Descubrir tu voz, descubrirte a tí mismo

Entrevista de Gemma Reguant

Me fascina su mirada entre serena y pícara, su risa suelta, su naturalidad y la profundidad de lo que me explica con la paciencia de los que están acostumbrados a enseñar y se adaptan al ritmo del que escucha.

Si te la cruzas, notarás su presencia, la de alguien que está cada vez más a gusto consigo misma, quizás no hable, pero está y si habla, su voz profunda te llegará dulce como delicados son los pétalos de amapola.

Os presento a Gemma Reguant, actriz, profesora de voz y expresión oral, investigadora y directora. ¿Entramos en su cocina?

-¿Te gusta cocinar?

Tundra, te diré que la vida, y por tanto nuestra cocina, es una aventura fascinante que agradezco constantemente.

-¿Qué tipo de cocinera eres?

Sabes, cuando cocino me pasa algo singular, y es que huelo los alimentos que tengo, y me imagino las combinaciones posibles entre ellos y creo, creo de tal manera, que luego nunca puedo repetir el mismo plato.

En mi vida, experimento constantemente y disfruto en ese descubrimiento. Cada momento tiene un matiz y un color distinto, aunque aparentemente haga lo mismo. 

– ¿Cómo te sientes en tu cocina en este momento de tu vida?

Yo creo que la edad se podría comparar con el vino, mejora con el tiempo y, en este tiempo, yo estoy disfrutando, disfruto de cómo veo y enfoco las cosas, de cómo me siento, y de las sorpresas agradables que llegan a mi vida. Reconozco que me siento afortunada en esto de cumplir años.

-¿Hubo algún momento en que empezaste a prestarle especial atención a tu vida?

Creo que un momento clave en mi vida fue cuando me llamaron para que impartiera clases de voz; yo era actriz y disfruto de mi profesión y ese giro fue una sorpresa que no me planteaba. No obstante, mi percepción es la de un camino con continuidad más que un camino con requiebros pero, eso sí, cada vez más luminoso y brillante porque cada vez disfruto más de la vida.

-¿Qué lenguaje utilizas en la cocina?

El picante. Soy intensa en mis emociones, las vivo así, y el picante me moviliza.

-¿Qué símbolos hay en tu cocina?

Me he ido dando cuenta de que me gustan aquellas cosas que son bellas, como las flores, que conectan con mi feminidad y mi sentir abierto, huyendo de rigideces.

-Ummm…confiésanos, (le digo con complicidad) ¿Qué sentido predomina en tu cocina?

Claramente el olfato, a través de él siento lo que me rodea. El resto de sentidos tienen mucha importancia también, pero si tengo que destacar uno, sería el olfato. Fíjate que es una herramienta que utilizo antes de entrar en escena y que me permite conectar con el cuerpo, algo básico para poder transmitir en el escenario.

-¿Qué especies han aportado: calor, picante, dulzura y frescor a tu cocina?

Calor: el Amor y la alegría, son el calor de la vida.

Picante: el baile y todo lo que conlleva movimiento corporal.

Dulzura: la ternura, las miradas a los ojos, los abrazos.

Frescor : las cosas nuevas, la naturaleza y la risa.

-¿Cuál es tu ingrediente estrella?

Sin dudarlo, la alegría que sentimos cuando nuestro corazón está abierto; es un ingrediente que en mi vida no deseo que falte y si percibo que desaparece, lo busco, busco ese estado interno que no depende de lo que pasa fuera, y me ayudo del baile y la meditación en esa búsqueda.

-¿Tienes alguna receta infalible para casos de emergencia?

Oler…buscaría el olor de la mandarina, la canela o el clavo o… el olor de la piel, mía o del otro.

Olora i parlaràs millor

-¿La magia existe? ¿hay espacio para la magia en tu cocina?

¡Claro! de hecho todo es mágico, cada cosa que nos ocurre, cada cosa que hacemos con ilusión en el trabajo, cada paso que das cuando bailas.

Una de las cosas que ha traído el Covid, creo, ha sido el darnos la posibilidad de apreciar la magia que constantemente nos rodea; ¿acaso no ha sido un momento mágico el poder salir al balcón y sentir el sol en tu piel o mirar el cielo durante estos meses de confinamiento?

¿Qué no debería faltar en tu cocina?

La alegría, el baile, la meditación y la escucha.

-¿Qué llevas practicando toda tu vida?

Llevo practicando toda una vida de ejercicios y de experimentación con la voz, de meditación y de autoconocimiento y, el teatro, para mí, ha sido un vehículo de autoconocimiento fascinante.

-¿Qué significado tiene la voz en tu cocina?

Fíjate que la voz es la consecuencia de todo, del pensamiento, del sentimiento, de la emoción y mi tarea como especialista es que el alumno se exprese desde la totalidad que es.

Es a través del método de olfacción que he creado, el MOD (Método de olfacción diseñado), que la persona puede transmitir desde una voz conectada a toda su fisiología, ofreciendo una voz muy corpórea, desde la planta de los pies e integrándolo todo.

Piensa que cada uno somos únicos, nuestra singular voz nos identifica más que la huella dactilar, cada uno tiene que encontrar su propia voz y para ello hay que dejar de hacer aquello que nos impide expresarla.

Hablar no sólo con la cabeza si no con todo nuestro yo.

¿Qué te ha permitido descubrir tu trabajo con la voz?

Te confesaré que entras en un mar infinito de exploración. Observas que primero necesitamos la materia, luego las emociones, después el empoderamiento, luego la apertura de la caja torácica y el darle espacio, como ves, es un mar inagotable para una mente inquieta.

Dime una palabra, un color, un olor y un sabor que te hayan alimentado.

Una palabra: Amor

Un color: el azul del cielo o el rojo del fuego

Un olor: el del romero, la María Luisa o el perejil

Un sabor: el chocolate o el sabor de los melocotones que comí un verano cuando era joven.

Con lo que sabes, ¿con qué tipo de cocina soñarías?

Me di cuenta, hace algún tiempo, de que lo que yo pudiera proyectar no tenía sentido, e incluso era minúsculo a lado de lo que la Vida nos podía ofrecer si fluíamos con ella; así que seguiría bailando, dedicando tiempo a lo que me gusta, a mi pareja …y estaría abierta a lo que aquella me ofreciese, subiéndome al tren de lo desconocido para vivir esta aventura.

Y ya que hablamos de deseos, ¿qué te parecería emplear una parte de nuestra jornada, en esta Escuela de Vida, a poder conectar con nuestros sentidos? Cómo cambiarían algunas cosas, ¿no crees?

Nos despedimos por que se va a bailar tango; según ella, un ejercicio profundo de escucha, de escucha del otro, del movimiento, de la música, del sentir y, pienso que es un simbólico mensaje de quien trabaja con la voz.

Recordaré cómo debían ser sus sensaciones cuando me coma algún melocotón de viña este verano y oleré mi piel antes de las cremas que algun@s nos ponemos después de la ducha y observaré hacia dónde me puede llevar la experiencia.

Os dejo hasta la próxima ocasión con el deseo de que nos olamos, nos bailemos y quizás, sólo quizás, descubramos que hay un universo esperándonos al otro lado.

Luz y alegría

Tundra

Fotografia Tundra de San Martin

 

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