las rocas; echaba de menos ver el movimiento de sus aguas y sentir cómo se movían en mí; eché de menos su intercambio…Necesitaba cocinarme con agua de mar.

¿Lo habéis percibido alguna vez? Los que me conocen recordaran la primera vez que lo sentí… no fue hasta aquella ocasión, una clase práctica de osmosis en toda regla, en la que pude percibir el intercambio entre las aguas de este “mar nuestro”(mare nostrum) y yo.¡Y pensar que eso estaba pasando en mí desde hacía más de 30 años! Probadlo si tenéis ocasión, prestad atención después de entrar en el agua, y al cabo de un ratito, quizás, si os apetece y el mar os da la oportunidad, haced el muerto y observad.

Yo tuve la ocasión de hacerlo en un mar al que estoy vinculada por afecto y por tradición y, cuya concentración salina es alta, fue un sobresalto de agradecimiento bendito a quien nada pide y todo lo daba. Después de aquellos días, yo volvía a donde vivo distinta. Alguien había sido generoso conmigo más que yo misma, y volvía a reconocerme en quien era, más tranquila, más serena, en general había perdido peso… y eso siempre es un aliciente 😉 y todo lo que no se ve pero que había cambiado.

Al cabo del tiempo, conocí a alguien que le puso palabras y estudios científicos a aquella experiencia y le dio a mi mente la información que necesitaba para no pensar que lo que había sentido era una ilusión. Y de esto hace ya más de 12 años.

Mariano Arnal y la Fundación Aquamaris nos explicaban a un grupo de personas que “en el agua del mar estaban presentes todos los elementos del Sistema Periódico, todas las sales minerales y compuestos que necesitaban las células que forman nuestros tejidos y órganos, así como el resto de microorganismos (flora) que nos acompañaban” y “que el agua del mar teniendo una composición similar a la que tiene el plasma sanguíneo, era muy rica en oligoelementos, yodo, potasio, zinc, etc., cosa que el agua dulce no poseía.”

Playa del Sardinero

Así que alimentada mi curiosidad mental, y habiendo experimentado desde entonces conscientemente las bondades de los baños en el mar, que más que baños, algunos han tildado de infusiones, veo las puertas abiertas de mi cocina pidiéndome a gritos que escuche.

¿Por qué me grita? porque siempre hay una escusa para posponer.

Hoy decidí escuchar. Hoy decidí que si no estaba haciendo lo que mi cuerpo me pedía y mi mente ya sabía, estaba desatendiéndome a mí. Hoy decidí que no podía transmitir lo que quería si no estaba en ello, por que nadie puede dar lo que no tiene.

Y te recuperé: mis ojos te vieron y bailaron con el vaivén de tus olas, mis pulmones te sintieron y te respiraron y volví renovada.

Recordé entonces los famosos baños de mar de principios de siglo XX y a Renè Quinton y su teoría de la reconstitución celular a través del agua de mar…ahí lo dejo, por si queréis tirar del hilo.

Amo el mar

Me despido hasta la próxima ocasión con el deseo de que sepáis qué os pide vuestro cuerpo. Que tengáis el tiempo para parar y escucharlo; para parar y dárselo y por qué no, quizás un día este verano, recordéis este post y si no lo habéis experimentado aún podáis intercambiar unas palabras con el mar a través de vuestra piel y nutriros con él un ratito.

Feliz reencuentro

 

Luz y alegría

Tundra

Fotografia Tundra de San Martin

 

Copyright © Tundra de San Martin tundrasblog.com

Tren a uno mismo

Entrevista a Gemma Soler Raspall

Le precede una amplia sonrisa. Se percibe la seriedad del que busca lo auténtico y la sensación de que es un tren que no tiene parada en todas las estaciones, sino que se dirige a su destino a cierta velocidad y no se detendrá en el camino.

Conversar con ella sobre la cocina es descubrir que en una copa de vino o en un guiso sencillo hay mucho de nuestra humanidad y de nuestra divinidad en cuya búsqueda nos embarcamos en cada respiración.

Os presento a Gemma Soler Raspall, ¿Entramos en su cocina?

 

Gemma Soler

 

-Gemma , ¿te gusta cocinar?

Me gusta, y te confesaré que cada vez me gusta más, por que cada vez le encuentro más significado y proximidad a la alquimia. El acto de cocinar requiere de una implicación emocional, anímica… no es solamente la mezcla de elementos. Ahora mismo estoy en las mezclas más sencillas.   

-¿Qué tipo de cocinera eres?

Después de pasar por distintas tendencias, ahora busco el equilibrio desde el sentido común, sin grandes complicaciones, cocino de forma sencilla y me cocino también así, buscando la solidez interior, para que lo que surja sea nutritivo. No hace falta una cocina muy elaborada cuando el producto con el que cocinamos es de calidad.

– ¿Cómo te sientes en tu cocina en este momento de tu vida?

Estoy empezando a recolectar el fruto de un trabajo que empezó hace años y estoy en el proceso de decidir cual será el plato final, cosa que dejaré en manos del universo.

-¿Hubo algún momento en que empezaste a prestarle especial atención a tu vida?

Fíjate que yo diría que desde siempre. He sido una niña muy observadora, me fijaba mucho y eso ya era una forma de consciencia. Para mí la consciencia no es tanto el saber si no el querer saber, podríamos decir que he buscado desde siempre.

Pero he de reconocer que esa inquietud me viene de familia.

Magia

-¿Qué lenguaje utiliza la cocina que a veces no entendemos?

Sabes, he tenido la suerte de no perder parte de la conexión con la naturaleza y las percepciones que tenía de la realidad cuando era niña, así que su lenguaje, no me es ajeno.

-¿Qué “símbolos” hay en tu cocina?

Actualmente el estudio de la teosofía ocupa todo mi tiempo y contempla un abanico muy basto de información y aprendizajes que, para serte sincera, no sé dónde me llevaran.

-¿Qué tipo de cocina predomina en tu casa?

Lo más natural y cercana al productor consciente, así me gusta cocinar en mi cocina, con coherencia, y eso requiere fuerza de voluntad, paciencia y mucho amor.

– ¿Qué especies han aportado: calor, picante, dulzura y frescor a tu cocina?

Calor: La muerte de mi padre, fue una enseñanza para mí de lo que significa la palabra amor.

Picante: Las relaciones de pareja. A veces coger el punto justo al picante cuesta, conectar a ese nivel no es nada sencillo.

Dulzura: el mar, es la solución para muchas cosas, me suaviza, me alegra, me calma, me inspira, solo necesito olerlo, sentirlo.

Frescor : el conocimiento me mantiene despierta”

Mar

– ¿Cuál es tu ingrediente estrella?

Te diré dos, el primero de ellos es la fuerza de voluntad. La perseverancia es una de las virtudes que he tenido en mi vida de forma espontánea. La otra es la magia, es el ingrediente que a menudo no se confiesa pero que sí está ahí es el que otorga el “toque definitivo”.

-Entiendo pues, que existe la  magia en tu cocina, ¿no?

Cuando somos pequeños tenemos algo maravilloso: la imaginación que es la puerta de entrada a la magia.Por desgracia, a medida que nos vamos haciendo mayores la perdemos, perdemos la fe y dejamos de ser magos y magas.

– Y ¿tienes alguna receta infalible para casos de emergencia?

Creo que la improvisación. Tantos años dando clases en la universidad te permite aflorar la creatividad y al mismo tiempo desarrollas la flexibilidad. Cocinar con los ingredientes que tienes, sean los que sean, e intentar elaborar un buen plato con la suma de todos ellos.

Gemma Soler

-¿Qué no debería faltar en las cocinas?

El fuego, el Amor de los alquímicos, de los filósofos herméticos, que no sólo calienta (te nutre, te da calidez) si no que aporta luz (conocimiento y visión).

-¿Qué llevas practicando toda tu vida?

Me temo que la paciencia, es un ingrediente que llevo trabajando mucho tiempo a través del Mindfullness, la meditación, la relajación…todo esto me ha ayudado a comprender mejor el ritmo del otro; a veces pretendemos imprimir nuestro ritmo a los demás y si eres rápido puede ser sofocante para los que te rodean.

Dime una palabra, un color, un olor y un sabor que te hayan alimentado.

Una palabra:¡Abracadabra!

Os diré que no me he resistido a buscar la etimología de la palabra y en arameo significa: “crearé como diré” …y pienso, interesante palabra…

Un color: el azul que está presente en el cielo y el mar en toda su inmensidad.

Un olor: el que más valoro cotidianamente es el café, es estimulante y me ayuda en mi búsqueda.

Un sabor: el chocolate, el pecado de muchos…por algo debe tener la tradición histórica que tiene, e invita a compartir.

Con lo que sabes, ¿con qué tipo de cocina soñarías?

Con una cocina internacional, que todos pudiéramos entender, comprender y pudiésemos disfrutar de ella. Una cocina integrada que es lo que necesita el mundo.

Fe

Quizás si recuperamos nuestra fe la magia se produzca y la alquimia del Amor se de en el corazón de cada uno para poder Ser, que es lo único que el mundo precisa.

Con este deseo me despido hasta la próxima ocasión, no sin dejar unas preguntas en el aire:

 ¿Perdimos la fe? Si la perdimos, ¿para qué nos sirvió? y…cómo podríamos recuperarla.

Quizás el mar nos inspire y nos ayude a recuperar el camino hacia lo que en esencia somos…

Luz y alegría

Tundra

Fotografia Tundra de San Martin

 

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Usar conscientemente la armonía de tu voz

Volvemos a encontrarnos entrados ya en la primavera con ese ir y venir climatológico, con ese desentumecimiento y despertar a la vida de nuevo y veo la flor del cerezo o la del almendro mientras paseo por los campos dando la nota de color a unas ramas aun desnudas.

Contemplo esas flores sobre el fondo azul del cielo creando una belleza difícil de replicar.

La imagen me lleva a los campos del Jerte, a las fotografías del Japón minimalista y a pensar en la estética de nuestra cocina, la estética de nuestra vida.

Pensar te lleva a abrir muchas puertas, a ojear muchos libros, a escuchar muchas músicas y valoro qué es para mí la estética.

Primavera

Después de darle vueltas concluyo que lo estético en mi cocina es aquello que es armónico y, el pensamiento armónico me dirige a hacerme una batería de preguntas que no se si tienen una sola respuesta. Hoy os compartiré algunas. Seguramente cada uno obtendrá sus respuestas, no son mejores ni peores que las del vecino, simplemente son las que resuenan con nosotros y si resuenan, están bien.

Lo importante es preguntarnos qué crea armonía en nuestra cocina y cómo propiciamos su creación con pequeños actos cada día.

Agua
Agua

La primera faceta armónica que aparece en mi mente, es que cada cosa tiene su sitio y hay un sitio para cada cosa, esto es, la necesidad de orden; no un orden obsesivo si no una estética en la disposición de lo que te rodea que le da el toque de serenidad a los espacios. A veces juego con este concepto y probarlo me permite saber mi nivel de tolerancia al caos y mi flexibilidad a todo aquello que no forma parte de mí.

Orden, ¿cómo ordeno mi vida?

¿En su diseño hay belleza? ¿Qué aspecto tiene? ¿Es un sereno paseo entre campos o una carretera de curvas excitante o quizás un puzle cubista?

Me sobresalta otro pensamiento.

Se me agolpan las preguntas y, entre ellas, hay una que está subrayada y en negrita, y me pregunto cómo mi voz puede crear armonía.

Colibri

¿Qué palabras utilizo para construir ese arreglo musical de comunicación diario conmigo y con los demás? ¿Acaso mi voz puede ordenar armónicamente lo que me rodea?

Se abre un sinfín de posibilidades a la hora de jugar.

Y pienso si lo que digo y cómo lo digo puede hacer brillar de una forma especialmente singular el potaje que cocino hoy.

Os diré que mi experiencia después de jugar algunos años responde que sí, rotundamente sí y sí. No descubro con esto la sopa de ajo, pero que bien sienta constatar en carnes propias y ajenas lo que quizás algunos han dicho antes que yo.

Descubrí que acariciar a alguien crispado o alegrar sus oídos e introducir el vuelo risueño del colibrí en su vida era un paso para transformar el mundo.

Si hay algo que nos caracteriza como seres humanos son nuestras relaciones, presididas la mayoría de veces por lo que decimos. Lo que decimos y nuestro cansancio, lo que decimos y nuestras frustraciones, lo que decimos y el tintineo alegre con el que nos hemos levantado un día cualquiera.

¿Por qué no levantarnos y hablarnos con AMOR, para poder reflejarlo? Y, si por casualidades del destino, el pie izquierdo se alza antes que el derecho, pongamos especial sensibilidad en nuestro movimiento y nuestras palabras ese día, por que esos, son días de aprendizaje y observación de quien soy también.

Pensaba en palabras que me gusta utilizar y me sientan bien, por ejemplo: deliciosa– me recuerda a la fruta jugosa y dulce-; o descubrimiento-es como darme una llave que lleva a algún sitio fantástico, quizás sólo a la esquina, pero el camino hasta allí promete-; o fósforo-suena a antiguo, al menos en mi entorno pocos lo utilizan ya, pero al decirlo resuena en mí la potencial llama que es.

Fruta deliciosa

Nos sugiero empezar el mes de abril observando lo que nos decimos y lo que le cedimos a los demás.

De dónde sale nuestro mensaje, ¿Es armónico? ¿Será nuestro mensaje delicioso? ¿Qué tono y música lo acompaña? ¿Descubriremos en él alguna melodía desconocida? ¿Qué cuadro pintaré ese día en lo que me rodea? ¿Pongo luz, como el fósforo ?

Con el deseo de que descubráis una faceta más de vosotros en el mensaje que trasladamos al mundo con nuestra voz, me despido hasta la próxima ocasión en la que seguiremos hablando de belleza y armonía.

Luz y alegría

Tundra

Fotografia Tundra de San Martin

 

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Y tu, ¿Cómo te sientes en tu cocina?

“Somos maravillosos en nuestra esencia; nuestra humanidad es sólo una vestimenta”.

Soy de las que piensa que estamos aquí por voluntad propia y con un propósito; quizás sea una entelequia mental, pero a mí me sirve.

La practicidad, me viene de madre y, cuan interesante es “mi cocina”, Mi Vida, cuando tomo esas premisas e investigo para qué estoy aquí… y descubro que llevo practicando toda una vida.

Los fogones nunca han sido lo mío, de hecho, mi abuelo paterno, cuando me tocaba cocinar algo, exclamaba: “¡Atiza”! Como podéis imaginar, no lo decía porque fuese la Chef del año; no obstante, he ido descubriendo especies, formas de cocinar y sobre todo, cómo sentirme cada vez más cómoda en “mi cocina”.

Este blog, no tiene intención de ser un monólogo para trasladaros lo que haya podido aprender, aunque creo que no podré dejar de compartir con vosotros herramientas que a mí me han sido, y me siguen siendo útiles, sino que os propongo ponernos las gafas de investigador, como cuando éramos pequeños, y preguntábamos constantemente: ¿por qué?

Hubo un día, no se cuál, en el que algunos dejamos de hacerlo…y digo algunos, porque, ¿no me digáis que no tenéis algún amig@ que no sigue haciendo entrevistas de tercer grado cada vez que habla casualmente con alguien?

Con respecto a las preguntas, os avanzo, que he propuesto a personas de diferentes ámbitos, participar de una entrevista que intercalaré con entradas/ reflexiones escritas por mí.

Deseo que esas entrevistas nos sean útiles a todos. Quizás haya alguna respuesta que nos abra una ventana o, siembre una semilla o, simplemente, ofrezca otra visión de la realidad.

Hoy, sólo quiero lanzaros una pregunta:

¿Cómo te sientes en “tu cocina”, en tu vida?

Siente la pregunta, y aunque pueda parecer trivial, respóndela desde el sentir. Respira, 2 minutos solamente y, lanza la respuesta.

Una palabra para unos, será suficiente; para otros, será un párrafo, una hora de charla; concédetela y, después, destila todo lo que has dicho, escrito, pintado, cualquiera que sea tu manera de expresión, como si de una gota de esencia se tratase.

Si eres de los metódicos, de los que utiliza el Excel, te animo a que apuntes lo que vayas descubriendo; si no lo eres, tu subconsciente, ese que trabaja para nosotros desde las profundidades, hará su función y en algún momento te lo mostrará, si es que ese es tu camino.

Quizás, el ser hija de maestros, me ha enseñado a entender y aceptar que no todos aprendemos ni nos conducimos de la misma manera, y a apreciar cuan rico puede ser que esa diversidad de “formas” puedan interactuar enriqueciéndose mutuamente.

No obstante, os confesaré que eso lo “entendí” no hace mucho, así que, todo requiere su tiempo. Tengamos paciencia con nosotros mismos.

Con una sonrisa, el perfume del jazmín y el agradecimiento de que hayáis dedicado un ratito de vuestro tiempo a compartirlo conmigo, os dejo hasta dentro de unos días.

Luz y alegría

Tundra

Gastronomía, ¡SI!

¿Qué es La Vida sino una alquímica colaboración de ingredientes en la cocina de cada quien?

¿Qué, por qué y para qué creamos en “nuestra cocina” las experiencias que vivimos?

Conversando con Tundra, Periplo de un aprendiz de “cocina”, es un blog que se inicia hoy y cuya pretensión de vida, inicialmente, será de un año.

En él, y utilizando la metáfora, hablaremos de “nuestra cocina” haciendo referencia a nuestra vida.

Todo proyecto tiene un inicio: HOY, un desarrollo y un final.

Si algo he aprendido es, que el cambio camina con nosotros, aunque a veces no queramos verlo. ¿Por qué no hacerlo nuestro cómplice?

¿Qué vais a encontrar en mi blog?

Sin pretensión de generar un suspense innecesario, lo iréis descubriendo si acaba pareciéndoos lo suficientemente interesante como para invertir más de los 8 segundos que, según las estadísticas, utilizamos para discriminar si algo merece nuestra atención o no. ¿Os sintonizáis conmigo?