Y tu, ¿Cómo te sientes en tu cocina?

“Somos maravillosos en nuestra esencia; nuestra humanidad es sólo una vestimenta”.

Soy de las que piensa que estamos aquí por voluntad propia y con un propósito; quizás sea una entelequia mental, pero a mí me sirve.

La practicidad, me viene de madre y, cuan interesante es “mi cocina”, Mi Vida, cuando tomo esas premisas e investigo para qué estoy aquí… y descubro que llevo practicando toda una vida.

Los fogones nunca han sido lo mío, de hecho, mi abuelo paterno, cuando me tocaba cocinar algo, exclamaba: “¡Atiza”! Como podéis imaginar, no lo decía porque fuese la Chef del año; no obstante, he ido descubriendo especies, formas de cocinar y sobre todo, cómo sentirme cada vez más cómoda en “mi cocina”.

Este blog, no tiene intención de ser un monólogo para trasladaros lo que haya podido aprender, aunque creo que no podré dejar de compartir con vosotros herramientas que a mí me han sido, y me siguen siendo útiles, sino que os propongo ponernos las gafas de investigador, como cuando éramos pequeños, y preguntábamos constantemente: ¿por qué?

Hubo un día, no se cuál, en el que algunos dejamos de hacerlo…y digo algunos, porque, ¿no me digáis que no tenéis algún amig@ que no sigue haciendo entrevistas de tercer grado cada vez que habla casualmente con alguien?

Con respecto a las preguntas, os avanzo, que he propuesto a personas de diferentes ámbitos, participar de una entrevista que intercalaré con entradas/ reflexiones escritas por mí.

Deseo que esas entrevistas nos sean útiles a todos. Quizás haya alguna respuesta que nos abra una ventana o, siembre una semilla o, simplemente, ofrezca otra visión de la realidad.

Hoy, sólo quiero lanzaros una pregunta:

¿Cómo te sientes en “tu cocina”, en tu vida?

Siente la pregunta, y aunque pueda parecer trivial, respóndela desde el sentir. Respira, 2 minutos solamente y, lanza la respuesta.

Una palabra para unos, será suficiente; para otros, será un párrafo, una hora de charla; concédetela y, después, destila todo lo que has dicho, escrito, pintado, cualquiera que sea tu manera de expresión, como si de una gota de esencia se tratase.

Si eres de los metódicos, de los que utiliza el Excel, te animo a que apuntes lo que vayas descubriendo; si no lo eres, tu subconsciente, ese que trabaja para nosotros desde las profundidades, hará su función y en algún momento te lo mostrará, si es que ese es tu camino.

Quizás, el ser hija de maestros, me ha enseñado a entender y aceptar que no todos aprendemos ni nos conducimos de la misma manera, y a apreciar cuan rico puede ser que esa diversidad de “formas” puedan interactuar enriqueciéndose mutuamente.

No obstante, os confesaré que eso lo “entendí” no hace mucho, así que, todo requiere su tiempo. Tengamos paciencia con nosotros mismos.

Con una sonrisa, el perfume del jazmín y el agradecimiento de que hayáis dedicado un ratito de vuestro tiempo a compartirlo conmigo, os dejo hasta dentro de unos días.

Luz y alegría

Tundra