¿Qué palabras utilizo para construir ese arreglo musical de comunicación diario conmigo y con los demás? ¿Acaso mi voz puede ordenar armónicamente lo que me rodea?
Se abre un sinfín de posibilidades a la hora de jugar.
Y pienso si lo que digo y cómo lo digo puede hacer brillar de una forma especialmente singular el potaje que cocino hoy.
Os diré que mi experiencia después de jugar algunos años responde que sí, rotundamente sí y sí. No descubro con esto la sopa de ajo, pero que bien sienta constatar en carnes propias y ajenas lo que quizás algunos han dicho antes que yo.
Descubrí que acariciar a alguien crispado o alegrar sus oídos e introducir el vuelo risueño del colibrí en su vida era un paso para transformar el mundo.
Si hay algo que nos caracteriza como seres humanos son nuestras relaciones, presididas la mayoría de veces por lo que decimos. Lo que decimos y nuestro cansancio, lo que decimos y nuestras frustraciones, lo que decimos y el tintineo alegre con el que nos hemos levantado un día cualquiera.
¿Por qué no levantarnos y hablarnos con AMOR, para poder reflejarlo? Y, si por casualidades del destino, el pie izquierdo se alza antes que el derecho, pongamos especial sensibilidad en nuestro movimiento y nuestras palabras ese día, por que esos, son días de aprendizaje y observación de quien soy también.
Armonía es ir de la mano de lo que nos dices y como lo dices… Gracias gracias gracias!
Gracias por estar al otro lado. Bssss
Alegría!!
Gracias por el aroma esquiscito de tu voz 😉
Gracias por tomar parte de tu tiempo en leerlo o escucharlo. Un abrazo
Armonía: Ni faltan ni sobran palabras, precioso.
Falta un dibujo de los tuyos;-) Muchas gracias. Un abrazo