…Y después de la ola…

Cogí una pluma de gaviota en la playa. Ondeaba acariciada por una suave brisa una mañana muy temprano; se erigía firme, vertical sobre una arena húmeda y sorprendentemente mientras paseaba, la recogí.

Recojo algunas conchas, pero no acostumbro a coger plumas de aves, no obstante, lo hice por que vino a mí la romántica imagen de escribir con ella este último post. La tengo delante mientas os lo escribo en mi ordenador y recuerdo el cuadro que imaginé cuando la acaricié mientras mis pies deambulaban entre la arena y el agua de un mar familiar.

Ahora es de noche. A diferencia de otros posts, antes he salido a pasear por los campos cercanos al lugar donde resido. La noche es cálida y serena. En Los campos donde se plantó cereales sólo quedan los restos de la siega dorados y secos esparcidos sobre la tierra. La luna, espléndida en el cielo, no es perturbada por nube alguna. Huelo el sutil aroma de la cosecha recién recogida y pienso en los principios y los finales y que cada principio tiene impreso en su esencia un final y todo final lleva implícito el principio de otra cosa. Este post es el final de otro principio.

Los finales, no sé si por cultura o por carácter, en mi caso, van asociados a la nostalgia de lo que se pierde o se cierra y, le imprimo una languidez y una lentitud muy lejana a los principios que suelen ser enérgicos y entusiásticos.

Este cierre empieza con un agradecimiento hacia todos los que me habéis acompañado a ir desentrañando algunas cosillas en nuestras cocinas. Un agradecimiento a los entrevistados que nos descubrieron sus “secretos” por si nos podían ser útiles a los demás.Un agradecimiento a los que me inspiráis, a los que me aconsejáis y a los que ayudáis a que esto sea posible.

Nunca he pensado que se pueda hacer algo en la más estricta soledad, porque incluso cuando uno inicia algo aparentemente solo, hay muchos que le acompañan y que fueron labradores y sembradores de aquello que surge, pero en este caso la constatación de que sin todos vosotros no hubiese sido posible, es obvia. Por eso ¡GRACIAS!.

Cuando se finaliza un proyecto se tiende a revisar el progreso adecuado del mismo y si llegó a conseguirse el objetivo.

No lo haré.

Para cada cual habrá significado algo distinto, ojalá ese ratito de conversación con Tundra os haya traído algo más de paz, de serenidad o algún hilo del que tirar y con el que fui embastando este proyecto.

Cada uno puede valorar cómo se siente, si le sirvió, si quiere volver a oír alguno de los posts o de las entrevistas por que le llevó a algún lugar dentro de sí en aquel momento.

Y me pregunto, hoy, ahora, ¿cómo os sentís?

Me gustaría preguntaros si podéis cerrar etapas. Si podéis segar vuestros campos para poder plantar de nuevo la siguiente temporada. Si podéis sostener el tener vuestro terreno en barbecho durante un tiempo a la espera de que, recuperado, pueda volver a darle a las simientes que plantéis, la energía que necesitan para crecer y dar sus frutos.

Yo quise plantar una semilla a finales de agosto del año pasado, y parece que fue ayer…

Os confesaré que estoy feliz, feliz del camino que he andado, de la gente que nos ha acompañado y de lo que he podido vivir y aprender con vosotros; de descubrir este año un montón de soles iluminando cada esquina.

Ante la imagen que traía nuestro último entrevistado haciendo una metáfora de que estamos en un túnel oscuro, me sorprendo sonriendo y alzando entusiásticamente la voz: ¡no está oscuro, lo iluminamos cada uno de nosotros¡  y ahí sí, cogidos de la mano, no hay solución de continuidad y la luz no se apagará nunca, al contrario, brillará con más intensidad por que cada vez más somos conscientes de lo que realmente Somos.

Y me asalta una duda, y me pregunto,:¿habremos aprendido a soltar, a soltar aquello que ya no nos sirve, aquello que parece que forma parte de nosotros pero que no nos hace bien? Aquello, que yo llamo nuestro clavo al rojo vivo, que nos quema pero no abandonamos por que si no parece que no sabemos quienes somos.

Hoy al pasear de noche tenía dos opciones, volver por el mismo sendero por el que había hecho el camino de ida o volver atravesando un pequeño bosquecillo.

No os negaré que mi primera reacción ha sido dar media vuelta y volver por el camino abierto y visible entre los campos, pero algo dentro de mi ha dicho:

– Tundra, ese camino ya lo conoces, ¿por qué no explorar este otro? Respira a ver qué descubres.

He respirado y me he adentrado en un camino que impedía mi visión a medida que entraba y, he descubierto el olor de la resina caliente de los pinos que, sudorosos después de un día de calor, exudan entre los recovecos de su corteza y he sentido como mis pies se hacían propietarios de cada paso y como al salir de ese pequeño tramo oscuro, la luna volvía a iluminar el camino y me he sonreído a mí misma.

Sonreíros por cada pequeña decisión que os hace felices y os permite dar un paso más en el descubrimiento de quienes sois y, si en alguna ocasión os sentís faltos de fuerza, respetad vuestros tiempos hasta que hagáis acopio de energía suficiente para abordarlos o, pedidles la mano a otros para hacer aquello que queréis hacer, os sorprenderéis del resultado.

Recordad que sois el mejor chef de vuestra cocina. Hemos abierto armarios, hemos cocinado de formas diversas, hemos descubierto especies, músicas, colores, movimientos …disfrutad de esta experiencia de vida y compartidla con otros.

Deseo que nuestras conversaciones os hayan podido ser útiles.

Me despido sabiendo que volveré a escribir… por que si hay algo que me alegra el espíritu es el compartir con los que me rodean lo que descubro. Al fin y al cabo estamos todos en esta escuela para lo mismo…¿no creéis?

Empezamos nuestra travesía recordándonos que: “Somos maravillosos en nuestra esencia y que nuestra humanidad, es sólo una vestimenta”, no lo olvidemos.

Con una sonrisa, el perfume del jazmín y el agradecimiento de que hayáis dedicado vuestro tiempo a compartirlo conmigo, os dejo hasta la próxima ocasión, cuando quiera que esta aparezca.

Luz y alegría

Tundra

Fotografia Tundra de San Martin

 

Copyright © Tundra de San Martin tundrasblog.com

Avanzar cogidos de las manos

Entrevista a Manel Bestraten

Este es un extracto de la entrevista que, en esta ocasión, hemos hecho en formato podcast. 

Espero que disfrutéis tanto de la entrevista como de la lectura.

Dejó de estar activo en el INSST por edad no hace mucho, pero no dejará nunca de trabajar. Siente que debe devolver a la sociedad todo aquello que le ha sido dado; para él, un privilegio no exento de entusiástico trabajo (semilla que plantaron sus padres en su infancia) creyendo que se puede mejorar todo aquello que nos rodea si todos nos ponemos a trabajar, convencidos de que es posible.

 

Manel Bestraten

Os presento a Manel Bestraten, gran profesional, fue Consejero Técnico del INSST,  gran amigo de sus amigos, facilitador por carácter, inspirador por temperamento, sencillo, firme, claro y risueño, alguien que sigue aprendiendo cada día. Hoy es el Presidente de MIESES Global.org.

¿Entramos en su cocina?

-¿Te gusta cocinar?

¡A quien no! Hay tantas cosas pendientes, que voy pidiendo por ahí arriba  (dice mirando al cielo) que me dejen una temporadita más por aquí porque me falta mucho todavía por hacer.

-¿Qué tipo de cocinero eres?

Un tipo de cocinero que descubrió un día de manos de gentes de otro continente, que la ayuda mutua y la solidaridad tenían que volver a conquistar a una sociedad deshumanizada.

Soy un cocinero que cocina siempre acompañado, junto a otros que también lo son. Eso nos hace fuertes, ricos y creativos.

– ¿Cómo te sientes en tu cocina en este momento de tu vida?

En este momento estoy empezando una etapa clave en mi vida. Siento que sea posiblemente uno de mis últimos proyectos vitales, un proyecto asociativo que me da sentido y propósito, rodeado de amigos y amigas y ¿puedes creerlo? Tengo la sensación de que he estado toda mi vida preparándome para el ahora.

-¿Hubo algún momento en que empezaste a prestarle especial atención a tu vida?

Mira Tundra, hubo un momento clave en mi vida, cuando  durante cuatro años fui responsable  de la cooperación española en temas socio-laborales en Uruguay. Tenía 33 años. Un orgullo para mí, porque fue el gobierno de ese país quien me reclamó para el desempeño de aquella función porque me había ganado su confianza en una misión anterior. Lo conseguí trabajando siempre de manera excelente, yendo más allá de lo esperable. Recuerdo que el entonces Ministro Joaquín Almunia, un tanto desconcertado, quiso conocerme antes de asumir tal cargo porque yo no estaba afiliado a ningún partido. Allí, en ese pequeño en dimensión pero gran país me encontré a mí mismo y todo empezó a cambiar en mi vida.

¿Qué símbolos hay en tu cocina?

A lo largo de mi vida, y movido por mi pasión, he ido creando junto a muchos amigos algunos símbolos que todavía a día de hoy permanecen y son orgullo de los pilares que los sustentan. Por ejemplo, “Amigos y amigas de las Tierras del Ebro” que cofundé en 1987 tras mi regreso de Uruguay; una asociación cultural para defender el rio Ebro, la identidad cultural de un territorio al sur de Cataluña donde nací, un entorno natural de gran riqueza; y también, promover una cultura empresarial responsable. Más de 200 empresas ostentan el distintivo “Qualitat ebrenca” por su compromiso social que lucen en la puerta de sus centros de trabajo. Ahí descubrí la fuerza de los movimientos asociativos con ambiciosos objetivos que influyen realmente en la sociedad y en sus gobernantes; o el  símbolo de excelencia que ya está siendo y será el proyecto asociativo MIESES Global, para ayudar a las pymes a progresar, que ha tenido en el 2020 el reconocimiento de la OIT por su aporte innovador en las competencias y en los procesos para la transformación de las empresas, con la Salud y la Sostenibilidad como valores estratégicos.

Son ejemplos de cómo se pueden generar cambios profundos en la sociedad para construir un nuevo modelo de desarrollo que sea saludable y sostenible. Todas las personas debieran formar parte de colectivos de voluntariado para prestar servicios a la sociedad.

-¿Qué tipo de cocina predomina en tu casa?

Los que me conocen saben que cocino con energía y alegría, sin pausa, y en comunidad, por el placer de compartir técnicas culinarias y sabores.

– ¿Qué especies han aportado: calor, picante, dulzura y frescor a tu cocina?

Calor: El afecto, sí, necesito amar y ser amado. Es sin duda  lo más importante en la vida.

Picante: Los retos. Aunque sean pequeños, cada día, cada semana,…, finalmente constituyen las piezas de un gran reto…Si no hay retos uno se abandona y, eso es lo último que debería pasar…!con todo lo que hay por hacer!.  Como decía felizmente Soledad Gallego, es “el arma de distracción masiva” la gran amenaza a la que la mayoría de la población está expuesta, la que trata de alinearnos en manos de los poderes fácticos que tratan de gobernarnos.

Dulzura: La Naturaleza y todo lo que ella nos regala, ella es el refugio que las personas en muchas ocasiones no pueden dar.

Frescor: El río, soy hombre de agua porque en ella está la vida. Ese era nuestro grito que levantó a todo un territorio cuando exigimos la protección del Ebro para evitar su trasvase: “lo riu és vida”(el río es vida).

– ¿Cuál es tu ingrediente estrella?

El ingrediente estrella de mi cocina sería la amabilidad, la empatía con el otro. Si hay algo que he hecho con esmero a lo largo de mi vida ha sido cuidar mis relaciones con personas de bien. Recuerdo a los 5 o 6 años recibiendo a un señor importante amigo de la familia. Mi padre me enseñó cómo darle la bienvenida con la palabra y con la mano. Recibí un feedback impactante con regalito incluido… ¿Sabes? No sólo hay que reconocer que el activo más importante que tenemos son las personas, si no que hay que practicarlo, con todo aquel con el que te cruzas por el camino, en el supermercado, en el metro…y por suerte y fortuna me he ido rodeando de mucha gente con la que comparto valores y proyectos;  y esa red, Tundra, trabajando como un solo equipo, es lo que nos hace felices y cambia el mundo.

– ¿Tienes alguna receta infalible para casos de emergencia?

Si, estar proactivo. Trabajo siempre rodeado de los que como tu piensan que podemos darle la vuelta a la tortilla. Hay que evitar caer en la pereza y alejarse de las personas negativas.

Recuerdo todavía cuando nos alentaba a ser del grupo de los “motivators” y huir de los “sabotators o de los amargators”. Siempre me pareció una imagen muy gráfica.

-¿La magia existe? ¿hay espacio para la magia en tu cocina?

Sí, si llamas magia a aquellos regalos que te ofrece la vida si trabajas con apertura y con generosidad sin buscar nada a cambio…Si te refieres a esas casualidades que te ofrece la vida si estás con la mente y el corazón abiertos…, pues sí, ha habido mucha magia en mi vida, me siento afortunado y me sorprendo continuamente de cosas maravillosas que me suceden en estos últimos tiempos. Aunque como todos, he tenido que superar graves adversidades, como la larga enfermedad de mi querida esposa Montse. Ella me dio la fuerza para crear Mieses.

¿Qué no debería faltar en las cocinas?

El espíritu del trabajo en equipo, procurando ir más allá de lo que se espera de cada uno, con alegría e ilusión y tratando siempre de sorprender al otro. ¿Te imaginas que todos actuásemos así? ¿No tendríamos otra realidad?

-¿Qué llevas practicando toda tu vida?

Se que suena repetitivo, pero hay que estar estudiando siempre para estar mentalmente activo y practicar lo aprendido, junto  a personas competentes y empáticas. En mi vida los placeres del trabajo, de la familia, de los amigos, del ocio, se confunden sin separarlos demasiado. Será este mi hobbie?

Dime una palabra, un color, un olor y un sabor que te hayan alimentado.

Una palabra: “Excelencia”, considero que no es un lujo, es una necesidad para dar lo mejor y ser feliz. Y también la “Observación”, es la vía más fácil e importante para aprender.

Un color: El azul, que me acerca al cielo luminoso y brillante, y el amarillo, el color de las mieses, de los frutos de la tierra, es el color de la creatividad que tanto me estimula.

Un olor: hay muchos, no tengo uno de especial; el jazmín, el galán de noche que es embriagador en las noches de verano, el romero o el tomillo cuando vas a la montaña. ¡Hay tantos que nos regala la naturaleza de forma sorpresiva!

Un sabor: el de los potajes hechos a fuego lento, unas buenas lentejas, o una “escudella”.

Con lo que sabes, ¿con qué tipo de cocina soñarías?

Mira Tundra, solos no podemos cambiar el mundo, el proyecto en el que estamos, Mieses Global, tampoco puede, pero con todas las empresas amigas y con todos los que se contagian de este entusiasmo que transforma, sí podemos cambiarlo.

El poder de cambiar todo esto está en nuestras manos, y juntos podemos, porque una sociedad civil organizada tiene una inmensa fuerza cuando se enfrenta a las injusticias y a todo tipo de abusos, cuando cada uno sintoniza con aquello que resuena en su corazón, porque sólo desde ahí conectamos con quien somos y estamos en condiciones de ofrecer lo mejor. Y tener esperanza activa de que eso es posible en el centro de nuestro sistema. Estamos en medio de un túnel en la oscuridad, solo podemos salir de él cogidos de la mano y avanzando buscando la luz.

El tiempo se escapa entre nuestras manos. He tenido el placer de escucharlo frecuentemente e inflamar mi espíritu, a veces decepcionado, con su entusiasmo y su confianza, pero os confesaré que me cautivó un poema; un poema que para él es un símbolo y que yo he incorporado y recuerdo de vez en cuando…sobre todo, cuando pierdo la fe.

No puedo dejar de compartíroslo, con el deseo de que prenda en vosotros el “Elogi del viure”-Elogio del vivir- de Joan Maragall.

(Lo traduzco para los castellano parlantes).

“Estima el teu ofici,
la teva vocació,
la teva estrella,
allò pel que serveixes,
allò en què realment
ets un entre els homes,
esforça’t en el teu quefer
com si de cada detall que penses,
de cada paraula que dius,
de cada peça que poses,
de cada cop de martell que dones,
en depengués la salvació de la humanitat.
Perquè en depèn, creu-me.
Si oblidant-te de tu mateix
fas tot el que pots en el teu treball,
fas més que un emperador
que regeix automàticament els seus estats;
fas més que el qui inventa teories universals
només per satisfer la seva vanitat,
fas més que el polític, que l’agitador,
que el que governa.
Pots desdenyar tot això i l’adobament del món.
El món s’adobaria bé tot sol,
només que cadascú
fes el seu deure amb amor,
a casa seva.”
Ama tu oficio,
tu vocación,
tu estrella,
aquello para lo que sirves,
aquello en lo que realmente
eres uno entre los hombres,
esfuérzate en tu quehacer
como si de cada detalle que piensas,
de cada palabra que dices,
de cada pieza que pones,
de cada golpe de martillo que das,
Dependiera la salvación de la humanidad.
Por que créeme, de ello depende.
Si olvidándote de ti mismo
haces todo lo que puedes en el trabajo,
haces más que un emperador
que gobierna automáticamente sus estados;
haces más que el que inventa teorías universales
sólo para satisfacer su vanidad,
haces más que el político, que el agitador,
que el que gobierna.
Puedes desechar todo eso y arreglar el mundo.
El mundo se arreglaría sólo,
si cada uno
hiciese su deber con amor,
en su casa.

Muchas gracias Manel por la aventura de este post, por compartir tu experiencia y tu sabiduría con todos aquellos que la escucharan o la leerán.

Y ahora sí, os dejo hasta la próxima ocasión con el deseo de que esta entrevista haya avivado vuestro espíritu.

Luz y alegría 

Tundra

Fotografia Tundra de San Martin

 

Copyright © Tundra de San Martin tundrasblog.com

Descubrir tu voz, descubrirte a tí mismo

Entrevista de Gemma Reguant

Me fascina su mirada entre serena y pícara, su risa suelta, su naturalidad y la profundidad de lo que me explica con la paciencia de los que están acostumbrados a enseñar y se adaptan al ritmo del que escucha.

Si te la cruzas, notarás su presencia, la de alguien que está cada vez más a gusto consigo misma, quizás no hable, pero está y si habla, su voz profunda te llegará dulce como delicados son los pétalos de amapola.

Os presento a Gemma Reguant, actriz, profesora de voz y expresión oral, investigadora y directora. ¿Entramos en su cocina?

-¿Te gusta cocinar?

Tundra, te diré que la vida, y por tanto nuestra cocina, es una aventura fascinante que agradezco constantemente.

-¿Qué tipo de cocinera eres?

Sabes, cuando cocino me pasa algo singular, y es que huelo los alimentos que tengo, y me imagino las combinaciones posibles entre ellos y creo, creo de tal manera, que luego nunca puedo repetir el mismo plato.

En mi vida, experimento constantemente y disfruto en ese descubrimiento. Cada momento tiene un matiz y un color distinto, aunque aparentemente haga lo mismo. 

– ¿Cómo te sientes en tu cocina en este momento de tu vida?

Yo creo que la edad se podría comparar con el vino, mejora con el tiempo y, en este tiempo, yo estoy disfrutando, disfruto de cómo veo y enfoco las cosas, de cómo me siento, y de las sorpresas agradables que llegan a mi vida. Reconozco que me siento afortunada en esto de cumplir años.

-¿Hubo algún momento en que empezaste a prestarle especial atención a tu vida?

Creo que un momento clave en mi vida fue cuando me llamaron para que impartiera clases de voz; yo era actriz y disfruto de mi profesión y ese giro fue una sorpresa que no me planteaba. No obstante, mi percepción es la de un camino con continuidad más que un camino con requiebros pero, eso sí, cada vez más luminoso y brillante porque cada vez disfruto más de la vida.

-¿Qué lenguaje utilizas en la cocina?

El picante. Soy intensa en mis emociones, las vivo así, y el picante me moviliza.

-¿Qué símbolos hay en tu cocina?

Me he ido dando cuenta de que me gustan aquellas cosas que son bellas, como las flores, que conectan con mi feminidad y mi sentir abierto, huyendo de rigideces.

-Ummm…confiésanos, (le digo con complicidad) ¿Qué sentido predomina en tu cocina?

Claramente el olfato, a través de él siento lo que me rodea. El resto de sentidos tienen mucha importancia también, pero si tengo que destacar uno, sería el olfato. Fíjate que es una herramienta que utilizo antes de entrar en escena y que me permite conectar con el cuerpo, algo básico para poder transmitir en el escenario.

-¿Qué especies han aportado: calor, picante, dulzura y frescor a tu cocina?

Calor: el Amor y la alegría, son el calor de la vida.

Picante: el baile y todo lo que conlleva movimiento corporal.

Dulzura: la ternura, las miradas a los ojos, los abrazos.

Frescor : las cosas nuevas, la naturaleza y la risa.

-¿Cuál es tu ingrediente estrella?

Sin dudarlo, la alegría que sentimos cuando nuestro corazón está abierto; es un ingrediente que en mi vida no deseo que falte y si percibo que desaparece, lo busco, busco ese estado interno que no depende de lo que pasa fuera, y me ayudo del baile y la meditación en esa búsqueda.

-¿Tienes alguna receta infalible para casos de emergencia?

Oler…buscaría el olor de la mandarina, la canela o el clavo o… el olor de la piel, mía o del otro.

Olora i parlaràs millor

-¿La magia existe? ¿hay espacio para la magia en tu cocina?

¡Claro! de hecho todo es mágico, cada cosa que nos ocurre, cada cosa que hacemos con ilusión en el trabajo, cada paso que das cuando bailas.

Una de las cosas que ha traído el Covid, creo, ha sido el darnos la posibilidad de apreciar la magia que constantemente nos rodea; ¿acaso no ha sido un momento mágico el poder salir al balcón y sentir el sol en tu piel o mirar el cielo durante estos meses de confinamiento?

¿Qué no debería faltar en tu cocina?

La alegría, el baile, la meditación y la escucha.

-¿Qué llevas practicando toda tu vida?

Llevo practicando toda una vida de ejercicios y de experimentación con la voz, de meditación y de autoconocimiento y, el teatro, para mí, ha sido un vehículo de autoconocimiento fascinante.

-¿Qué significado tiene la voz en tu cocina?

Fíjate que la voz es la consecuencia de todo, del pensamiento, del sentimiento, de la emoción y mi tarea como especialista es que el alumno se exprese desde la totalidad que es.

Es a través del método de olfacción que he creado, el MOD (Método de olfacción diseñado), que la persona puede transmitir desde una voz conectada a toda su fisiología, ofreciendo una voz muy corpórea, desde la planta de los pies e integrándolo todo.

Piensa que cada uno somos únicos, nuestra singular voz nos identifica más que la huella dactilar, cada uno tiene que encontrar su propia voz y para ello hay que dejar de hacer aquello que nos impide expresarla.

Hablar no sólo con la cabeza si no con todo nuestro yo.

¿Qué te ha permitido descubrir tu trabajo con la voz?

Te confesaré que entras en un mar infinito de exploración. Observas que primero necesitamos la materia, luego las emociones, después el empoderamiento, luego la apertura de la caja torácica y el darle espacio, como ves, es un mar inagotable para una mente inquieta.

Dime una palabra, un color, un olor y un sabor que te hayan alimentado.

Una palabra: Amor

Un color: el azul del cielo o el rojo del fuego

Un olor: el del romero, la María Luisa o el perejil

Un sabor: el chocolate o el sabor de los melocotones que comí un verano cuando era joven.

Con lo que sabes, ¿con qué tipo de cocina soñarías?

Me di cuenta, hace algún tiempo, de que lo que yo pudiera proyectar no tenía sentido, e incluso era minúsculo a lado de lo que la Vida nos podía ofrecer si fluíamos con ella; así que seguiría bailando, dedicando tiempo a lo que me gusta, a mi pareja …y estaría abierta a lo que aquella me ofreciese, subiéndome al tren de lo desconocido para vivir esta aventura.

Y ya que hablamos de deseos, ¿qué te parecería emplear una parte de nuestra jornada, en esta Escuela de Vida, a poder conectar con nuestros sentidos? Cómo cambiarían algunas cosas, ¿no crees?

Nos despedimos por que se va a bailar tango; según ella, un ejercicio profundo de escucha, de escucha del otro, del movimiento, de la música, del sentir y, pienso que es un simbólico mensaje de quien trabaja con la voz.

Recordaré cómo debían ser sus sensaciones cuando me coma algún melocotón de viña este verano y oleré mi piel antes de las cremas que algun@s nos ponemos después de la ducha y observaré hacia dónde me puede llevar la experiencia.

Os dejo hasta la próxima ocasión con el deseo de que nos olamos, nos bailemos y quizás, sólo quizás, descubramos que hay un universo esperándonos al otro lado.

Luz y alegría

Tundra

Fotografia Tundra de San Martin

 

Copyright © Tundra de San Martin tundrasblog.com

El mar, el mar y no pensar en nada

…así acababa un poema que ha estado presente desde mi infancia…

El verano ya se palpa en el ambiente. De vez en cuando, días de calor nos visitan adelantándonos lo que está por llegar.

Los niños, ya en manga corta, juegan en las plazas casi hasta que ocurece, dejándose secuestrar por la maravillosa luz y la energía del sol que nos acompaña hasta tarde durante la jornada.

¿Qué os pide el cuerpo cocinar en este momento? … o mejor dicho, ¿con qué os pide cocinar?

Mar

Vivo en el interior, no muy lejos del mar, sólo lo suficiente para echarlo de menos. Prácticamente siempre he vivido cerca de él e incluso cuando no lo estuve, buscaba el agua y su movimiento intrínseco visitando el río que cruzaba mi pueblo, mi ciudad o las fuentes que brotaban de la montaña.

Os pregunto qué os pide el cuerpo, porque después de esta locura en la que hemos estado viviendo y en la que todos hemos hecho nuestros equilibrios, mi cuerpo me pide mar.

Me levanté un día echándolo de menos, ya no servían los audios grabados de sus aguas rompiendo en la playa o en las rocas; echaba de menos ver el movimiento de sus aguas y sentir cómo se movían en mí; eché de menos su intercambio…Necesitaba cocinarme con agua de mar.

¿Lo habéis percibido alguna vez? Los que me conocen recordaran la primera vez que lo sentí… no fue hasta aquella ocasión, una clase práctica de osmosis en toda regla, en la que pude percibir el intercambio entre las aguas de este “mar nuestro”(mare nostrum) y yo.¡Y pensar que eso estaba pasando en mí desde hacía más de 30 años! Probadlo si tenéis ocasión, prestad atención después de entrar en el agua, y al cabo de un ratito, quizás, si os apetece y el mar os da la oportunidad, haced el muerto y observad.

Yo tuve la ocasión de hacerlo en un mar al que estoy vinculada por afecto y por tradición y, cuya concentración salina es alta, fue un sobresalto de agradecimiento bendito a quien nada pide y todo lo daba. Después de aquellos días, yo volvía a donde vivo distinta. Alguien había sido generoso conmigo más que yo misma, y volvía a reconocerme en quien era, más tranquila, más serena, en general había perdido peso… y eso siempre es un aliciente 😉 y todo lo que no se ve pero que había cambiado.

Al cabo del tiempo, conocí a alguien que le puso palabras y estudios científicos a aquella experiencia y le dio a mi mente la información que necesitaba para no pensar que lo que había sentido era una ilusión. Y de esto hace ya más de 12 años.

Mariano Arnal y la Fundación Aquamaris nos explicaban a un grupo de personas que “en el agua del mar estaban presentes todos los elementos del Sistema Periódico, todas las sales minerales y compuestos que necesitaban las células que forman nuestros tejidos y órganos, así como el resto de microorganismos (flora) que nos acompañaban” y “que el agua del mar teniendo una composición similar a la que tiene el plasma sanguíneo, era muy rica en oligoelementos, yodo, potasio, zinc, etc., cosa que el agua dulce no poseía.”

Playa del Sardinero

Así que alimentada mi curiosidad mental, y habiendo experimentado desde entonces conscientemente las bondades de los baños en el mar, que más que baños, algunos han tildado de infusiones, veo las puertas abiertas de mi cocina pidiéndome a gritos que escuche.

¿Por qué me grita? porque siempre hay una escusa para posponer.

Hoy decidí escuchar. Hoy decidí que si no estaba haciendo lo que mi cuerpo me pedía y mi mente ya sabía, estaba desatendiéndome a mí. Hoy decidí que no podía transmitir lo que quería si no estaba en ello, por que nadie puede dar lo que no tiene.

Y te recuperé: mis ojos te vieron y bailaron con el vaivén de tus olas, mis pulmones te sintieron y te respiraron y volví renovada.

Recordé entonces los famosos baños de mar de principios de siglo XX y a Renè Quinton y su teoría de la reconstitución celular a través del agua de mar…ahí lo dejo, por si queréis tirar del hilo.

Amo el mar

Me despido hasta la próxima ocasión con el deseo de que sepáis qué os pide vuestro cuerpo. Que tengáis el tiempo para parar y escucharlo; para parar y dárselo y por qué no, quizás un día este verano, recordéis este post y si no lo habéis experimentado aún podáis intercambiar unas palabras con el mar a través de vuestra piel y nutriros con él un ratito.

Feliz reencuentro

 

Luz y alegría

Tundra

Fotografia Tundra de San Martin

 

Copyright © Tundra de San Martin tundrasblog.com

Unas tijeras màgicas

Entrevista a Javier Reyes

Os hablé en el post anterior de un “escultor” que crea alegría y armonía extrayendo la belleza que a veces queda oculta incluso para nosotros mismos.

Le llena el hacer feliz a los otros desde su profesión, que desarrolla desde la perfección del artista, a estas alturas, ya experimentado, inspirado por una musa que debe acompañarlo y le permite vislumbrar todo lo que puede ser.

Desafortunadamente no os puedo trasladar su acento andaluz que lo hace fresco y alegre al tiempo que familiar y que acompañan a un profesional con mayúsculas en su ramo.

Javier Reyes

 

 

Os presento Javier Reyes, peluquero y estilista, alguien que cambia el foco fundido que llevamos dentro para que mostremos fuera lo que a veces ni tan siquiera nosotros mismos somos capaces de reconocer.

¿Entramos en su cocina?

-¿Te gusta cocinar?

Sí, y reconozco que cada vez más; experimento y disfruto de las pequeñas cosas, de los pequeños gestos de cada día que se acaban convirtiendo en grandes tesoros. Unos “aparentes sencillos macarrones con su picantito” pueden saberte a gloria bendita, me dice guiñando un ojo.

-¿Qué tipo de cocinero eres?

Podríamos decir que soy un cocinero experimental, hace años que me muevo en mi profesión, y tanto en ella como en mi vida procuro descubrir nuevas combinaciones.

-¿Qué entiendes tu por éxito?

Para mí éxito va ligado a trabajo, al esfuerzo, a constancia y a que haya habido gente que haya confiado en mí.

Por otro lado la salud, fíjate que el conseguir un equilibrio saludable en tu vida también es éxito, no del que se ve, si no del que se siente y que te permite disfrutar de la vida.

-¿Artista se nace o se hace?

Creo que se nace y luego se hace, me explico: de cada uno depende el despertar ese don con el que has sido bendecido, si sabemos reconocerlo; así que cada uno puede ser artista en lo suyo; si te vas a la cocina de otro intentando cocinar como lo hace otro pierdes tu esencia y sólo copias, puedes llegar a ser muy bueno, pero no un artista, si te centras en tu don y lo desarrollas, el potencial artista se muestra.

– ¿Cómo te sientes en tu cocina en este momento de tu vida?

Fíjate que, como muchos, siento que estoy empezando una etapa nueva, el Covid ha venido a podar muchas cosas, a que nos quedemos con lo importante y que no nos perdamos en las ramas. A estas alturas creo que sé lo que quiero y eso es lo que sigo trabajando desde la serenidad en la que estoy en este momento, disfrutando.

-¿Qué lenguaje utiliza la cocina que a veces no entendemos?

En mi caso, a veces la vida me ha llevado por caminos que no he entendido, aunque con el tiempo he ido desvelando el para qué me pasaba lo que me pasaba o había vivido.

-¿Hubo algún momento en que empezaste a prestarle especial atención?

Veras, Tundra, en mi caso hubo dos ocasiones: una, por necesidad, me quedé sin soporte familiar con 17 años y eso hizo que tuviera que enfrentarme a la vida con lo poco que tenía y muy joven; la otra, cuando decidí dejar de trabajar para otro y tomar las riendas de mi vida profesional como autónomo.

-¿Qué tipo de cocina predomina en tu casa?

Es una cocina sencilla, que disfruta de las pequeñas cosas y que me permite saborear la esencia de las personas que me rodean, que es hoy por hoy, lo que más valoro.

– ¿Qué especies han aportado: calor, picante, dulzura y frescor a tu cocina?

Calor: la satisfacción del trabajo bien hecho

Picante: salir airoso de algunas situaciones comprometidas, es como poner guindilla a la comida

Dulzura: la relación con las personas y disfrutar del mar

Frescor: la alegría compartida

– ¿Cuál es tu ingrediente estrella?

El trabajo, y estoy orgulloso de lo que he conseguido yo solo, aunque tengo que reconocer que la vida me ha puesto muchas manos amigas en el camino.

– ¿Tienes alguna receta infalible para casos de emergencia?

El silencio es un buen recurso que me ha ayudado mucho.

-¿Qué significado tienen las tijeras en tu vida?¿Qué haces con ellas?

Mira Tundra, las tijeras a parte de ser la herramienta obvia de mi profesión, tienen un propósito de por sí, y es que a través de mí hacen feliz a las personas. Se ponen al servicio, liberan al cliente de unos cuantos lastres,  y en mi coctelera creo ese toque que le hace ver su propia belleza.

Abro los ojos de par en par  ante tal respuesta y me digo… creo que ya no volveré a mirar a unas tijeras de peluquero de la misma manera.

-¿Qué importancia tiene la estética en tu cocina?

Para mí es muy importante, no sólo es mi profesión si no que me gusta que lo bello se muestre a la vista.

-¿La magia existe? ¿hay espacio para la magia en tu cocina?

Claro, ¿no es a caso mi profesión mágica? El cliente entra en mi estudio y pasan muchas cosas en él; en ese tiempo compartido se produce la magia, una magia que luego sale caminando por la puerta y acompaña al que vino a verme.

-¿Qué llevas practicando toda tu vida?

El atreverme a experimentar cosas nuevas con mis clientes buscando el resultado que intuyo. Es innovación y creación.

Dime una palabra, un color, un olor y un sabor que te hayan alimentado.

Palabra: “Te quiero”, creo que es lo más bonito que nos pueden decir.

Color: beige, es sencillo, discreto y elegante

Olor: no te diré marcas, pero mi esencia está ligada al azahar, al jazmín o al galán de noche.

Sabor: el sabor exótico del curry…bueno, y el dulce, que me encanta. 

-Con lo que sabes, ¿con qué tipo de cocina soñarías?

Con una cocina en la que se comparte, se comparte momentos, sensaciones, experiencias y risas. Lo que más me satisface es poder compartir con los que me rodean.

Acabo nuestra entrevista y sonrío al recordarlo hablar de su profesión con tanta ilusión, y cómo disfruta haciendo feliz al que tiene delante mostrándole lo que él ve …y es que Javier ve belleza, y sus tijeras le acompañan cambiando amablemente su entorno.

Ese pensamiento me lleva a un poema de Joan Maragall que un profesor que tuve, Manel Bestraten, nos dejó caer por casualidad en clase un día… pero eso os lo contaré en otra ocasión… Javier le hubiese gustado.

Os dejo con el deseo de que podáis llevar la belleza a vuestro trabajo y lo viváis con la misma intensidad con la que Javier y sus tijeras descubren lo que, a veces, está escondido.

Luz y alegría

Tundra

Fotografia Tundra de San Martin

 

Copyright © Tundra de San Martin tundrasblog.com

Tren a uno mismo

Entrevista a Gemma Soler Raspall

Le precede una amplia sonrisa. Se percibe la seriedad del que busca lo auténtico y la sensación de que es un tren que no tiene parada en todas las estaciones, sino que se dirige a su destino a cierta velocidad y no se detendrá en el camino.

Conversar con ella sobre la cocina es descubrir que en una copa de vino o en un guiso sencillo hay mucho de nuestra humanidad y de nuestra divinidad en cuya búsqueda nos embarcamos en cada respiración.

Os presento a Gemma Soler Raspall, ¿Entramos en su cocina?

 

Gemma Soler

 

-Gemma , ¿te gusta cocinar?

Me gusta, y te confesaré que cada vez me gusta más, por que cada vez le encuentro más significado y proximidad a la alquimia. El acto de cocinar requiere de una implicación emocional, anímica… no es solamente la mezcla de elementos. Ahora mismo estoy en las mezclas más sencillas.   

-¿Qué tipo de cocinera eres?

Después de pasar por distintas tendencias, ahora busco el equilibrio desde el sentido común, sin grandes complicaciones, cocino de forma sencilla y me cocino también así, buscando la solidez interior, para que lo que surja sea nutritivo. No hace falta una cocina muy elaborada cuando el producto con el que cocinamos es de calidad.

– ¿Cómo te sientes en tu cocina en este momento de tu vida?

Estoy empezando a recolectar el fruto de un trabajo que empezó hace años y estoy en el proceso de decidir cual será el plato final, cosa que dejaré en manos del universo.

-¿Hubo algún momento en que empezaste a prestarle especial atención a tu vida?

Fíjate que yo diría que desde siempre. He sido una niña muy observadora, me fijaba mucho y eso ya era una forma de consciencia. Para mí la consciencia no es tanto el saber si no el querer saber, podríamos decir que he buscado desde siempre.

Pero he de reconocer que esa inquietud me viene de familia.

Magia

-¿Qué lenguaje utiliza la cocina que a veces no entendemos?

Sabes, he tenido la suerte de no perder parte de la conexión con la naturaleza y las percepciones que tenía de la realidad cuando era niña, así que su lenguaje, no me es ajeno.

-¿Qué “símbolos” hay en tu cocina?

Actualmente el estudio de la teosofía ocupa todo mi tiempo y contempla un abanico muy basto de información y aprendizajes que, para serte sincera, no sé dónde me llevaran.

-¿Qué tipo de cocina predomina en tu casa?

Lo más natural y cercana al productor consciente, así me gusta cocinar en mi cocina, con coherencia, y eso requiere fuerza de voluntad, paciencia y mucho amor.

– ¿Qué especies han aportado: calor, picante, dulzura y frescor a tu cocina?

Calor: La muerte de mi padre, fue una enseñanza para mí de lo que significa la palabra amor.

Picante: Las relaciones de pareja. A veces coger el punto justo al picante cuesta, conectar a ese nivel no es nada sencillo.

Dulzura: el mar, es la solución para muchas cosas, me suaviza, me alegra, me calma, me inspira, solo necesito olerlo, sentirlo.

Frescor : el conocimiento me mantiene despierta”

Mar

– ¿Cuál es tu ingrediente estrella?

Te diré dos, el primero de ellos es la fuerza de voluntad. La perseverancia es una de las virtudes que he tenido en mi vida de forma espontánea. La otra es la magia, es el ingrediente que a menudo no se confiesa pero que sí está ahí es el que otorga el “toque definitivo”.

-Entiendo pues, que existe la  magia en tu cocina, ¿no?

Cuando somos pequeños tenemos algo maravilloso: la imaginación que es la puerta de entrada a la magia.Por desgracia, a medida que nos vamos haciendo mayores la perdemos, perdemos la fe y dejamos de ser magos y magas.

– Y ¿tienes alguna receta infalible para casos de emergencia?

Creo que la improvisación. Tantos años dando clases en la universidad te permite aflorar la creatividad y al mismo tiempo desarrollas la flexibilidad. Cocinar con los ingredientes que tienes, sean los que sean, e intentar elaborar un buen plato con la suma de todos ellos.

Gemma Soler

-¿Qué no debería faltar en las cocinas?

El fuego, el Amor de los alquímicos, de los filósofos herméticos, que no sólo calienta (te nutre, te da calidez) si no que aporta luz (conocimiento y visión).

-¿Qué llevas practicando toda tu vida?

Me temo que la paciencia, es un ingrediente que llevo trabajando mucho tiempo a través del Mindfullness, la meditación, la relajación…todo esto me ha ayudado a comprender mejor el ritmo del otro; a veces pretendemos imprimir nuestro ritmo a los demás y si eres rápido puede ser sofocante para los que te rodean.

Dime una palabra, un color, un olor y un sabor que te hayan alimentado.

Una palabra:¡Abracadabra!

Os diré que no me he resistido a buscar la etimología de la palabra y en arameo significa: “crearé como diré” …y pienso, interesante palabra…

Un color: el azul que está presente en el cielo y el mar en toda su inmensidad.

Un olor: el que más valoro cotidianamente es el café, es estimulante y me ayuda en mi búsqueda.

Un sabor: el chocolate, el pecado de muchos…por algo debe tener la tradición histórica que tiene, e invita a compartir.

Con lo que sabes, ¿con qué tipo de cocina soñarías?

Con una cocina internacional, que todos pudiéramos entender, comprender y pudiésemos disfrutar de ella. Una cocina integrada que es lo que necesita el mundo.

Fe

Quizás si recuperamos nuestra fe la magia se produzca y la alquimia del Amor se de en el corazón de cada uno para poder Ser, que es lo único que el mundo precisa.

Con este deseo me despido hasta la próxima ocasión, no sin dejar unas preguntas en el aire:

 ¿Perdimos la fe? Si la perdimos, ¿para qué nos sirvió? y…cómo podríamos recuperarla.

Quizás el mar nos inspire y nos ayude a recuperar el camino hacia lo que en esencia somos…

Luz y alegría

Tundra

Fotografia Tundra de San Martin

 

Copyright © Tundra de San Martin tundrasblog.com

Aprender a moverse armónicamente en este continuum

Entrevista a Xavier Ortiz

Paseo entre los campos y a ambos lados me rodean dos mares de hojas lanceoladas que huelen a primavera. Se mueven dejándose llevar por la brisa sin resistencia alguna, y me recuerdan a nuestro próximo entrevistado.

Cuando lo conocí, una de sus máximas era:” deja de hacer”, era un sinónimo de suelta. Se refería a mi cuerpo, pero ahora dudo si desde su sutilidad, aquella frase tenía un doble sentido

Xavier Ortiz

Xavier te ayuda a hacer un buen uso de tí mismo, tomando consciencia a través de la técnica Alexander y para eso hay que dejar de hacer.

Dejar de hacer y darnos una nueva dirección que nos libera del hábito y que por tanto, nuestro cuerpo no reconoce. Y eso me lleva a un pensamiento: para ir a lo que no sabes, has de ir por donde no sabes …

¿Entramos en su cocina?

Xavi -¿Te gusta cocinar?

Sí, mucho, porque en la cocina tienes muchos elementos con los que hacer mezclas y me gusta experimentar, sobre todo conmigo. Mostrarme tal y como lo hago hoy en día ha sido un trabajo de descubrimiento, de ir apartando todos los personajes que me había construido para moverme en el mundo; a eso me ayudó una profesora de teatro cuando yo tenía tan sólo 19 años.

Y es que el teatro, como el resto de artes, te ayudan a conectar contigo mismo; lo que te desconecta de La Vida es el papel en el que nos colamos cada mañana mecánicamente y del que, gracias a la oscuridad de un teatro nos podemos desprender cuando se levanta el telón, haciendo que nuestra esencia se conecte con lo que realmente somos. Es la magia del arte… Hace que nos reencontremos… 

-¿Qué tipo de cocinero eres?

Ecléctico. Me gusta buscar y escoger; a veces acierto en la combinación, otras no, pero cada uno de los ingredientes tiene su parte amorosa independientemente de la cantidad que se necesite; ese poco de pimienta, también es necesario en su proporción para darle el sabor que quiero a mi comida.

Y me gusta valorar lo que tengo, porque cuando valoro lo que tengo, lo que deseo, no es tan importante.

-¿Qué entiendes tu por éxito?

Hasta hace poco era la admiración exterior, como actor, uno necesita que lo aplaudan, pero a medida que he estado más a gusto conmigo mismo, no he sentido esa necesidad.

Actuar es una terapia para el ego, por eso algunos actores cuando son felices dejan de actuar.

El éxito está en que tú te sientas bien contigo y con lo que haces. Eso que haces, no eres tú y no debes identificarte con ello, si lo haces, estas perdido y a merced de la opinión de los demás.

-¿Artista se nace o se hace?

Lo principal es saber gestionar las emociones y dejarlas aflorar, verlas, observarlas, abrir la caja de pandora y mantener la puerta abierta y aprender y, quizás eso, te lleva a conocerte y a consolidar la condición de “artista de tu vida”.

 

– ¿Cómo te sientes en tu cocina en este momento de tu vida?

En mi cocina me siento estupendamente, es mi burbuja, me gusta ver cómo la gente aprende y se sorprende de su propio cambio. Observo en mi las carencias, que también las tengo, e intento buscar caminos de solución/sanación…

Técnica Alexander

-¿Qué lenguaje utiliza la cocina que a veces no entendemos?

Cuando no entiendes una cosa de alguien, sea un pensamiento, una explicación o una acción, puedes pensar dos cosas, que la posición del otro no es válida, o que la tuya no es válida… Yo intento ponerme en los dos lados, intento parar y, antes de opinar o cambiar algo, observo qué es lo que me está llegando y para qué, e investigo, sin juzgar, sin cuestionar a la gente.

Me gusta mucho una frase que me dijeron hace tiempo: si conoces no puedes juzgar, justamente porque conoces no juzgas, porque comprendes… Cuando es generalmente lo contrario lo que acostumbra a pasar.

-¿Hubo algún momento en que empezaste a prestarle especial atención?

Ha habido dos momentos en mi vida, el primero cuando empecé a hacer teatro y mi profesora me dijo: -“Mira chico, nunca podrás hacer teatro si no te quitas la máscara”. Eso, que no fue nada fácil. Me llevó a lograr perder parte de mi miedo al mundo y aprendí mucho de mí. El segundo fue cuando estudié técnica Alexander, una técnica nada intrusiva y en la que el docente te acompaña cuando aprendes a soltar los hábitos que te encadenan… Y ¡cuán difícil es eso! Pero te alivia tanto…

-¿Qué tipo de cocina predomina en tu casa?

Sencilla, básica… para ser original hemos de volver a nuestros orígenes, “back to basics”. En eso Gaudí era un maestro y, tal como él decía: – Yo no invento nada, me limito a copiar a la naturaleza”.

– ¿Qué especies han aportado: calor, picante, dulzura y frescor a tu cocina?

No te se contestar porque no sé si es la situación la que asocio a la especie o es la especie la que me lo sugiere…

El calor- creo que tener al lado a alguien a quien abrazar y que me abrace.

El picante me lo cocino solo, aunque de un exceso de picante y fuegos artificiales suelo huir porque lo siento irreal. 

Confianza en el universo

¿Cuál es tu ingrediente estrella?

La confianza en uno mismo.

– ¿Tienes alguna receta infalible para casos de emergencia?

No hay recetas, hay aprendizajes para poder improvisar una solución cuando surge una dificultad.

Según Alexander si dejas de hacer lo equivocado, lo correcto saldrá solo; si sueltas, tu cuerpo se expande, es imprescindible aprender a soltar.

-¿Está nuestro cuerpo conectado con nuestra cocina?

Todo está conectado con todo y lo está de forma armónica. Es un puzle en movimiento constante y hay que aprender a  moverse armónicamente en ese continuum. En general, desgraciadamente, la gente no está conectada con su cuerpo…

-¿Cómo se mueve tu cocina? ¿Cuál es el movimiento de tu cocina?

Se mueve armónicamente, y sorprendentemente, cuanto más quiero controlarlo, más lejos me lleva de lo que yo quiero, por lo tanto, me dejo llevar por el movimiento, formo parte de él y así dejo que lo que tenga que suceder suceda sin intervenir, porque cuando lo hago, suelo complicarlo. Es difícil de explicar… Yo la guío, pero no la conduzco.

-¿La magia existe? ¿hay espacio para la magia en tu cocina?

Sí, pero yo no soy el mago. Sé que hay alguien que nos guía, y nosotros hacemos más o menos caso… He llegado a la certeza de que no tengo control sobre mi vida, aunque yo lo crea. La frase de “tomar las riendas de tu vida” no es verdad, puedes pensarlo y creértelo, pero me temo que no es cierta, aunque suene muy motivador. De nuevo, una cosa es guiar y la otra tomar las riendas, o conducir… Intento hacer las menos proyecciones posibles e intento poner en valor lo que tengo y dejarme llevar.

Pasion

¿Qué llevas practicando toda tu vida?La vida me ha llevado a practicar cosas diferentes, pero lo que me mueve es la pasión, la pasión por lo que me encuentro, por los proyectos, por la gente interesante y bondadosa que se cruza en mi camino.

Dime una palabra, un color, un olor y un sabor que te hayan alimentado

Tundra, como docente en interpretación, para mí las palabras no tienen sentido, tienen el sentido que tú le quieras dar según el timbre de voz, la intención y la emoción que las empuja… Cada uno le damos el significado que extraemos de nuestro mapa mental.

No hay un olor, sino la acción de oler, soy muy olfativo, pero no hay un olor especial.

Me temo que tampoco hay color, hay luz.

-Con lo que sabes, ¿con qué tipo de cocina soñarías?

La que te da paz, la que no te hace sufrir, la que te da tranquilidad.

Confundimos las metas, los fines, con “cosas” … Deseamos “cosas” que nos permitirán estar mejor, o más felices, o, o, o… Cuando en realidad lo que perseguimos son sensaciones, estados emocionales, bienestar y paz. Y eso no depende de “tener cosas”. Lo que deseamos de verdad es sentirnos mejor, sentirnos felices… ¡Sentir!!!, eso es lo que verdaderamente queremos.

¿No os recuerda algo? Lo versó Machado, lo cantó Serrat…caminante, no hay camino, se hace camino al andar…

Os dejo hasta la próxima ocasión con el deseo de que hoy, quizás sólo hoy, permitamos a nuestro cuerpo quitarse la máscara e ir por donde no sabe y no reconocerse, para así descubrir alguna faceta oculta de nosotros mismos  y que, en ese descubrimiento, seamos capaces de sorprendernos como los niños respirando el sentir de una sonrisa y las miles de posibilidades que nos rodean.

¿Qué camino decidiremos andar hoy?

Luz y Alegría

Tundra

Fotografia Tundra de San Martin

 

Copyright © Tundra de San Martin tundrasblog.com

Osadia, respeto, diversión y una espada samurai

Entrevista a Eva Sandoval

Cómo puedo presentaros  a quien parece haberse despojado de sus etiquetas para  Ser.

Eva Sandoval

 

Os invito hoy a entrar en la cocina de Eva Sandoval, que pasó de empresaria luchadora a ser una mujer que dejó de luchar y sobrevivir para poder VIVIR y ser el cambio que quería ver en el mundo.

Converso con ella sobre esto y aquello, un esto y un aquello que revelan un camino de lo que hoy  puede mostrar sin ambages.

Dada la situación actual y los muchos comentarios que, en ocasiones, sin reflexionar, oigo entre aquellos que todavía conversamos en vivo y en directo, a pesar de las mascarillas, tiene que ver con la “ruina”, la debacle que nos rodea y, os transcribo su respuesta, interesante reflexión en nuestra cocina de hoy.

Eva, ¿qué es la “ruina”?

La ruina es seguir manteniendo algo que está construido y se está cayendo  por que no es tuyo, o por que no se construyó bien.

Es un momento magnífico para “edificar” lo que quieres y cómo lo quieres, a pesar de que en ese momento, a veces, no seamos conscientes.

¿Que le sugerirías a alguien que se siente en la ruina?

Que se mire. Si se siente, es que está vivo y si está vivo, no está en la ruina, lo que pasa es que no está valorando que está vivo y las infinitas posibilidades que eso le ofrece, fundamento esencial para tener una vida plena.

Dada tu respuesta, podría ser una obviedad preguntarte si te gusta cocinar

Pues es una buena pregunta, ¡sí me gusta!, la cocina es la representación más potente de la magia, es la alquimia más pura. Me encanta descubrir, que no es más que desvelar lo que está cubierto.

-¿Qué tipo de cocinera eres?

Atrevida, me gusta crear y para crear hay que ser osado, atreverse con el riesgo, contemplando la posibilidad de que salga “mal”.

– ¿Cómo te sientes en tu cocina en este momento de tu vida?

Libre y abierta a esas infinitas posibilidades de las que te hablaba, dejando ir cada vez más, soltando cada vez más y confiada en que todo lo que aparece en mi vida, aunque yo no lo comprenda, tiene un sentido, y es perfecto como es.

-¿Qué lenguaje utilizamos en nuestras cocinas?

El lenguaje que hablamos es el lenguaje materno, el lenguaje de la madre es el de la naturaleza, en definitiva el lenguaje del amor. El del corazón.

Playa

-¿Hubo algún momento en que empezaste a prestarle especial atención a tu cocina?

Si, y hasta ese momento estaba en la cocina de los demás. Empecé a observar y desde la observación empecé a crear mi cocina, la que llevo construyendo y en la que llevo viviendo desde los últimos 13 años.

-¿Qué tipo de cocina predomina en tu casa?

La cocina de improvisación, nunca sabes lo que va a salir, es la cocina del momento y la que se cocina con lo que tengo, permitiéndome ser creativa con lo que hay.

-¿Qué especies han aportado: calor, picante, dulzura y frescor a tu cocina?

Calor: el respeto, el no respetarme me hizo tomar conciencia del frío

Frescura: la diversión, el juego

Picante: Vivir en presencia y el riesgo que eso supone

Dulzura: mi hermana, el cuidado y la atención que he recibido de ella

-¿Cuál es tu ingrediente estrella?

Definitivamente, la conciencia.

-¿Sabes cuando cambiar de cocción?

Si, la guía interior te lo indica de forma clara, y me ha costado mucho “escuchar”, incluso ahora, a veces, se me pasa, pero procuro estar atenta y, cuanto más escucho y menos ruido mental hay, más rápido y claro me llega.

-¿Tienes alguna receta infalible para casos de emergencia?

Si, (dice con una sonrisa) caminar descalza por la playa. Me conecta a los elementos.

-¿Qué aportó el ninjutsu a tu cocina? Me permitió darme cuenta de que ya tenemos todo lo que necesitamos, darme cuenta de que todo tiene su tiempo y de que el ser humano es la conexión entre el cielo y la tierra.

-¿Qué ingrediente de la cultura japonesa incorporaste a tu cocina?   La espada, como ese instrumento que poda las ramas que están podridas, aquellas que ya no tiene que estar, que sobran y, su movimiento es  rápido y certero a la par que elegante.

Armonia

-¿La magia existe? ¿Hay espacio para la magia en tu cocina?

Si, como te decía la cocina es magia, todo lo que sea traer la divinidad, hacer las cosas desde la divinidad que somos, es magia… sólo hay que conocer el truco para que se produzca la magia (me dice con complicidad).

-¿Qué llevas practicando toda tu vida?

El conectar conmigo misma.

Hace algún tiempo me di cuenta de que el espacio donde yo podía estar conmigo misma desde muy pequeña fueron las artes marciales, y esa ha sido la herramienta, el para qué de su práctica no era otro que el poder conectar conmigo misma.

-Dime una palabra, un color, un olor y un sabor que te hayan alimentado.

Una palabra: conexión, la conexión con la vida, conmigo, con los demás.

Un color: el violeta

Un olor: el olor de las mañanas, ¿te lo imaginas? el olor del rocío y de que todo se inicia a la vida después del aparente silencio nocturno.

Un sabor: el dulce

Libros Eva Sandoval

Con lo que sabes, ¿con qué tipo de cocina soñarías?  Con una cocina en comunidad, un grupo de seres humanos que aporten al mundo lo que sea que tienen y que cooperen entre ell@s.

Me pregunto si esa comunidad podría empezar con un paseo descalzos por la playa que nos permita sentir LA VIDA y sus ilimitadas posibilidades…

¿Sabéis? Me gusta la imagen de la espada y, me lleva a pensar ahora que es tiempo de poda, qué podemos cortar elegantemente en nuestra vida; qué es aquello que ya no tiene sentido seguir cargando y de lo que no nos hemos deshecho.

Me respetaré y me dedicaré un ratito a ver qué corto porque ya no tiene más razón de ser en mi vida, será un signo de amor hacia mí misma…

¿Y si todos utilizamos el lenguaje materno y nos respetamos un poquito para ver en el mundo el cambio que queremos?¿Qué sientes que has de podar?

Os dejo hasta nuestro próximo encuentro con el deseo de que sintáis la fuerza de la espada en vuestras vidas, la energía de la tierra en vuestros pies y el lenguaje de La Madre en el corazón.

Luz y alegría

Tundra

Fotografia Tundra de San Martin

 

Copyright © Tundra de San Martin tundrasblog.com

¿Cómo van esas digestiones?

Estamos en pleno invierno; parece que todo debería pararse y, este año, siento el movimiento bajo mis pies, bajo la corteza húmeda, azotada por el viento y el frío de los árboles.

Este año oigo cantar a los pájaros y el susurro de las copas de los álamos en su vaivén.

Cuantas vueltas damos al torno de la vida y cada vuelta nos brinda la ocasión de entrar un poco más dentro de nuestra cocina, para descubrirnos también un poco más.

El maravilloso regalo que me daba el invierno era la posibilidad de digerir todo aquello que había descubierto en primavera, experimentado en verano y traído a mí de nuevo transformado en otoño y, en invierno, buscaba en mis armarios especies que facilitasen su proceso de digestión, por que, si todo necesita su tiempo, también todas las experiencias es necesario que ocupen su lugar, sin inundar todos nuestros espacios o quedar encerradas en el baúl del olvido.

El tiempo

Para cada cual el proceso de digestión es distinto, como distintos y únicos somos cada uno de nosotros y, así las abuelas delante de la indigestión ofrecían distintos remedios; mientras a unos se les hacía una manzanilla con regaliz o una infusión con cardamomo, a otros se les ofrecía refugio en el hinojo o en la menta, a otros en la melisa o en el jengibre, para otro tipo de indigestiones se procuraba un chocolate bien caliente con canela o un vaso de leche con miel.

Infusión de jengibre

Me pregunto qué especie, hierba o remedio utilizas para digerir.

¿Qué me ofrezco para que no se me indigeste lo que estoy transitando?

¿Se escoger lo que me va a ayudar a que no se me “clave” lo que he vivido? ¿Conozco los recursos que hay en mi cocina para que la experiencia fluya a través de mí?

Entre mujeres he oído, visto, y no negaré que ha habido momentos en los que pertenecido al club de las que intentaban digerir a golpe de onza de chocolate, otr@s echan a correr y se dejan las rodillas a lo Forrest Gump sobre el asfalto, cada cual busca la suya. A dosis homeopáticas quizás puedan ser una solución, pero me pregunto si esas son soluciónes “orgánicas” y a largo plazo.

Especies exoticas

¿Qué nos impide recurrir al nogal y permitir que nos abrace si nos cuesta adaptarnos a todo aquello que se mueve y llega nuevo a nuestro alrededor?

¿O tomar olivo cuando parece que nuestras fuerzas flaquean?

¿Acaso no es buen remedio acudir “al olmo viejo, hendido por el rayo y en su mitad podrido” para aliviarse de esas responsabilidades que no toca cargar y ver como se renueva y surge su propia esencia?

¿Os habéis parado a pensar en ello?

Mentiría si os dijese que siempre encuentro la especie; a veces, ni atino a encontrar en qué parte de la cocina debo buscar el remedio que me permita hacer una buena digestión, pero lo que nunca me ha fallado ha sido mirar a mi alrededor.

Si no encuentro la especie, si no sé en qué armario rebuscar por que parece que incluso los armarios y cajones se mueven de lugar, busco el momento SIPI, ¿te acuerdas? … Me paro, cierro los ojos y me siento y si aún así la loca de mi casa me lleva a sentirme en un zoco turco rodeado de vendedores que me vuelven loc@ busco a mi alrededor, a veces la naturaleza me rescata, a veces la música me pesca con su sutil anzuelo, otras veces son los ojos de alguien, sé quien es, puede ser conocido o quizás no y, está en ese momento ahí para mí y, me ofrece un digestivo temporal para que la indigestión no me lleve a la farmacia más cercana…y tomo nota para la próxima, sabiendo que en la siguiente ocasión quizás eso, no me sirva, o quizás sí y dispondré de un recurso más para mí y para compartir, por qué no hay nada más satisfactorio que ser los ojos que encuentra alguien cuando lo necesita, quizás para decir nada y sólo ofrecer un abrazo, un recurso digestivo precioso y preciado en estos tiempos de distancia sanitaria.

Mas este invierno siento el movimiento bajo mis pies. Parece que no se me da tiempo para digestiones lentas y, pienso si en mi cocina algo ha cambiado, si quizás necesitaría algo de pimienta que despierte mi fuego estomacal… quizás sea el momento de introducir algo de guindilla cocinando lo que me pasa desde otro lugar.

Luz en tu infusión

Y a tí, ¿cómo te están yendo las digestiones? ¿Encontraste esas especies que te ayudan a digerir lo que se mueve en tu vida?

Te dejo hasta la próxima ocasión con el deseo de que, si no las has encontrado, al menos te puedas preguntar sobre ellas y quizás, puedas descubrir alguna que te ayude a encontrar el equilibrio cuando lo perdemos.

Luz y alegría

Tundra

Fotografia Tundra de San Martin

 

Copyright © Tundra de San Martin tundrasblog.com

Una persona exitosa es la que consigue estar en paz consigo misma

Entrevista a Rubén Martínez Santana

Ruben Martinez Santana

 

 

 

Me aventuro a hacerle una entrevista a un gran y reconocido narrador oral, proveniente del otro la lado del charco: Rubén Martínez Santana, un venezolano de 56 años que lleva casi 20 años en España y, cuya voz como cuentacuentos ha trasladado a muchos a lugares sorprendentes.

¿Descubrimos juntos “su cocina”?

¿Te gusta cocinar?

Muchísimo, ¡Claro!

El primer sentido que le he encontrado a mi vida es CREAR, y no se si cocinar es el segundo o forma parte de ese primero.

Crear es crearse a uno mismo también y, cuando cocino, cuando creo cuentos, música… tengo que partir de mí.

¿Qué hago yo conmigo mismo?”, forma parte de la pregunta “¿qué estoy creando yo?”.

¿Qué tipo de cocinero eres?

Creo que uno mejor intencionado que exitoso.

Me preocupa más cocinar, que los resultados reales que estoy obteniendo. A veces me hago más preguntas de las que consigo contestar.

A pesar de la incertidumbre de todas esas preguntas sin contestar, soy constante y siempre estoy en la búsqueda; a veces, de forma innecesariamente intensa.

Con el tiempo, me di cuenta que en ocasiones me perdí en la búsqueda, perdiéndome también las cosas que pasaban en la vida. Aquello que pasaba, y a lo que no prestaba atención, ya me daba respuesta, pero yo no estaba atento.

Con el tiempo también, empecé a discriminar y a llenar la alacena de especias. Una de ellas, la paciencia.

Cuentos y música de Ruben Martinez

¿Qué entiendes tu por éxito?

Es algo oscilante en función del momento de mi vida y del aspecto de mi vida al que me refiera, y hace tiempo que dejó de ser lo que generalmente se puede entender como “exitoso” (reconocimiento o solvencia económica).

En realidad, una persona exitosa es una persona que consigue estar en paz consigo misma.

En el arte, donde me muevo libre, el éxito es conseguir que lo que persigo crear, sea creado. Eso me lleva a sentirme pleno, en sintonía con lo que vengo a hacer en esta vida. Es saber que la música que yo llevo dentro, se está escuchando fuera. Ésta es una sensación indescriptible.

¿Cómo te sientes en tu cocina en este momento de tu vida?

En los últimos años, me está exigiendo mucho y en cierta forma es doloroso. Entiendo que haya habido momentos en mi vida en los que he obviado preguntar, ignorando aparentemente eso a lo que te tienes que enfrentar y aceptando un olvido voluntario de ciertos temas, para poder descansar, o para que algunas cosas decanten.

Para mí la cocina tiene entidad en sí misma y hay que escucharla.

¿Qué lenguaje utiliza la cocina que a veces no entendemos?

Cocinar es como cualquier otro oficio y requiere de las mismas atenciones. Quizás haya que acercase con humildad, y no creer en ningún momento que lo conoces todo. Ni cuando quieres creer que ya lo conoces, ni cuando otros te hacen creer que ya conoces ese oficio.

Cuando me he acercado con humildad, es cuando he estado más cerca de poder escuchar y de poder entender. He tenido que hacer silencio, cosa que no consigues si estás hablándote, o haciendo una “traducción simultánea” de lo que ves. Observar y escuchar es lo más importante´

¿Hubo algún momento en que empezaste a prestarle especial atención?

Si, fue a través del arte, en la escuela de teatro de Juan Carlos De Petre, creador argentino radicado en Venezuela. Creó lo que se ha llamado el “teatro desconocido”, que parte del vacío, del desaprender, del silencio para permitir la manifestación individual y colectiva de una condición más profunda y esencial. Huelga decir, que ésta es una reseña muy parca de lo que es el Teatro Desconocido.

¿Qué tipo de cocina predomina en tu casa?

El arte. La creación. Es a través del arte que yo me integro y cocino; también lo hago a través de las personas, que en mi caso son pocas, pero muy intensas.

¿Qué especies han aportado: calor, picante, dulzura y frescor a tu cocina?

El frescor, creo que la música.

La dulzura, la observación de los animales.

El picante, se me ocurren dos cosas: por un lado, las personas y por otro, la sexualidad.

El calor es Dios. La certeza de que Dios está y se comunica conmigo con su lenguaje. A veces lo entiendo más, otras menos, pero sé que está ahí. Eso me ha dado calor.

 ¿Cuál es tu ingrediente estrella?

La observación, el silencio, la paciencia, la constancia, la flexibilidad.

En el caso de cocinar como tu lo preguntas, creo que el ingrediente estrella sería la vigilia.

¿Sabes cuando cambiar de cocción?

No lo sé. Voy tratando de leer las señales y ajustarme a lo que va apareciendo.

Para algunas cosas soy muy conservador, personalmente busco una cierta estabilidad, quizás por los cambios que he tenido en mi vida. Para otras, soy muy libre.

En el aspecto artístico puedo transformar y saltar de una cocción a otra con fluidez, para conseguir aquello que siento que he de “parir”. Para que lo estoy creando sea como verdaderamente es.

¿Tienes alguna receta infalible para casos de emergencia?

Lo que más me ha resultado ha sido soltar. Cuando suelto y me rindo, pasa algo y, se desencalla la emergencia. Hay que decir también que llego a ese punto después de haber intentado doscientas mil soluciones. Si algo me caracteriza es el trabajo. Soy incansable y, a veces, me planteo si me podría haber ahorrado esos esfuerzos, o es justamente por esos esfuerzos, que llega ese momento de entrega, de soltar. Es decir,  me pregunto si solo después de haberlo intentado todo, te ganas la vía del no intentar nada.,

Campo flores

¿Qué música se escucha en tu cocina?

Me relaciono con muchas artes, y fíjate que la música es un arte que no me ofrece ningún obstáculo. Sólo hago silencio, escucho y fluye a través de mí… para mí la música es una manifestación de lo invisible. Es “Divina”, con mayúscula. Es forma y fondo, es continente y contenido.

¿La magia existe? ¿hay espacio para la magia en tu cocina?

La palabra “mágico” no me gusta mucho. La asocio con “irreal”, algo ligado a la ilusión, con apariencia de lo que no es. Tiene una connotación negativa para mí, porque siento que es una manera de endulzar innecesariamente las cosas. Pero no solo eso. Muchas veces se denomina “magia” a cosas que tienen un nombre propio, uno que pide que tú te comprometas más con ese nombre, con lo que está nombrando…

¿Cómo cuentacuentos, qué cuentos se cuentan en tu cocina?

 Mira, en este momento estoy con la escritura de un libro de cuentos para adultos. Oscilo entre la producción para adultos y la infantil de forma aleatoria. Son cuentos para ser contados. Son cuentos que invitan a hacerse preguntas, a resolver dilemas. Son cuentos que inquietan. No muestran caminos, ni respuestas, para que así cada lector ordene y resuelva.

No me gustan las moralejas, ni los cuentos que “enseñan”, ni que me digan qué debo entender de lo que he leído. Lo que yo entiendo, es lo que me pertenece.

¿Qué llevas practicando toda tu vida?

Yo diría que la acción, el movimiento creativo como persecución de un objetivo.

Soltar

-Dime una palabra, un color, un olor y un sabor que te hayan alimentado

 Una palabra:escucha”, esa palabra me alimentó. Una frase que me ha alimentado mucho es: “Estoy contigo”.

Un color: rojo claro

En este momento, no puedo darte respuesta a los otros dos.

Con lo que sabes, ¿con qué tipo de cocina soñarías?

Ummm es difícil la pregunta, porque una cosa es lo que yo quisiera, y otra lo que  puedo necesitar sin que yo lo sepa.

Creo que la respuesta sería:  la cocina que yo necesite en cada momento.

Acabo la entrevista pensando en que los sabios, desde siempre, han utilizado los cuentos para transmitir las cosas importantes de la vida. Qué fácil parece a los ojos del que escucha un relato; tanto, que se cuela hasta nuestra alma tocando con su voz y su mensaje todo nuestro ser.

Y le agradezco la profesión que ha escogido que aúnan, sencillez, humildad, belleza y magia.

Os dejo hasta el próximo día, con el deseo de que algún cuento llegue a vuestras manos y os permita acceder al ser que sois y sonreír.

Luz y alegría

Tundra

Fotografia Tundra de San Martin

 

Copyright © Tundra de San Martin tundrasblog.com