Mundo de colores

Os presento el relato que nos ofrece una de nuestras lectoras.

Marisol nos trae la visión, nos trae el sentimiento y la Fe de que somos más allá de lo que vemos y tocamos y, a través de su reflexión podemos percibir cuan frágiles podemos ser a esas oscilaciones de la mente que ponen aleatoriamente colores y pueden condicionar nuestra vida.

La creencia de que cada día podemos elegir qué color nos ayudaría a que nuestra experiencia sea más armónica con todo aquello que nos rodea y la certeza de que dentro de nosotros están todas las respuestas si nos damos el tiempo y el espacio suficiente, me lleva a dejaros en sus manos.

Feliz entrada en el multicolor otoño.

Seguramente, a todos os es familiar la frase de: “las cosas se ven según el color de las lentes con las que las miramos”; y es cierto, porque depende mucho del estado emocional de la persona. Si nos sentimos bien, todo aquello que pasa por nuestro cerebro lo vamos a ver estimulante; en cambio, si estoy triste o de malhumor, lo veo todo teñido de un tono grisáceo donde no llega la luz del sol.

Me gustaría compartir mi punto de vista y para ello, voy a ponerle “entusiasmo”.

Con la atracción y mi entusiasmo, todas aquellas cosas que mis ojos pueden percibir las veré desde mi lado positivo.

En este universo en el que estamos acoplados lo vemos todo tan grande porque está muy cerca de nosotros y así lo percibimos. En cambio, si volamos en avión lo vemos reducido, y no digo nada de la diferencia que podría existir si subimos más alto. Sería tan pequeño el mundo que nos parecería como un punto donde solo se podría clavar un alfiler.

Desde este mundo en el que estoy quiero contaros algo de lo que me pasó hace algún tiempo, y, como no, darle algún colorido especial a este pequeño relato. Comenzaré hablando de los miedos, esos que nuestro mismo cerebro pone ante nosotros como una barrera; al sentir ese impedimento nos paramos para no enfrentarnos a esa circunstancia que, sin estar, nos asusta por lo que pueda traernos de sorpresa. Y aquí entro yo con mi sorpresa…

Ocurrió cuando pasé un año entero sin dormir, ya que con el más pequeño de mis hijos, desde que nació, no había manera de que durmiera tres horas seguidas por la noche. Ese miedo a no poder descansar me llevó a buscar una solución y me decidí a realizar algo diferente, con la intención de darle salida a lo que me preocupaba. Tomé esa decisión, sin saber nada del resultado final, y puse mi voluntad en aquel empeño.

Decidí que el niño dejara la cuna y lo acosté esa noche en otra habitación y en una cama igual que los demás. Y, ¡Oh, sorpresa ¡esa noche solamente se despertó a las cinco de la mañana, después de tomarse el biberón se volvió a dormir y no se volvió a despertar hasta las ocho o las nueve. Todo había salido perfecto. Pensé que podría haberlo intentado antes, aunque, tal vez, ese era el momento preciso para que sucediera.

“Queremos que pase todo

como nos lo proponemos,

tal vez, porque no entendemos

que no tenemos el modo.

Si estamos codo con codo

estudiando algún problema,

podremos ver el emblema

que nos muestre lo buscado

y si lo hemos encontrado

ya tendremos el esquema.

Estará solucionado

Si el miedo ya no nos quema.

Con esto quisiera transmitir, que todos los miedos se pueden superar, aunque alguno de ellos nos asalten y sorprendan en el camino. Todo es cuestión de pensar, y de buscar dentro de nosotros mismos esas ideas que nos aguardan hasta que decidimos hacer uso de ellas para nuestro beneficio y el de los demás, pues “alguien”, no sé “quién”, las pone en nuestro haber antes de nuestra existencia. Y, en ese “alguien” pongo al Todopoderoso que nos ha creado, llamadle como queráis; partiendo de la Fe que he recibido que convive junto a la Esperanza y el Amor.

¡Ah!, el Amor, ese Amor (con mayúsculas) que a todos nos envuelve.

En este mundo hay infinidad de colores y, hoy, en este campo tal vez cultivado de trigo donde crecen amapolas y en el que estoy insertada, resalto un poco su color rojo,  al que  hoy voy a añadirle unos tonos variados, como el rosa, el amarillo, el violeta,  acoplando todos los colores del arco iris ,así cuando lo miremos desde nuestro ángulo se entusiasmará nuestra mirada.

Todas, absolutamente todas las personas estamos acopladas como en un círculo perfecto en el que vivimos  y en el que cada persona ocupa un lugar, sin que nadie se lo pueda arrebatar.

Como ejemplo, con la imaginación, dibujaré una mesa redonda con un jarrón de flores en el centro, y todos sentados alrededor de ese círculo veremos la imagen diferente. Cada persona la verá distinta.  Cada cual verá la escena desde el ángulo, en el que está acoplado, y habrá diversidad entre todos los presentes. 

Esta imagen me facilita el poder escuchar a los demás y, al tiempo, poder comunicar mi  idea, porque de eso se trata cuando hablamos, de compartir.

Dicen que un círculo tiene 360º, o sea que serían 360 personas con su opinión. Y no digo nada si el círculo se ensancha tanto como para acoplar a todos los seres humanos.

No sabría decir el número exacto, pero sé que cada uno ocupa un lugar en el espacio, sin que nada ni nadie nos lo pueda arrebatar, porque así hemos sido creados.

Venimos a este mundo en libertad; en plena libertad para encontrar, hacer o imaginar desde dónde nos viene tan preciado regalo que, todos, buscamos para ser felices.”

Y aquí finaliza el texto que compartió con nosotros Marisol y a la que agradecemos su participación.

Hasta nuestro próximo encuentro os deseo luz y alegría.

Tundra

4 respuestas a «Mundo de colores»

  1. Buenos días Marisol, 🤗
    Me ha gustado mucho tu relato y me ha dejado buen sabor para empezar este sábado de octubre …
    Muchas gracias por compartir y seguimos en este caminito maravilloso de vida,
    Gràcies Tundra !

  2. Hola guapa, te ha quedado fenomenal. Como siempre me encarado. Sigue con ese ritmo,
    de contarnos los relatos que nos regalas y que, con tu voz, nos sorprendes y lo haces muy bonito. Muchas gracias y Feliz día. Mmuuuuaa grande para tí 🌹🌹🌹

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