ENTUSIASMO

Os traigo en esta ocasión esta palabra: ENTUSIASMO. Os la traigo, cuando los días empiezan a alargar visiblemente; cuando el sol parece querer acompañarnos en un proceso de apertura; cuando el corazón empieza a coger carrerilla en su despertar para dar paso a la primavera, a pesar de que este invierno fue más bien tibio.

La palabra entusiasmo, de por sí, nos prepara para algo excitante, parece que lleva implícito el acto de mover el trasero de la silla y llevarnos a la acción; sí, nos hace saltar de ella porque algo nos impele a hacerlo, nos motiva.

Imagen de Gerd Altmann en Pixabay

Desgranemos un poco esa palabra. Proviene del griego: enthousiasmós, la partícula  “en”, significa interior y  la partícula “thou” ,en griego, significa sagrado …los expertos lo traducen literariamente como el “rapto divino”.

Si nos situamos en el mundo mitológico, cuando alguien se dejaba llevar por el entusiasmo implicaba que la energía de un dios se manifestaba a través de él y así pintores, escritores o poetas traían al mundo obras que parecían superarlos a ellos como seres humanos.

Algunos dirían que aquellos estaban poseídos por esta fuerza que supera obstáculos manifestando cosas extraordinarias.

Hasta aquí, pareciera que debiéramos tomar zumos de entusiasmo por doquier para que nuestra vida estuviese llena de color y, hay un algo de cierto, rodearse de entusiastas es como acercarse a una fuente de energía inagotable.

Imagen de Shawn Suttle en Pixabay

No obstante, hay un matiz que puede ir asociado al entusiasmo que me tiene un tanto inquieta y que os comparto, tiene que ver con la posible intolerancia que mi entusiasmo por algo, pueda suponer respecto de otros que no estén tan entusiasmados, o incluso estén en contra de lo que a mí me ha robado el corazón.

El exceso de entusiasmo, ese ímpetu arrollador lleno de pasión puede rallar la vehemencia, y con ella el poco respeto al que no comulga con nosotros en aquello de lo que estamos ardientemente convencidos o a lo que nos dirigimos. También puede desembocar en cierto desprecio o menosprecio de lo que otros opinen y que es diverso de lo que yo veo con una claridad pasmosa, y entonces, echo el freno de mano y me pregunto si el entusiasmo no debe ser un elixir que debe ser suministrado con cuentagotas para disponer, en su justa medida, de esa motivación y la perseverancia que irá cogida de su mano, y así salvar los obstáculos que aparezcan en el camino, y al tiempo, no ciegue nuestra mente en pos de un objetivo seguramente bondadoso a nuestros ojos.

Os dejo con esta pequeña reflexión y con el deseo de que nada, nunca nos entusiasme tanto que queme nuestro sistema en su ardiente fuego, a no ser que sea para AMAR.

Luz y alegría

Tundra

Tundra

 

Copyright © Tundra de San Martin tundrasblog.com

4 respuestas a «ENTUSIASMO»

  1. Así es querida Tundra!
    No siempre nuestro entusiasmo despierta empatia , y es comprensible.
    Como estado el entusiasmo es motivación y motor de creatividad e innovación, como motor de energía debemos cultivar un entusiasmo pausado, más en los tiempos que corren en los que abunda el desaliento, el desen entusiasmo y nuestro entusiasmo puede ser percibido como un estado lejano. Buen Viernes!

    1. Buenos días Mónica,
      cierto, y ese motor debe estar bien engrasado y dispuesto para la acción… sin que los demás necesariamente deban /tengan que entenderlo y comulgar con ello, por eso hacía la reflexión de cuál podría ser la recepción por parte de otros…
      Gracias por ser una entusiasta con sensibilidad.
      un abrazo
      Tundra

  2. Hola guapa, como siempre, gracias por tu entusiasmo pausado con el que manifiestas todos tus relatos, con la única intención de que aprendamos a amar.
    A mí, el entusiasmo me entusiasma de tal manera que se me hace como que quiero correr, aunque esté sentada.
    Muchas gracias de nuevo guapa.🤗🤗

Los comentarios están cerrados.