Una persona exitosa es la que consigue estar en paz consigo misma

Entrevista a Rubén Martínez Santana

Ruben Martinez Santana

 

 

 

Me aventuro a hacerle una entrevista a un gran y reconocido narrador oral, proveniente del otro la lado del charco: Rubén Martínez Santana, un venezolano de 56 años que lleva casi 20 años en España y, cuya voz como cuentacuentos ha trasladado a muchos a lugares sorprendentes.

¿Descubrimos juntos “su cocina”?

¿Te gusta cocinar?

Muchísimo, ¡Claro!

El primer sentido que le he encontrado a mi vida es CREAR, y no se si cocinar es el segundo o forma parte de ese primero.

Crear es crearse a uno mismo también y, cuando cocino, cuando creo cuentos, música… tengo que partir de mí.

¿Qué hago yo conmigo mismo?”, forma parte de la pregunta “¿qué estoy creando yo?”.

¿Qué tipo de cocinero eres?

Creo que uno mejor intencionado que exitoso.

Me preocupa más cocinar, que los resultados reales que estoy obteniendo. A veces me hago más preguntas de las que consigo contestar.

A pesar de la incertidumbre de todas esas preguntas sin contestar, soy constante y siempre estoy en la búsqueda; a veces, de forma innecesariamente intensa.

Con el tiempo, me di cuenta que en ocasiones me perdí en la búsqueda, perdiéndome también las cosas que pasaban en la vida. Aquello que pasaba, y a lo que no prestaba atención, ya me daba respuesta, pero yo no estaba atento.

Con el tiempo también, empecé a discriminar y a llenar la alacena de especias. Una de ellas, la paciencia.

Cuentos y música de Ruben Martinez

¿Qué entiendes tu por éxito?

Es algo oscilante en función del momento de mi vida y del aspecto de mi vida al que me refiera, y hace tiempo que dejó de ser lo que generalmente se puede entender como “exitoso” (reconocimiento o solvencia económica).

En realidad, una persona exitosa es una persona que consigue estar en paz consigo misma.

En el arte, donde me muevo libre, el éxito es conseguir que lo que persigo crear, sea creado. Eso me lleva a sentirme pleno, en sintonía con lo que vengo a hacer en esta vida. Es saber que la música que yo llevo dentro, se está escuchando fuera. Ésta es una sensación indescriptible.

¿Cómo te sientes en tu cocina en este momento de tu vida?

En los últimos años, me está exigiendo mucho y en cierta forma es doloroso. Entiendo que haya habido momentos en mi vida en los que he obviado preguntar, ignorando aparentemente eso a lo que te tienes que enfrentar y aceptando un olvido voluntario de ciertos temas, para poder descansar, o para que algunas cosas decanten.

Para mí la cocina tiene entidad en sí misma y hay que escucharla.

¿Qué lenguaje utiliza la cocina que a veces no entendemos?

Cocinar es como cualquier otro oficio y requiere de las mismas atenciones. Quizás haya que acercase con humildad, y no creer en ningún momento que lo conoces todo. Ni cuando quieres creer que ya lo conoces, ni cuando otros te hacen creer que ya conoces ese oficio.

Cuando me he acercado con humildad, es cuando he estado más cerca de poder escuchar y de poder entender. He tenido que hacer silencio, cosa que no consigues si estás hablándote, o haciendo una “traducción simultánea” de lo que ves. Observar y escuchar es lo más importante´

¿Hubo algún momento en que empezaste a prestarle especial atención?

Si, fue a través del arte, en la escuela de teatro de Juan Carlos De Petre, creador argentino radicado en Venezuela. Creó lo que se ha llamado el “teatro desconocido”, que parte del vacío, del desaprender, del silencio para permitir la manifestación individual y colectiva de una condición más profunda y esencial. Huelga decir, que ésta es una reseña muy parca de lo que es el Teatro Desconocido.

¿Qué tipo de cocina predomina en tu casa?

El arte. La creación. Es a través del arte que yo me integro y cocino; también lo hago a través de las personas, que en mi caso son pocas, pero muy intensas.

¿Qué especies han aportado: calor, picante, dulzura y frescor a tu cocina?

El frescor, creo que la música.

La dulzura, la observación de los animales.

El picante, se me ocurren dos cosas: por un lado, las personas y por otro, la sexualidad.

El calor es Dios. La certeza de que Dios está y se comunica conmigo con su lenguaje. A veces lo entiendo más, otras menos, pero sé que está ahí. Eso me ha dado calor.

 ¿Cuál es tu ingrediente estrella?

La observación, el silencio, la paciencia, la constancia, la flexibilidad.

En el caso de cocinar como tu lo preguntas, creo que el ingrediente estrella sería la vigilia.

¿Sabes cuando cambiar de cocción?

No lo sé. Voy tratando de leer las señales y ajustarme a lo que va apareciendo.

Para algunas cosas soy muy conservador, personalmente busco una cierta estabilidad, quizás por los cambios que he tenido en mi vida. Para otras, soy muy libre.

En el aspecto artístico puedo transformar y saltar de una cocción a otra con fluidez, para conseguir aquello que siento que he de “parir”. Para que lo estoy creando sea como verdaderamente es.

¿Tienes alguna receta infalible para casos de emergencia?

Lo que más me ha resultado ha sido soltar. Cuando suelto y me rindo, pasa algo y, se desencalla la emergencia. Hay que decir también que llego a ese punto después de haber intentado doscientas mil soluciones. Si algo me caracteriza es el trabajo. Soy incansable y, a veces, me planteo si me podría haber ahorrado esos esfuerzos, o es justamente por esos esfuerzos, que llega ese momento de entrega, de soltar. Es decir,  me pregunto si solo después de haberlo intentado todo, te ganas la vía del no intentar nada.,

Campo flores

¿Qué música se escucha en tu cocina?

Me relaciono con muchas artes, y fíjate que la música es un arte que no me ofrece ningún obstáculo. Sólo hago silencio, escucho y fluye a través de mí… para mí la música es una manifestación de lo invisible. Es “Divina”, con mayúscula. Es forma y fondo, es continente y contenido.

¿La magia existe? ¿hay espacio para la magia en tu cocina?

La palabra “mágico” no me gusta mucho. La asocio con “irreal”, algo ligado a la ilusión, con apariencia de lo que no es. Tiene una connotación negativa para mí, porque siento que es una manera de endulzar innecesariamente las cosas. Pero no solo eso. Muchas veces se denomina “magia” a cosas que tienen un nombre propio, uno que pide que tú te comprometas más con ese nombre, con lo que está nombrando…

¿Cómo cuentacuentos, qué cuentos se cuentan en tu cocina?

 Mira, en este momento estoy con la escritura de un libro de cuentos para adultos. Oscilo entre la producción para adultos y la infantil de forma aleatoria. Son cuentos para ser contados. Son cuentos que invitan a hacerse preguntas, a resolver dilemas. Son cuentos que inquietan. No muestran caminos, ni respuestas, para que así cada lector ordene y resuelva.

No me gustan las moralejas, ni los cuentos que “enseñan”, ni que me digan qué debo entender de lo que he leído. Lo que yo entiendo, es lo que me pertenece.

¿Qué llevas practicando toda tu vida?

Yo diría que la acción, el movimiento creativo como persecución de un objetivo.

Soltar

-Dime una palabra, un color, un olor y un sabor que te hayan alimentado

 Una palabra:escucha”, esa palabra me alimentó. Una frase que me ha alimentado mucho es: “Estoy contigo”.

Un color: rojo claro

En este momento, no puedo darte respuesta a los otros dos.

Con lo que sabes, ¿con qué tipo de cocina soñarías?

Ummm es difícil la pregunta, porque una cosa es lo que yo quisiera, y otra lo que  puedo necesitar sin que yo lo sepa.

Creo que la respuesta sería:  la cocina que yo necesite en cada momento.

Acabo la entrevista pensando en que los sabios, desde siempre, han utilizado los cuentos para transmitir las cosas importantes de la vida. Qué fácil parece a los ojos del que escucha un relato; tanto, que se cuela hasta nuestra alma tocando con su voz y su mensaje todo nuestro ser.

Y le agradezco la profesión que ha escogido que aúnan, sencillez, humildad, belleza y magia.

Os dejo hasta el próximo día, con el deseo de que algún cuento llegue a vuestras manos y os permita acceder al ser que sois y sonreír.

Luz y alegría

Tundra

Fotografia Tundra de San Martin

 

Copyright © Tundra de San Martin tundrasblog.com

Un diminuto punto azul pálido ( Carl Sagan)

Llegó el día. Nos anunciaron la entrada del solsticio y el evento planetario más esperado: hacía 800 años que Júpiter no se encontraba con Saturno como lo haría este año.

Conjuncion jupiter saturno

-¡Hay que vivirlo! – me dije.

El fuego que había en mí se entusiasmaba con el evento, mi aire se arremolinaba pensando en mil y un escenarios y, mi tierra pensaba, cómo organizar el disfrute de ese momento, como no, compartido. Acompañados por esa infusión que me gusta y me lleva al sentir donde quiera que esté.

A pesar del frío, de la humedad, la excitación estaba presente, también la alegría de poder vivir algo juntos de nuevo ,algo que quedaría en nuestra memoria.

Y nos reímos, y no atinábamos a montar el telescopio que hace una eternidad alguien que me quiere me regaló, quizás para poder disfrutar de este momento y, lo ves. 

 

Se hace el silencio y, recuerdo a mi padre señalando en la fotografía del hemisferio celeste y diciéndome: Tundra, vives en ese diminuto punto azul pálido.

Planeta Tierra

Lejos de sentirme insignificante me siento privilegiada por estar y poder cocinar en esta cocina.

Algunos sabios dicen: “lo que es arriba, es abajo” y pienso si toda esa inmensidad está en mí, en nosotros. Sí, me digo, vivimos en una cocina que lo tiene todo. Lo tenemos todo. Sólo hay que aprender a utilizar todas las especies: cuando poner un poco de pimienta o cuando endulzar, cuando saborear lo amargo y refrescarlo, cuando calentar nuestro estómago y arroparlo, y me voy a la cocina de fusión de Dàmaris.

Recordando el post en el que os preguntaba qué cocción queríamos para nosotros  o, qué receta nos preparábamos para hoy, mi mente, con un punto de nostalgia, vuelve a la infancia y a una música, Aprendiz de brujo, y conecto con las infinitas posibilidades, con las infinitas combinaciones y la capacidad de experimentar y de jugar que nos ofrece este momento.

Ante tales expresiones de entusiasmo, algunos podrían decir, no seas ilusa… y me resisto a que esa expresión me hunda el corcho; os diré porqué. Iluso proviene etimológicamente del latín (illusio-onis) que significa engaño y podría quedarme ahí, pero no, y voy algo más allá, observo que el verbo illudere está, en su núcleo principal, compuesto por el verbo ludere, jugar

 

 

…y pienso, ¿qué es esta vida sino un juego? Cierro los ojos y le doy las gracias a Mario, por su semilla.

Eso es, esta vida es un juego donde se te permite utilizar todos los ingredientes, combinarlos, disfrutarlos u obviarlos, compartirlos o no…  y quizás, después de jugar un poco, te das cuenta de que ésto es una ilusión, sin la connotación “despectiva” de engaño, por que no lo es, pero sí que no es real.

Me hago el símil de que es como haber entrado en un videojuego, donde puedes hacer todo lo que quieras y, llega el día en el que el juego se acaba… algunos quizás antes, otros quizás en ese momento tomamos consciencia de que sí es un sueño como decía Calderón de la Barca; pero hasta que se acaba el juego o el sueño, tal y como lo conozco, menudas posibilidades gastronómicas tengo frente a mí y, saco a mi aprendiz de brujo con la intención de crear, desde mi magia, la armonía que mi Real Ser ( como dice un amigo) necesita.

Hoy es el primer día del año, ¡menudo desafío, diría Saida! coge tu barita y toca todo aquello que deseas cambiar, empieza por algo sencillo, ¿cómo vas a empezar tu jornada?

Yo quizás vaya a la playa o al bosque, tengo la suerte de tenerlos cerca, me descalzaré y dejaré que el agua o las hojas acaricien mis pies, y que el sol me abrace y, estaré allí, en ningún otro lugar.

Os aseguro que gozar de eso el primer día del año es un maravilloso regalo… y, después de tal inyección de energía, quizás me aventuraré a experimentar una cocina explosiva, original e impactante que despierte mis sentidos, como nos proponía Pep.

Cuanta sabiduría me rodea. Gracias a todos los que  habéis compartido con nosotros vuestro saber hasta este momento.

¿Seguiremos con nuestra inercia?

Venga, suéñate, ¿A qué jugaremos hoy? ¿Qué magia crearás en tu cocina que le de color y sabor a este año que empieza?

¿No recorre cierta excitación a lo largo y ancho de vuestro cuerpo?

Os dejo deseándoos que dispongáis del tiempo para jugar y soñarlo.

En el próximo post continuaremos con esas especies que nos ayudan a cocinarnos y que pueden facilitarnos el descubrir facetas nuestras que no conocemos.

Os espero. Hasta entonces…

Luz y alegría

Tundra

Fotografia Tundra de San Martin

 

Copyright © Tundra de San Martin tundrasblog.com

Cada cosa tiene su tiempo

Entrevista a Saida Azizi

En esta ocasión nos acercamos a una cocina de otra cultura.

Os sorprendería el inicio de nuestro encuentro. Llaman al timbre, es Saida, la mujer de la eterna sonrisa, llega para que la entreviste y aparece tras la puerta con una bandeja de dulces hechos por ella y, me alegro al ver su semblante risueño incluso detrás de una máscara.  

Saida Azizi

 

Saida Azizi, mujer, esposa y madre, trabajadora social que llegó a España con 24 años nos deja entrar en su cocina; una cocina llena de especies, donde percibes una reflexión profunda que lleva de la mano una firme determinación aderezada siempre con generosidad y alegría.

-Saida dinos, para aquellos que nos lean, qué significa tu nombre.

Tiene un significado muy bonito, significa felicidad; y yo soy así, siempre veo el lado positivo de las cosas. Siempre veo esperanza en lo que pasa y tengo fe en que siempre hay solución.

-¿Te gusta tu cocina?

Estoy orgullosa de mí misma, de las elecciones que he tomado y de todo lo que he superado; empezando por la decisión de venir a España y tener que aprender un idioma que me era totalmente ajeno. Piensa que no podía comunicarme con nadie, y tuve que adaptarme a las costumbres y a cómo construir mi familia en un país distinto. No obstante, también creo que he tenido mucha suerte, por que me he encontrado con gente maravillosa que me ha ayudado en mi camino.

 -¿Qué tipo de cocinera eres?

Soy una luchadora, pero una luchadora alegre. Nadie te regala nada y, detrás de cada logro, existe un esfuerzo para superar un desafío. La vida me llevó por caminos imprevistos y a medida que iba caminando, iba marcando objetivos.

Fez- Marruecos

-¿En qué medida tu cultura de origen impacta en cómo te cocinas?.

Cuando vivía en Marruecos, pude presenciar injusticias en las mujeres, que me revolvían el estómago; mujeres con estudios, incluso de una determinada posición, eran maltratadas, y eso no lo toleraba, y reivindicaba lo injusto de la situación frente a un entorno que lo aceptaba por que era la costumbre.

De alguna manera hui de una sociedad que permitía conductas que no quería para mí, y me fuí no queriendo mirar atrás, sabiendo que me alejaba de mi familia, pero también de algo que era inadmisible a mis ojos. Y sigo reivindicando a día de hoy, cuando voy, la necesidad de cambio.

Por otro lado, soy feliz aquí y allí disfrutando de todo lo que me ofrece cada una de las culturas.

-¿Hubo algún momento en que empezaste a prestarle especial atención a tu cocina?

Si, en dos ocasiones ha habido un cambio importante; por un lado, cuando decidí venirme a España; en ese momento me di cuenta del impacto que mi decisión había tenido en mi vida, lo había dejado todo, y tomaba las riendas de mi vida sola.

Por otro, cuando decidí retomar mis estudios universitarios. Me faltaba algo y finalmente, después de 20 años, pude continuarlos, a pesar del miedo al fracaso, el desafío fue superado, nuevamente. Ahora se, que puedo empezar de cero cuando quiera. 

-¿Qué tipo de cocina predomina en tu casa?

Es una cocina cuyo resultado es la mezcla de las dos culturas en las que me muevo, la mía de origen y en la que vivo desde hace ya más de 25 años y, en la combinación, surge un sabor distinto y buenísimo.

He aligerado las comidas, que ya no son tan especiadas como en Marruecos, ni tan sencillas como aquí, creo que he logrado encontrar el equilibrio, dando el valor que en mi cultura merece la gente a la que quiero, teniendo siempre las puertas de mi casa abiertas para quien desee venir.

Galletas de Saida

-¿Qué connotación tiene tu cocina cuando la vives en árabe?

Una cocina donde no existe el reloj y se dispone de mucho tiempo, donde la vida es sosegada y se corre detrás de pocas cosas. Por otro lado, tiene una connotación de desafío y de superación de todo aquello de lo que iba huyendo.

-¿Qué especies han aportado las notas que dan calor, picante, dulzura y frescor a tu cocina?.

Calor:  mi marido, me he sentido protegida y ha sido mi gran apoyo, es enormemente generoso.

Picante: mis desafíos ( dice con cara pícara)

Dulzura: mis hijos

Frescor: todo lo que he logrado

¿Cuál es tu ingrediente estrella?

La esperanza delante de cualquier situación que se me presenta, es lo que me sostiene. Mientras haya vida, hay esperanza.

-¿Sabes cuando cambiar de cocción?

Si, identificarlo y aceptarlo es lo primero, cambiar de dirección cuesta, los giros cuestan, pero mi vida ha sido una adaptación al cambio, llevo muchos años de práctica.

– ¿Cuan importante es la estética del plato en tu cocina?

Soy una mujer eminentemente práctica, si consigo el sabor, la estética es secundaria.

– ¿Tienes alguna receta infalible para casos de emergencia?

Si, acercarme a mi fe, y también cuido mi bienestar para coger fuerzas y abordar lo que me trae la vida.

Confío en que Dios puede sostener lo que yo no puedo, y en Él consigo una paz interna.

-¿La magia existe?¿Hay espacio para la magia en tu cocina?

Hay magia, gracias a Dios, y he tenido mucha suerte a pesar de las dificultades.

-¿Qué llevas practicando toda tu vida?

Sonrío, siempre…incluso con mascarilla, es mi terapia.

 

-Dime una palabra, un color, un olor y un sabor que te hayan alimentado.

Una palabra: cuando oigo la palabra desafío (en árabe: “altahadiy”), me da energía.

Un color: el azul, el color del cielo y el mar.

Un olor: el olor a tierra, al campo, me inspira paz.

Un sabor: el dulce, me encanta.

-Con lo que sabes y lo que has vivido hasta ahora, ¿con qué tipo de cocina soñarías?

Soñaría con la misma cocina que tengo, he disfrutado de la vida que he tenido a pesar de sus dificultades que, por otro lado, han sido un desafío que me ha gustado. Yo he decidido lo que quería y, he ido a por ello, a pesar de todo, así que la vida que tengo me gusta, estoy a gusto con ella.

La conozco desde hace mucho y siempre me sorprende su perenne sonrisa.

Adentrarme en su cocina me recuerda lo que es realmente importante, y que tiene mucho que ver con cómo me relaciono con el otro, conmigo misma y desde dónde.

Quizás la próxima vez nos veamos en un “hammam”, sin reloj, “maternándonos” mientras compartimos una de nuestras conversaciones con un buen té.

A todos aquellos que me leeis y escuchais, deciros que nos encontraremos el primer día del año. Un año nuevo, un año por estrenar  y, al que cada uno le puede dar el color, el sabor y el perfume que desee. Piensa en qué connotaciones quieres para este año que entrará. Si no lo decides tu, alguien lo hará por tí…¿por qué no tomar tu la dirección en este “pinto y coloreo”? Seguro que te sorprenderá.

Me despido de vosotros hasta dentro de unos días, deseándoos que encontréis un intercambio sin tiempo que os alimente el alma. Felices Fiestas.

Luz y alegría

Tundra

Fotografia Tundra de San Martin

 

Copyright © Tundra de San Martin tundrasblog.com

El sabor de la canela

Desde la última vez que hablamos, han pasado muchas cosas en nuestras vidas. Entrado el otoño, uno piensa que, con la caída de las hojas, con la llegada del frío, todo se ralentizará, permitiéndonos, como dice una amiga, empezar a entrar en nuestra cueva y, no obstante, últimamente tengo la percepción de que los acontecimientos galopan veloces pareciendo exigirme un esfuerzo extraordinario al que me resisto.

Mi cocina me pide serenidad y sosiego y, me doy cuenta, de que la única que no tiene sosiego es “la loca de la casa”, mi mente, así la llamaba Teresa Sánchez de Cepeda.

Y la vida, se encarga de poner semáforos en nuestra cocina; y hay momentos en los que la cocción se para o se crea un paréntesis que nos hace sentir, pensar y, si tenemos fuerza y decisión en ese momento, a lo mejor incluso, dar un pequeño giro a nuestra vida.

Otoño

La muerte es uno de esos acontecimientos, que aun siendo tabú socialmente y estar asociada a la tristeza, te concede parar unos instantes, simplemente para dejar de cocinar con el robot en automático.

En los últimos tiempos y, con ocasión de lo que estamos viviendo, he tenido la suerte de poder oír más allá de la pérdida, lo que cada uno de los que he conocido y, han fallecido, me han dejado en el aire.

Os confesaré que mi cocina se para cuando alguien me pregunta y, eso han hecho aquellos que se han ido yendo en el último tiempo.

Os diré también que, algunas preguntas que me dejan en el aire se reiteran, con lo que pienso qué no estoy atendiendo en mí.

Y dejo de pelar patatas sin sentido siguiendo una de las máximas que se arrogan a la prevención: PARA, PIENSA, ACTUA.

De hecho, esa máxima me la he “modificado” un poco.

Incapaz de seguir una receta al pie de la letra porque lo fascinante es experimentar, PARO, harto difícil en alguien impulsivo, (a pesar de que hay trucos de cocina que te ayudan en eso, como ir de la mano de la respiración) y, creo el momento SIPI, (siento/pienso), para poder actuar después.

El momento SIPI es ese momento en el que me dejo sentir y pensar al unísono; si de la confluencia, la música que resulta es armónica, ACTUO.

Así que esos momentos de no cocina, esos “PARO”, son el principio de un maravilloso camino que me permite preparar un buen menú. Quizás no será sofisticado pero sí llevará mi intención y atención consciente, un sello único y personal que podré compartir con todos aquellos que me rodean llevando una intención armónica donde esté .

 

¿No os sentís en este momento portadores de un perfume especial?

Lo somos, todos, cada uno. A veces lo tenemos bien escondido al final de nuestra alacena, y es cuando la vida te da esa oportunidad de parar (si quieres cogerla), que te permites preguntarte si estás ofreciendo tu perfume, si el aire que te rodea ha quedado impregnado de él, para que, al olerlo, alguien, pueda cerrar los ojos y sonreír, sentirse en casa y abrir su corazón.

 

Las buenas pausas han de ir acompañadas de una buena infusión y, qué mejor infusión que la de la canela…y así, empezaremos nuestra andadura entre las especies.

Te de canela

Cierra los ojos y evócala. ¿Qué significa para ti la canela? Su olor, ¿A dónde te lleva? ¿Quién te acompaña en ese momento?

Es tiempo de parar y hacerse esa infusión; a solas o en compañía, cerca de una chimenea o rodeados por una manta y, sentir como nos posee lentamente recordándonos quiénes somos, calentando nuestro interior, llegando a todos nuestros recovecos, despertando la fe y la confianza necesarias para mostrarnos como lo que somos verdaderamente: puro AMOR.

¿Te paras? ¿Te dejas abrazar por la canela y convocas tu momento SIPI?

Cuando lo sientas, no habrá duda, ACTUA y cocínate, dejando que tu YO, salga al escenario para hacer lo que mejor sabe.

Mientras, la naturaleza nos ofrecerá un ejemplo externo con la llegada del invierno, de una cocina silenciosa que, no es más que el preludio de la explosión que llegará en primavera.

Con el deseo de que tengáis un buen inicio del mes de diciembre, os dejo hasta dentro de unos días.

Luz y alegría

Tundra

Fotografia Tundra de San Martin

 

Copyright © Tundra de San Martin tundrasblog.com

Juega cada día de tu vida

Mario Navarrete

 

En esta ocasión, le hacemos nuestra entrevista a un reconocido Artista de restauración de mosaico florentino.

Con 72 años, Mario Navarrete Niño, colombiano de origen e italiano de adopción es conocido donde quiera que va por su creatividad y por su alegría además de por su profesionalidad.

Desde muy pequeño le llamó la atención la capacidad de transformación del hombre, a través de sus manos, de su voz… y con su presencia transforma cada día su entorno.

Hoy,  lo encontramos entre unas rocas, cerca del mar, buscando el material para hacer una construcción de piedras en equilibrio y esperando a los niños con los que despliega todo su arte; y es que “los niños van a buscar a aquel viejito y lo que tiene dentro”.

-¿Te gusta cocinar?  ¡Claro! Somos privilegiados sólo por tener la vida.

Fíjate que por el gusto de cocinar lo que yo he sentido que quería cocinar, me presenté a un concurso con 10 años, sin tener el material, pero me las ingenié compartiendo los colores con otro chico y gané el primer premio.

Todavía recuerdo lo que pinté: un cuadro con el fondo negro y un libro iluminado por una vela.

Por premio, en mi casa, obtuve  un castigo importante por parte de mis padres. La tristeza era inmensa, porque quería “morir” después de aquello, ya en aquel entonces, el arte era mi vida y me lo negaban.

Los artistas, que era lo que yo quería ser, no tenían buen cartel en aquella época  en mi país, porque se les asociaba con vidas desordenadas o depravación, y con 12 años, entendí que, para poder hacer mi cocina, debía irme de mi casa y, eso hice.

He conocido tiempos muy duros desde muy chico y también el éxito más clamoroso y ahora, a día de hoy, te puedo decir, que no tengo nada y no teniendo nada, lo tengo todo. Puedo comenzar en cualquier momento.

-¿Qué tipo de cocinero eres?  Soy un cocinero extremadamente simple. Con las mínimas cosas puedo hacer cosas muy bellas.”

– ¿Cómo te sientes en tu cocina en este momento de tu vida?

Me siento muy cómodo, porque en cada ocasión descubro la sencillez, las cosas simples. Cuanto más simple, más auténtico.

Cada día comenzamos y no debemos olvidar nunca el sentido de la niñez, es entonces, cuando nos volvemos viejos, rígidos y estáticos. Pero si todavía nos movemos desde la locura de la inocencia, todo es nuevo todos los días.

-¿Hubo algún momento en que empezaste a prestarle especial atención?

Si, y no hace mucho. Me diagnosticaron un tumor devastador. No tenía sintomatología, pero me estaba muriendo.

Siete horas de cirugía me hicieron pensar que alguien me dejaba un ratito más por aquí, para inventar un plato más; no para mí, sino para deleitar a los demás.  Eso es lo que me encanta, cocinar para los demás y ofrecer lo más bonito y lo más gustoso.

-¿Qué tipo de cocina predomina en tu casa?

Mi cocina no tiene ningún tipo de nacionalidad, y he tenido una buena oportunidad de viajar. Los platos más simples siempre me han gustado, lo que es menos elaborado. 

-¿Qué especies han aportado: calor, picante, dulzura y frescor a tu cocina?

Creo que los ingredientes italianos, que son muy simples, dan mucha belleza y un exquisito sabor. Te pongo el ejemplo de la albahaca, dos hojas en un sencillo plato de arroz lo convierten en un manjar. En la vida lo mismo, la simplicidad da los toques más bellos y deja un sabor lindo. Las especies importantes, predominantes, no me han atraído demasiado.

-¿Cuál es tu ingrediente estrella?

La albahaca, insisto con la simplicidad.

-¿Sabes cuando cambiar de cocción?

Estoy aprendiendo. Es difícil tener la certeza y se va cambiando a medida que las cosas van pasando. Soy flexible y humilde, estoy dispuesto todos los días a aprender. Como un filósofo ya dijo hace tiempo: “sólo sé que no sé nada”.

Ayer precisamente leía de Séneca una frase muy linda: “enseñar es aprender”. Y yo aprendo cada día, hace más de 50 años que trabajo con niños, jóvenes…los niños son prodigiosos.

-¿Tienes alguna receta infalible para casos de emergencia?

La sencillez, la autenticidad y la humildad.

Mario Navarrete_marioneta

-¿La magia existe?¿hay espacio para la magia en tu cocina?

¡Claro que sí! ¿Si no existiera la magia en nuestras cocinas cómo lo haríamos para comer?

Es fundamental la estética del plato. La magia, que nadie sabe exactamente lo que es, permite plasmar la belleza en el plato. Sin magia no hay transmisión.

-¿Qué llevas practicando toda tu vida?

El amor por el Arte, por la belleza. Yo no nací siendo ningún Leonardo Da Vinci, pero nací con la sensibilidad para adorar el Arte. El arte es jugar y al jugar transformas las cosas y eso es mágico. El gusto por el arte es lo que llevo practicando toda mi vida.

-Dime una palabra, un color, un olor y un sabor que te hayan alimentado.

Palabra: Humildad

Color: rojo

Olor: Albahaca

Sabor: Maracuyá, sabe dulce y amargo a la vez y has de tomar tanto para que te deleite.

 -Me han dicho que, de vez en cuando, compartes tu cocina con los niños, ¿qué y para qué cocinas con ellos?

Con ellos cocino el juego, el juego es aprender, es comunicar, es comulgar. Ellos son felices haciendo de niños y yo soy feliz haciendo de viejo que aprende de los niños.

-Con lo que sabes, ¿con qué tipo de cocina soñarías?

Con la cocina que siempre he tenido, con la más simple, esa cocina es la que me trae alegría y serenidad.

-Danos un consejo para la cocina de esos niños que somos y llevamos dentro.

Les diría que jueguen cada día de su vida, mientras puedan. Si mueren jugando ni se darán cuenta de que se han ido, y eso espero que sea lo que me suceda a mí.

Al acabar la entrevista nos invita a los que estamos alrededor a saltar al mar desde una roca. Mi niña, quiere, mi adulta analiza y pone excusas para no hacerlo,  pero su energía puede más y un salto me lleva a recordar que sí se puede.

La alegría de sus ojos surge de su interior y la comparte cada día con aquel que quiera visitarlo.

Y bromeo conmigo misma pensando qué habrá desayunado, por que cuando sea mayor, quiero ser así.

Livorno_puesta de sol

Os dejo hasta dentro de unos días, no sin preguntaros:  Y vosotros, ¿qué salto tenéis pendiente dar?

Luz y alegría

Tundra

Fotografia Tundra de San Martin

 

Copyright © Tundra de San Martin tundrasblog.com

¿Cuál es tu cocción hoy?

Aquí estoy, de nuevo, retomando nuestra última charla.

¿Recordáis?, estábamos abriendo armarios y cajones; y alguno que otro hemos abierto durante estos días, explorando cosas nuevas que teníamos en nuestro haber y, que no sabíamos.

Lo más estimulante, es haber tomado conciencia de todo lo que aun nos queda por abrir, a nuestro ritmo, poco a poco, disfrutando de la experiencia que supone encontrar algo “nuevo “en nosotros mismos.

Yo suelo decir, ante tal ingente perspectiva, que hay cosas que me dejo para la próxima vida…pero ¿porqué no ser osados en vez de acomodaticios?

De entre esos múltiples armarios que abrimos, hay algunos más profundos donde solemos guardar nuestras ollas, cazos, cazuelas…

Recipientes hay muchos, de diversos materiales: de acero inoxidable, de hierro fundido, de cerámica, de aluminio, de cobre… y de formas muy diversas: altos, bajos, con distintos tipos de diámetro …y cada uno es óptimo para una cocción determinada.

Cuando lo descubres, cocinar con cualquier recipiente, no da igual. Se puede, pero procuras no hacerlo y, empiezas a darte cuenta, a percibir, que el resultado, no sabes por qué, no es el mismo.

Os pongo un ejemplo que, para muchos, seguramente, será muy obvio.

Para mí fue un descubrimiento experimentar que, en el tipo de olla que tiene forma de pera, los potajes salían de muerte y no es que no salgan buenos en una olla normal, es que se cocinaban mejor en esa.

En ese momento, recordé y recuperé a la bisabuela que cocinaba en una olla de barro y la textura de sus guisos.

Cómo me cocino hoy

En la vida, cada experiencia, puede ser cocinada de forma distinta. ¿Qué cocción me permite digerirla mejor? Algunas es mejor hervirlas, otras freírlas, otras asarlas, otras, simplemente hacerlas a la plancha o al vapor, otras crudas, así a pelo .

Hay alimentos que sugieren un tipo de preparación y, otros que nos ofrecen un abanico más amplio de posibilidades.

Para que la cocción sea la adecuada, y nos siente bien, debemos buscar el recipiente idóneo.

Recordaba cuando apareció la olla a presión, u olla exprés, maravilloso invento que liberó de tiempo en la cocina a las mujeres que, en aquel momento, eran las que mayoritariamente se encargaban de este espacio y pensaba en cuantos utensilios disponemos para que nuestro tiempo libre sea mayor.

Actualmente, los robots de cocina, nos facilitan mucho la vida, los programamos y a la hora que se necesita disponemos de unas lentejas al punto. Lentejas que saben igual que las del vecino, que también tiene el robot, así que la escalera de la comunidad comparte olores conocidos sin darnos la opción de llamar a sus puertas y preguntar: ¿vecin@ qué cocina hoy, que huele tan bien?

No os equivoquéis, no soy alérgica a los robots, ni a la olla exprés, si no al no darnos cuenta de que cada plato, cada circunstancia de nuestra vida, necesita de nuestra atención y dedicación, así como nuestra creatividad. ¿Dónde se queda ésta si utilizamos siempre el mismo programa?

Me gustaría pensar que nos levantamos cada día pudiendo decidir si hoy cocino mi vida exprés, o pongo el programa automático, o decido comer frugalmente o, si hoy, decido cocinar una delicatesen.

La ventaja de decidir cada mañana cómo os cocinareis ese día tiene el estímulo de la creatividad en su semilla, ¿no es acaso eso excitante?

A lo mejor cocino lentejas, nadie me garantiza que saldrán como siempre, como las que hace el robot de cocina (insisto, maravilloso ayudante), pero quizás, si me dejo inspirar, y procedo a elaborarlas de otra manera, en un recipiente distinto, con un ingrediente nuevo, sabrán distinto, e incluso, a lo mejor, nos gustan más, nos alimentan más (en el sentido más amplio de la palabra).

Con las experiencias, ocurre lo mismo, parece que repetimos actuaciones todos los días, algunas eternamente tediosas, pero ¿y si le pongo otro ingrediente?, ¿y si la cocino de otra manera?

Reflexionando sobre el tipo de cocción que utilizamos en cada ocasión, recuerdo cuan distinto cocinamos en primavera si lo comparamos con la cocina de otoño y, eso me lleva a pensar en qué cocciones nos ayudan a cada uno a transitar las distintas etapas de nuestra vida.

Me temo que no debe haber una receta mágica y que debemos descubrirlas cada uno, para poder no sólo alimentarnos, sino nutrirnos y cocinarnos con amor.

Procuremos en cualquier caso recordar que, podemos cocinar lo que nos pasa de diversa manera y quizás así, sólo quizás, descubriremos matices distintos que nos habían pasado desapercibidos.

Hemos entrado en el otoño, época que invita a empezar a recogerse, a disfrutar de apacibles charlas con una infusión, o de paseos por la naturaleza entre las hojas que empiezan a tapizar nuestras calles y bosques. Por qué no dedicar un paseo a pensar ¿qué cocción quiero para mi hoy?

Quizás quieras compartirla conmigo y con los que nos leen y hacernos partícipe de tus descubrimientos. Te animo a que si dispones de un ratito lo hagas. Seguro que nos enriquecerá a todos.

Cocinarse en otoño

Con el deseo de que descubráis la cocción que os nutra en vuestra jornada, os dejo hasta dentro de unos días.

Luz y alegría

Tundra

 

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Una cocina de fusión

Entrevista a Dàmaris Gelabert

Voy camino de mi próxima entrevista y me sorprendo reflexionando al contemplar el siguiente zengo: “Una vez, un encuentro” y pienso en lo importante que es atesorar cada encuentro como único.

Damaris Gelabert

En esta ocasión me entrevisto con Dàmaris Gelabert, conocida pedagoga que encontró en la música una herramienta poderosa.

Popular entre los niños y familias por ser una cantante vital, de amplia sonrisa que los acompaña en su crecimiento día tras día, Dàmaris, comparte una tarde con nosotros, revelándonos sus secretos y dejándonos entrar en su cocina.

¿La descubrimos juntos?

Dàmaris, partiendo de la metáfora que da sentido a este blog, que es hablar de nuestra vida como si de nuestra cocina se tratase… 

-¿Qué es lo que más te gusta de tu cocina? 

Lo que más me gusta de mi cocina es que, he recibido muchas recetas y, con esa herencia y, lo que yo voy descubriendo, en este momento de mi vida, creo cosas nuevas y puedo compartirlo con mucha gente, con los niños y sus familias.

-¿Crees que depositas una brizna de creatividad en cada uno de ellos?

De alguna manera sí, cuando tu creas una canción y llega a las casas, deja de ser tuya, sale de tus manos para sembrarse en cada uno de los que la reciben. Despierta un lenguaje de comunicación que a muchas familias les ayuda en su día a día y es grato estar al servicio y, que lo que una crea, sirva de alguna manera para ayudar.

-Presumo entonces que ¿te gusta tu cocina?

¡Claro!, no obstante, hay mucho por mejorar porque, por ejemplo, me cuesta planear las recetas, pensar en el futuro, me encanta improvisar con lo que tengo en este momento. La teoría del aquí y ahora podría decirse que forma parte de mí. También es cierto que la vida me ha ofrecido la posibilidad de rodearme de gente que sí tienen esa capacidad para planificar, algo que agradezco.

A medida que me he hecho mayor me he dado cuenta de que las cosas no se construyen sola. En la familia nos complementamos, cada uno tiene su roll; el que le es más fácil y connatural llevar a cabo.

Cuando aprendes a integrar lo que los otros te pueden dar es magnífico, porque te enfocas en lo que tú sabes hacer y no tienes que hacer esfuerzos ímprobos en lo que no. Aceptar que los demás están ahí para aportarte lo que a ti no te sale bien, es bonito, de hecho, es un regalo.

-¿Qué tipo de cocinera eres?

Como te digo, podría decirse que soy una cocinera que improvisa, me dejo llevar por lo que siento, pero eso no quita que, en mi vida, haya una gran dosis de voluntad, constancia y disciplina en lo que me propongo.

-¿Hubo algún momento en que empezaste a prestarle especial atención?

Creo que ha habido varios momentos en mi vida, me es difícil identificar uno, pero lo veo más como un proceso muy natural, porque siempre me he ido dejando llevar por lo que pasaba y he ido conectando con cada momento, sin hacer muchos planes de futuro.  A medida que caminaba iba viendo cosas que me interesaban más y, eso, producía un cambio en mí.

-¿Qué tipo de cocina predomina en tu casa?

Una cocina sencilla, improvisada y muy natural. No me hace falta una cocina sofisticada, de hecho, cuanto más cerca de la naturaleza estoy, mejor me siento.

En este caso, podríamos decir que menos, es más, y cuanto más ligera ando, más creativa soy y mejor me siento e intento transmitirlo a mi familia.

-¿Qué significa la música en tu cocina?

La música es un todo, y estoy convencida de que afecta vibracionalmente de forma muy positiva. Es lo que nos permite a nosotros, como familia, ser armónicos también y tener una vida tranquila, serena, que nos permite crear desde donde lo hacemos.

Yo pongo la melodía, mis hijos el ritmo y mi marido la armonía (musicalmente hablando) que está más conectada con la parte racional.

La música permite comunicarte más allá de las palabras, desde las emociones. Conoces al otro, lo aceptas, te escuchas y lo escuchas; la música es eso, si no aceptas al otro, si no escuchas, no puedes tocar con él; por eso siento que la música puede ayudar muchísimo a cohesionar los grupos, especialmente a las familias.

-¿Qué especies han aportado las notas que dan calor, picante, dulzura y frescor a tu cocina?.

El calor lo aporta la familia que llevo conmigo, la personal y la profesional.

El picante va de la mano de mi marido, por que siempre me sorprende, es muy creativo, tiene perspectivas nuevas y distintas, tiene una visión macro de la vida y de nuestra profesión.

La dulzura la recibo del mundo de los niños pequeños.

La primera infancia me parece una etapa increíble, conecto con ellos de una manera especial y así ha sido desde niña.

El abrazo de un niño da energía, da paz. Ellos muestran la verdad, la sinceridad, lo que me gustaría ser siempre. Además, tienen el componente del juego, del aprender y descubrir cada día, ríen, juegan. Para mí son el ejemplo a seguir y, por eso, me gusta tenerlos cerca.

El frescor son mis hijos que, por carácter y edad, conectan con eso.

¿Cuál es tu ingrediente estrella?

Sin duda alguna, el AMOR, si no hay Amor el plato no brilla ni tiene sabor.

El “dar”, para mí, es importante. Si no tienes Amor, no puedes darlo, y si no te quieres tampoco puedes querer, así que, sin duda, el Amor.

-¿Sabes cuando cambiar de cocción?

Voy aprendiendo con los años, pero no me cuesta adaptarme. Soy bastante flexible y eso tengo que agradecérselo a las experiencias que viví con mi familia que era muy abierta y, con la que tuve vivencias muy variopintas.

– ¿Cuan importante es la estética del plato en tu cocina?

Es importante. Me gusta gustar.

– ¿Tienes alguna receta infalible para casos de emergencia?

La terapia que me funciona siempre, es la música. Cantar. Si me encuentro mal, canto y se me pasa; yo lo asocio con que cantar me ayuda a respirar mejor y, creo que, sólo por eso, ya me resulta beneficioso.

Otra cosa que me ayuda, es ver siempre el lado positivo de las cosas, que es mucho y minimizo lo malo; de hecho, visualizo lo que no me aporta y literalmente lo alejo de mí, y me funciona.

-¿La magia existe?¿Hay espacio para la magia en tu cocina?

Sí. La magia siempre existe. La magia es la fantasía, forma parte de los niños y, como yo quiero ser como ellos, tengo que dar cabida a la magia, hay mucho espacio para ella.

-¿Qué llevas practicando toda tu vida?

El darse a los demás sin esperar nada a cambio.

-Dime una palabra, un color, un olor y un sabor que te hayan alimentado.

Una palabra: Amabilidad

Un color: el Naranja

Un olor: la Canela

Un sabor: Plátano con chocolate negro

-Con lo que sabes, ¿con qué tipo de cocina soñarías?

Una cocina de fusión, una en la que cada uno pone su parte y surge algo diferente que no se parece nada a lo que teníamos y, nace un plato nuevo.

Acabo la entrevista reflexionando con Dàmaris que, su sueño, no es tal y que, por suerte, ya está llevando a cabo su cocina de fusión.

Me pregunto, cuántos de nosotros ya estamos viviendo lo que soñábamos y no somos conscientes de ello.

Buena pregunta para antes de irse a dormir.

Os dejo, con el deseo de que esta entrevista haya sido tan nutritiva para vosotros como para mí el hacerla y transcribirla.

Luz y alegría

Tundra

Fotografia Tundra de San Martin

Copyright © Tundra de San Martin tundrasblog.com

Abrir los armarios

Cuando uno arranca en una cocina, necesita saber con qué utensilios cuenta y dónde están guardados.

Nuestra “cocina”, nuestra vida, está llena de armarios cerrados que debemos abrir para poder saber con qué contamos a la hora de cocinar.

Hay personas que cuando entran en un lugar tienen tendencia a repasarlo todo, incluso a curiosear, cosa que puede ser tomada por otros como una invasión del espacio propio, pero quiero pensar que, intuitivamente, buscan los “utensilios” que les rodean para poder situarse.

Nuestra cocina, totalmente equipada, tiene todos sus armarios cerrados y, es tarea nuestra abrirlos e inspeccionar en su interior qué hay y qué nos puede ser útil para el tipo de platillos que vayamos a elaborar.

Como decía, el que es curioso por naturaleza, seguramente ha abierto ya algunos cajones y armarios, se habrá hecho una lista y está pensando en el siguiente paso: ¿qué quiero cocinar? Habrá hablado con unos y otros, o habrá buscado en internet qué tipo de cocina le gustaría experimentar e incluso, está pensando dónde comprar los ingredientes

Para aquellos que no sois curiosos, que preguntáis antes de moveros, por carácter o educación, abrir uno de vuestros armarios puede ser una odisea e, incluso, es posible que ni hayáis visto que hay armarios y que dentro, puede haber cosas.

O quizás, os dirigís siempre al mismo cajón sin plantearos que podéis abrir otros espacios que puedan inspiraros para nuevas recetas.

Si eres de los segundos, te informo de que puedes vivir sin abrir armarios durante un tiempo, después del cual, te faltará algo… vivir sin abrirlos es vivir sin utilizar todo el potencial que nos ofrece esa cocina totalmente equipada y, en la que podemos cocinar todo aquello que queramos, o experimentar ( con o sin riesgos- si optáis por lo primero, buscad un extintor o un bombero de confianza, que esté de guardia cerca y que esté dispuesto a socorreros) y saborear un buffet libre de cualquier condicionamiento, si os abrís a la experiencia.

¿Habéis abierto vuestros cajones y armarios? Si es así, ¿qué tipo de utensilios habéis descubierto?

A lo mejor habéis descubierto que hay algunos nuevos y otros heredados de vuestras familias que, pueden ayudaros, o no, en vuestra andadura gastronómica.

Es posible que algunos de los utensilios de los que dispongáis sean versátiles, y otros puede que sean específicos de un tipo de cocina determinada, ¿Sabéis cuál?

Si no habéis fisgoneado en vuestra cocina aún, atreveos a abrir algún cajón, sacad lo que hay, observadlo y pensad hacia qué tipo de cocina os inclina, qué os inspira; si es algo nuevo o si por el contrario es algo que lleva el sello de lo conocido. Colocadlo de nuevo en su sitio sin perderlo de vista, así sabréis dónde está cuando lo necesitéis.

Os dejo …voy a echar un vistazo a los míos. Sospecho que, hay unos cuantos sin abrir, así que, voy a ello…

Con el deseo de que encontréis tesoros nuevos u olvidados, que os sirvan para iniciar un nuevo curso en la cocina, me despido hasta dentro de unos días.

Luz y alegría

Tundra

Fotografia Tundra de San Martin
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