-¿Qué connotación tiene tu cocina cuando la vives en árabe?
Una cocina donde no existe el reloj y se dispone de mucho tiempo, donde la vida es sosegada y se corre detrás de pocas cosas. Por otro lado, tiene una connotación de desafío y de superación de todo aquello de lo que iba huyendo.
-¿Qué especies han aportado las notas que dan calor, picante, dulzura y frescor a tu cocina?.
Calor: mi marido, me he sentido protegida y ha sido mi gran apoyo, es enormemente generoso.
Picante: mis desafíos ( dice con cara pícara)
Dulzura: mis hijos
Frescor: todo lo que he logrado
¿Cuál es tu ingrediente estrella?
La esperanza delante de cualquier situación que se me presenta, es lo que me sostiene. Mientras haya vida, hay esperanza.
-¿Sabes cuando cambiar de cocción?
Si, identificarlo y aceptarlo es lo primero, cambiar de dirección cuesta, los giros cuestan, pero mi vida ha sido una adaptación al cambio, llevo muchos años de práctica.
– ¿Cuan importante es la estética del plato en tu cocina?
Soy una mujer eminentemente práctica, si consigo el sabor, la estética es secundaria.
– ¿Tienes alguna receta infalible para casos de emergencia?
Si, acercarme a mi fe, y también cuido mi bienestar para coger fuerzas y abordar lo que me trae la vida.
Confío en que Dios puede sostener lo que yo no puedo, y en Él consigo una paz interna.
-¿La magia existe?¿Hay espacio para la magia en tu cocina?
Hay magia, gracias a Dios, y he tenido mucha suerte a pesar de las dificultades.
-¿Qué llevas practicando toda tu vida?
Sonrío, siempre…incluso con mascarilla, es mi terapia.