Colores, olores y sabores varios

En nuestro anterior post hablábamos de belleza y armonía, hablábamos del orden y de cómo quizás nuestra voz podía generar un entorno armónico.

Mi mente, que busca cómo conseguir ese equilibrio que nos da paz y serenidad y que nos permite transmitir lo que en esencia somos, pasa a deleitarse con mis sentidos y me pregunto qué armonía creo para mi paladar y cómo cuido la alimentación que no sólo nutre el cuerpo si no también el alma a través de la belleza de lo que aparece en el plato…y su olor… ummm…

¿No os ha pasado que hay momentos en que necesitas ver y sentir el calor y el olor de un potaje, en otros un buen batido de frutas, en otros quizás una parrillada con alioli? Y no es intercambiable el momento en que nos apetece cada uno de ellos.

Ensalada
Filete
Ensalada

Darle al cuerpo lo que te pide, siempre que no sea por pura glotonería o por resarcir una parte de nosotros que no está satisfecha (que de esos momentos, haberlos haylos), forma parte de buscar ese balance en nuestra vida. Me equilibro y desde ahí genero un exterior armónico.

A veces me cuesta conectar con esa necesidad, la real del cuerpo, y doy vueltas sin fin, sin saber qué fogón accionar, y pulso el botón del momento SIPI (si estoy lo suficientemente atenta) y pienso en la frase: “como es dentro, es fuera” y continuo tirando del hilo.

La permeabilidad forma parte de nuestra vida, y me planteo, ¿y si creo fuera lo que no sé reconocer dentro de mí (porque la veleta da vueltas al son del viento que sopla sin encontrar su dirección) y así encuentro una vía para conectar con ello?

Me afano entonces en presentar un plato que entre por la vista, combinando colores y sabores y que sature agradablemente mi nariz.

Fulard

Y ese plato de colores puede ser una vestimenta sedosa, una camiseta blanca de algodón o de colorines, un recogido en el cabello, un afeitado, un perfume, para cada cual y cada momento habrá algo distinto, ese algo que permite encontrar ese balance perdido.

Seguro que os ha pasado a vosotros en algún momento, y es a partir de esa sencilla decisión, de ese pañuelo al cuello, de una colonia fresca, que creamos ese toque armónico y bello que necesitamos justo para ese día y, desde ahí todo parece que fluye de manera distinta y se desprende alegría y paz en nuestro quehacer diario.

Hay personas muy sensitivas que saben reconocer esa pieza del platillo que no hemos colocado, falta el verde, quizás algo refrescante, falta el rojo, quizás algo picante y cálido, falta el amarillo…

¿Conocéis a algun@?

Yo conocí a alguien que me mostró cómo estar conectado con su arte, le permitía extraer la belleza que a ojos de cualquiera podía quedar oculta y, con ella, crear armonía y alegría a su alrededor. Me lo imaginaba como un guijarro que cae en un lago y que genera las consabidas ondas concéntricas, así que su hacer, se propaga más allá de lo que esculpe y ese pensamiento me llevó a un poema…pero eso os lo mostraré en la próxima entrevista.

Os dejo hasta la próxima ocasión con el deseo de que descubráis una nueva forma de poner vuestro toque armónico al día. ¿Qué color falta en mi platillo hoy? Quizás ninguno, o quizás podamos encontrarlo en la alacena esperando a ser identificado para ofrecernos un “perfume” singularmente adecuado a lo que nuestro Ser necesita y que nos acerca más a la belleza y la simplicidad de la naturaleza.

Luz y alegría

Tundra

Fotografia Tundra de San Martin

 

Copyright © Tundra de San Martin tundrasblog.com