Una cocina de fusión

Entrevista a Dàmaris Gelabert

Voy camino de mi próxima entrevista y me sorprendo reflexionando al contemplar el siguiente zengo: “Una vez, un encuentro” y pienso en lo importante que es atesorar cada encuentro como único.

Damaris Gelabert

En esta ocasión me entrevisto con Dàmaris Gelabert, conocida pedagoga que encontró en la música una herramienta poderosa.

Popular entre los niños y familias por ser una cantante vital, de amplia sonrisa que los acompaña en su crecimiento día tras día, Dàmaris, comparte una tarde con nosotros, revelándonos sus secretos y dejándonos entrar en su cocina.

¿La descubrimos juntos?

Dàmaris, partiendo de la metáfora que da sentido a este blog, que es hablar de nuestra vida como si de nuestra cocina se tratase… 

-¿Qué es lo que más te gusta de tu cocina? 

Lo que más me gusta de mi cocina es que, he recibido muchas recetas y, con esa herencia y, lo que yo voy descubriendo, en este momento de mi vida, creo cosas nuevas y puedo compartirlo con mucha gente, con los niños y sus familias.

-¿Crees que depositas una brizna de creatividad en cada uno de ellos?

De alguna manera sí, cuando tu creas una canción y llega a las casas, deja de ser tuya, sale de tus manos para sembrarse en cada uno de los que la reciben. Despierta un lenguaje de comunicación que a muchas familias les ayuda en su día a día y es grato estar al servicio y, que lo que una crea, sirva de alguna manera para ayudar.

-Presumo entonces que ¿te gusta tu cocina?

¡Claro!, no obstante, hay mucho por mejorar porque, por ejemplo, me cuesta planear las recetas, pensar en el futuro, me encanta improvisar con lo que tengo en este momento. La teoría del aquí y ahora podría decirse que forma parte de mí. También es cierto que la vida me ha ofrecido la posibilidad de rodearme de gente que sí tienen esa capacidad para planificar, algo que agradezco.

A medida que me he hecho mayor me he dado cuenta de que las cosas no se construyen sola. En la familia nos complementamos, cada uno tiene su roll; el que le es más fácil y connatural llevar a cabo.

Cuando aprendes a integrar lo que los otros te pueden dar es magnífico, porque te enfocas en lo que tú sabes hacer y no tienes que hacer esfuerzos ímprobos en lo que no. Aceptar que los demás están ahí para aportarte lo que a ti no te sale bien, es bonito, de hecho, es un regalo.

-¿Qué tipo de cocinera eres?

Como te digo, podría decirse que soy una cocinera que improvisa, me dejo llevar por lo que siento, pero eso no quita que, en mi vida, haya una gran dosis de voluntad, constancia y disciplina en lo que me propongo.

-¿Hubo algún momento en que empezaste a prestarle especial atención?

Creo que ha habido varios momentos en mi vida, me es difícil identificar uno, pero lo veo más como un proceso muy natural, porque siempre me he ido dejando llevar por lo que pasaba y he ido conectando con cada momento, sin hacer muchos planes de futuro.  A medida que caminaba iba viendo cosas que me interesaban más y, eso, producía un cambio en mí.

-¿Qué tipo de cocina predomina en tu casa?

Una cocina sencilla, improvisada y muy natural. No me hace falta una cocina sofisticada, de hecho, cuanto más cerca de la naturaleza estoy, mejor me siento.

En este caso, podríamos decir que menos, es más, y cuanto más ligera ando, más creativa soy y mejor me siento e intento transmitirlo a mi familia.

-¿Qué significa la música en tu cocina?

La música es un todo, y estoy convencida de que afecta vibracionalmente de forma muy positiva. Es lo que nos permite a nosotros, como familia, ser armónicos también y tener una vida tranquila, serena, que nos permite crear desde donde lo hacemos.

Yo pongo la melodía, mis hijos el ritmo y mi marido la armonía (musicalmente hablando) que está más conectada con la parte racional.

La música permite comunicarte más allá de las palabras, desde las emociones. Conoces al otro, lo aceptas, te escuchas y lo escuchas; la música es eso, si no aceptas al otro, si no escuchas, no puedes tocar con él; por eso siento que la música puede ayudar muchísimo a cohesionar los grupos, especialmente a las familias.

-¿Qué especies han aportado las notas que dan calor, picante, dulzura y frescor a tu cocina?.

El calor lo aporta la familia que llevo conmigo, la personal y la profesional.

El picante va de la mano de mi marido, por que siempre me sorprende, es muy creativo, tiene perspectivas nuevas y distintas, tiene una visión macro de la vida y de nuestra profesión.

La dulzura la recibo del mundo de los niños pequeños.

La primera infancia me parece una etapa increíble, conecto con ellos de una manera especial y así ha sido desde niña.

El abrazo de un niño da energía, da paz. Ellos muestran la verdad, la sinceridad, lo que me gustaría ser siempre. Además, tienen el componente del juego, del aprender y descubrir cada día, ríen, juegan. Para mí son el ejemplo a seguir y, por eso, me gusta tenerlos cerca.

El frescor son mis hijos que, por carácter y edad, conectan con eso.

¿Cuál es tu ingrediente estrella?

Sin duda alguna, el AMOR, si no hay Amor el plato no brilla ni tiene sabor.

El “dar”, para mí, es importante. Si no tienes Amor, no puedes darlo, y si no te quieres tampoco puedes querer, así que, sin duda, el Amor.

-¿Sabes cuando cambiar de cocción?

Voy aprendiendo con los años, pero no me cuesta adaptarme. Soy bastante flexible y eso tengo que agradecérselo a las experiencias que viví con mi familia que era muy abierta y, con la que tuve vivencias muy variopintas.

– ¿Cuan importante es la estética del plato en tu cocina?

Es importante. Me gusta gustar.

– ¿Tienes alguna receta infalible para casos de emergencia?

La terapia que me funciona siempre, es la música. Cantar. Si me encuentro mal, canto y se me pasa; yo lo asocio con que cantar me ayuda a respirar mejor y, creo que, sólo por eso, ya me resulta beneficioso.

Otra cosa que me ayuda, es ver siempre el lado positivo de las cosas, que es mucho y minimizo lo malo; de hecho, visualizo lo que no me aporta y literalmente lo alejo de mí, y me funciona.

-¿La magia existe?¿Hay espacio para la magia en tu cocina?

Sí. La magia siempre existe. La magia es la fantasía, forma parte de los niños y, como yo quiero ser como ellos, tengo que dar cabida a la magia, hay mucho espacio para ella.

-¿Qué llevas practicando toda tu vida?

El darse a los demás sin esperar nada a cambio.

-Dime una palabra, un color, un olor y un sabor que te hayan alimentado.

Una palabra: Amabilidad

Un color: el Naranja

Un olor: la Canela

Un sabor: Plátano con chocolate negro

-Con lo que sabes, ¿con qué tipo de cocina soñarías?

Una cocina de fusión, una en la que cada uno pone su parte y surge algo diferente que no se parece nada a lo que teníamos y, nace un plato nuevo.

Acabo la entrevista reflexionando con Dàmaris que, su sueño, no es tal y que, por suerte, ya está llevando a cabo su cocina de fusión.

Me pregunto, cuántos de nosotros ya estamos viviendo lo que soñábamos y no somos conscientes de ello.

Buena pregunta para antes de irse a dormir.

Os dejo, con el deseo de que esta entrevista haya sido tan nutritiva para vosotros como para mí el hacerla y transcribirla.

Luz y alegría

Tundra

Fotografia Tundra de San Martin

Copyright © Tundra de San Martin tundrasblog.com

Abrir los armarios

Cuando uno arranca en una cocina, necesita saber con qué utensilios cuenta y dónde están guardados.

Nuestra “cocina”, nuestra vida, está llena de armarios cerrados que debemos abrir para poder saber con qué contamos a la hora de cocinar.

Hay personas que cuando entran en un lugar tienen tendencia a repasarlo todo, incluso a curiosear, cosa que puede ser tomada por otros como una invasión del espacio propio, pero quiero pensar que, intuitivamente, buscan los “utensilios” que les rodean para poder situarse.

Nuestra cocina, totalmente equipada, tiene todos sus armarios cerrados y, es tarea nuestra abrirlos e inspeccionar en su interior qué hay y qué nos puede ser útil para el tipo de platillos que vayamos a elaborar.

Como decía, el que es curioso por naturaleza, seguramente ha abierto ya algunos cajones y armarios, se habrá hecho una lista y está pensando en el siguiente paso: ¿qué quiero cocinar? Habrá hablado con unos y otros, o habrá buscado en internet qué tipo de cocina le gustaría experimentar e incluso, está pensando dónde comprar los ingredientes

Para aquellos que no sois curiosos, que preguntáis antes de moveros, por carácter o educación, abrir uno de vuestros armarios puede ser una odisea e, incluso, es posible que ni hayáis visto que hay armarios y que dentro, puede haber cosas.

O quizás, os dirigís siempre al mismo cajón sin plantearos que podéis abrir otros espacios que puedan inspiraros para nuevas recetas.

Si eres de los segundos, te informo de que puedes vivir sin abrir armarios durante un tiempo, después del cual, te faltará algo… vivir sin abrirlos es vivir sin utilizar todo el potencial que nos ofrece esa cocina totalmente equipada y, en la que podemos cocinar todo aquello que queramos, o experimentar ( con o sin riesgos- si optáis por lo primero, buscad un extintor o un bombero de confianza, que esté de guardia cerca y que esté dispuesto a socorreros) y saborear un buffet libre de cualquier condicionamiento, si os abrís a la experiencia.

¿Habéis abierto vuestros cajones y armarios? Si es así, ¿qué tipo de utensilios habéis descubierto?

A lo mejor habéis descubierto que hay algunos nuevos y otros heredados de vuestras familias que, pueden ayudaros, o no, en vuestra andadura gastronómica.

Es posible que algunos de los utensilios de los que dispongáis sean versátiles, y otros puede que sean específicos de un tipo de cocina determinada, ¿Sabéis cuál?

Si no habéis fisgoneado en vuestra cocina aún, atreveos a abrir algún cajón, sacad lo que hay, observadlo y pensad hacia qué tipo de cocina os inclina, qué os inspira; si es algo nuevo o si por el contrario es algo que lleva el sello de lo conocido. Colocadlo de nuevo en su sitio sin perderlo de vista, así sabréis dónde está cuando lo necesitéis.

Os dejo …voy a echar un vistazo a los míos. Sospecho que, hay unos cuantos sin abrir, así que, voy a ello…

Con el deseo de que encontréis tesoros nuevos u olvidados, que os sirvan para iniciar un nuevo curso en la cocina, me despido hasta dentro de unos días.

Luz y alegría

Tundra

Fotografia Tundra de San Martin
Copyright © Tundra de San Martin tundrasblog.com

Un sabor: el sabor de los labios pintados y el del jamón ibérico.

Entrevista a Pep Camps

Fotografia Pep Camps Barnet

Inicio esta andadura entrando en la cocina de Pep Camps Barnet, un pedagogo de 56 años que acompaña a las personas, desde el respeto, en los procesos de crecimiento personal, así como en los procesos de mejora de algunas empresas del país.

Con él, he tenido la suerte de recorrer un trayecto creativo que nos gusta a ambos, el cuento como herramienta de reflexión y de apertura. (Podéis encontrarlo en la sección de libros).

Vamos a adentrarnos en su cocina.

-¿Te gusta cocinar?  Si.

-¿Qué tipo de cocinero eres?

Me gusta probar cosas nuevas, con el riesgo que ello conlleva, porque no necesariamente lo que pruebo, les gusta a quienes conviven conmigo; así que, seguramente, acabo haciendo lo que es típico de mí.

Siento que quizás arriesgo menos de lo que me gustaría.

– ¿Cómo te sientes en” tu cocina” en este momento de tu vida?

En este momento, me gustaría ser más original, más creativo de lo que soy. Hay un potencial latente que todavía está por expresar.

Si, hay un paralelismo entre mi cocina y mi vida, en cómo me cocino.

-¿Hubo algún momento en el que empezaste a prestarle especial atención a “tu cocina”?

No ha habido un momento determinante. Desde muy pequeño me reconozco creyendo y sintiendo que debía cocinar mi propia vida y que cuanto más me dedicase, mejor persona sería. Por ello, siempre he estado centrado en mi “horno” interior, para poder cocinar de la mejor manera posible.

No puedo decir que haya habido un momento, sino, más bien un camino.

-¿Qué tipo de cocina predomina en tu casa?

Intento cocinar desde la calidez, desde el cariño, desde el respeto, desde la libertad, sin invadir el espacio del otro.

Intento que haya buen ambiente y que la discordia sea la mínima.

Cocino desde el consensuar lo que se decide, sobre todo, que sea un espacio de libertad. Me siento como un catalizador, como el fuelle que aviva las brasas.

-¿Qué especies han aportado: calor, picante, dulzura y frescor a tu cocina?.

La dulzura la protagoniza el cariño y la paz de Sandra, mi hija pequeña.

El picante, con la vida y la energía que él mueve, así como la rebeldía, viene de la mano de mi hija mayor, Carla.

El orden en la cocina, vine de la mano de mi actual pareja, Silvia. Tiene una especial capacidad para ver cuándo y en qué momento se ha de cocinar cada cosa para obtener lo que quieres.

En mi caso, las mascotas que comparten nuestra casa, también son “especies” importantes de mi cocina. Duna, una perra Golden Retriever que, falleció hace poco, aportó ternura, proximidad y creó que un ligamen familiar entre nosotros.

Me ha sorprendido la aportación que hace nuestro nuevo integrante, “Drac”, que trae consigo nervio, adrenalina y te conecta mucho con la vida y, aunque inicialmente es muy distinto de Duna, él nos trae algo distinto para este momento y lo integro en mi vida y lo agradezco.

Finalmente, dos agapornis han traído consigo la creatividad y la sorpresa agradable de descubrir cómo un animal puede acercarse de forma tan familiar, sin ningún tipo de adiestramiento.

¿Cuál es tu ingrediente estrella?

Está por descubrir en la creatividad. Creo que debe fluir, entendida la creatividad como la libertad para poder cristalizar aquello que deseo materializar y que quiero llevar a cabo.

Mi creatividad se plasmará de forma distinta a la de mi padre que, como ingeniero, es muy técnico. Esa forma distinta, está por descubrir o quizás ya la estoy utilizando y le falta un ingrediente estrella. Estoy en la búsqueda.

-¿Sabes cuándo cambiar de cocción?

No lo domino. Creo que tiene que ver con el orden y el momento adecuado para hacer las cosas.

¿Cuándo es el momento? Creo que no tengo que esperar el momento mágico, el momento de la musa, sino buscármelo y respetarlo; tiene que ver con la voluntad, la disciplina y la perseverancia.

-¿Tienes alguna receta infalible para casos de emergencia?

No, No hay remedios infalibles, ni recetas mágicas.

-¿La magia existe?¿Hay espacio para la magia en tu cocina?

Seguramente hay espacio, pero sale poco. Quizás debería buscar más espacios para la magia.

En mi caso, aparece en momentos concretos, e intento averiguar qué factores intervienen en la creación de esos momentos, para poder cocinarlo a voluntad.

Uno de los factores que he podido constatar es, estar solo y lejos de las interferencias habituales, otro, el poder acompañar ese momento con alguna bebida espirituosa, no grandes cantidades, algo sutil que crea un ambiente relajado para dejar fluir aquello que a veces no me permito y, otro factor importante está conectado con mi sexualidad, porque si me siento alimentado en esa parcela de mi vida, fluyo sin esfuerzo.

-¿Qué llevas practicando toda tu vida?

La empatía.

-Dime una palabra, un color, un olor y un sabor que te hayan alimentado

Una palabra: “hay solución”, cualquier problema tiene solución. Es un mantra para mi. Cuando tengo una dificultad me lo repito.

Un color: amarillo. Me da energía.

Un olor: Hay dos. Uno es el olor a Mustela, que me lleva a mi juventud, a mi primera novia, y me embriagaba, era muy sensual; y el otro, es el olor que desprendían de noche, en primavera, los árboles de la casa donde vivía. Había tilos y las eglantinas.

Un sabor: el sabor de los labios pintados y el del jamón ibérico.

-Con lo que sabes, ¿con qué tipo de cocina soñarías?

Una cocina explosiva, original, impactante, que despierte los sentidos más salvajes, los que no utilizamos; afrodisíaca.

Acabo la entrevista recordando que he leído en algún lugar, que el ingrediente estrella, no es aquel que destaca o predomina, sino el que aúna el resto de ingredientes, consiguiendo ese sabor característico de aquello que cocinamos.

Deseo que, acompañándonos en esta aventura gastronómica de la vida, hayáis podido disfrutar e incluso, quizás, encontrar algún tesoro, entre estas letras, para la vuestra.

Gracias Pep, por tu disponibilidad y tu apertura.

Fotografia Tundra de San Martin

Y tu, ¿Cómo te sientes en tu cocina?

“Somos maravillosos en nuestra esencia; nuestra humanidad es sólo una vestimenta”.

Soy de las que piensa que estamos aquí por voluntad propia y con un propósito; quizás sea una entelequia mental, pero a mí me sirve.

La practicidad, me viene de madre y, cuan interesante es “mi cocina”, Mi Vida, cuando tomo esas premisas e investigo para qué estoy aquí… y descubro que llevo practicando toda una vida.

Los fogones nunca han sido lo mío, de hecho, mi abuelo paterno, cuando me tocaba cocinar algo, exclamaba: “¡Atiza”! Como podéis imaginar, no lo decía porque fuese la Chef del año; no obstante, he ido descubriendo especies, formas de cocinar y sobre todo, cómo sentirme cada vez más cómoda en “mi cocina”.

Este blog, no tiene intención de ser un monólogo para trasladaros lo que haya podido aprender, aunque creo que no podré dejar de compartir con vosotros herramientas que a mí me han sido, y me siguen siendo útiles, sino que os propongo ponernos las gafas de investigador, como cuando éramos pequeños, y preguntábamos constantemente: ¿por qué?

Hubo un día, no se cuál, en el que algunos dejamos de hacerlo…y digo algunos, porque, ¿no me digáis que no tenéis algún amig@ que no sigue haciendo entrevistas de tercer grado cada vez que habla casualmente con alguien?

Con respecto a las preguntas, os avanzo, que he propuesto a personas de diferentes ámbitos, participar de una entrevista que intercalaré con entradas/ reflexiones escritas por mí.

Deseo que esas entrevistas nos sean útiles a todos. Quizás haya alguna respuesta que nos abra una ventana o, siembre una semilla o, simplemente, ofrezca otra visión de la realidad.

Hoy, sólo quiero lanzaros una pregunta:

¿Cómo te sientes en “tu cocina”, en tu vida?

Siente la pregunta, y aunque pueda parecer trivial, respóndela desde el sentir. Respira, 2 minutos solamente y, lanza la respuesta.

Una palabra para unos, será suficiente; para otros, será un párrafo, una hora de charla; concédetela y, después, destila todo lo que has dicho, escrito, pintado, cualquiera que sea tu manera de expresión, como si de una gota de esencia se tratase.

Si eres de los metódicos, de los que utiliza el Excel, te animo a que apuntes lo que vayas descubriendo; si no lo eres, tu subconsciente, ese que trabaja para nosotros desde las profundidades, hará su función y en algún momento te lo mostrará, si es que ese es tu camino.

Quizás, el ser hija de maestros, me ha enseñado a entender y aceptar que no todos aprendemos ni nos conducimos de la misma manera, y a apreciar cuan rico puede ser que esa diversidad de “formas” puedan interactuar enriqueciéndose mutuamente.

No obstante, os confesaré que eso lo “entendí” no hace mucho, así que, todo requiere su tiempo. Tengamos paciencia con nosotros mismos.

Con una sonrisa, el perfume del jazmín y el agradecimiento de que hayáis dedicado un ratito de vuestro tiempo a compartirlo conmigo, os dejo hasta dentro de unos días.

Luz y alegría

Tundra

Gastronomía, ¡SI!

¿Qué es La Vida sino una alquímica colaboración de ingredientes en la cocina de cada quien?

¿Qué, por qué y para qué creamos en “nuestra cocina” las experiencias que vivimos?

Conversando con Tundra, Periplo de un aprendiz de “cocina”, es un blog que se inicia hoy y cuya pretensión de vida, inicialmente, será de un año.

En él, y utilizando la metáfora, hablaremos de “nuestra cocina” haciendo referencia a nuestra vida.

Todo proyecto tiene un inicio: HOY, un desarrollo y un final.

Si algo he aprendido es, que el cambio camina con nosotros, aunque a veces no queramos verlo. ¿Por qué no hacerlo nuestro cómplice?

¿Qué vais a encontrar en mi blog?

Sin pretensión de generar un suspense innecesario, lo iréis descubriendo si acaba pareciéndoos lo suficientemente interesante como para invertir más de los 8 segundos que, según las estadísticas, utilizamos para discriminar si algo merece nuestra atención o no. ¿Os sintonizáis conmigo?